Desde finales de marzo, se manifiesta todos los sábados en el centro de Berlín una disparatada, peligrosa y creciente amalgama de gente contra las restricciones del Gobierno por el coronavirus.
'Youtubers' ultraderechistas. Antivacunas.
Conspiranoicos. Negacionistas del covid-19. Identitarios. Enemigos del 5G.
Miembros de una secta. Neonazis. Anticapitalistas. Artistas alternativos.
Simpatizantes de Trump. Aficionadas al yoga. Antisemitas. Esta es la
disparatada, peligrosa y creciente amalgama que desde finales de marzo se
manifiesta todos los sábados en el centro de Berlín contra las restricciones
del Gobierno por el coronavirus. A pesar de que están prohibidas las
concentraciones para evitar los contagios, se han llegado a reunir un millar de
personas en la capital, mientras las movilizaciones se multiplicaban por todo
el país. Contra el distanciamiento social. Contra las mascarillas. Contra el
sistema.
La escena se ha repetido los últimos sábados. En la
explanada empieza poco a poco a concentrarse una tropa pintoresca que el
responsable de Interior de la ciudad-estado de Berlín, el socialdemócrata
Andreas Geisel, calificó este 1 de mayo como un grupo de
"ultraderechistas, radicales de extrema izquierda y capirotes de
aluminio", poniendo en cuestión la cordura de algunos de los
participantes. A la plaza sigue llegando gente. Uno esgrime una rudimentaria
pancarta de cartón en la que se lee "Terrorismo de vacuna". "El
5G mata", advierte otra no menos rústica. Una pareja, ataviada con tela de
saco, porta una Biblia y carteles sobre Jesús en su pecho. Unos jóvenes gritan
al fondo "Nosotros somos el pueblo", lema de las protestas de 1989
adoptado en los últimos años por los simpatizantes del movimiento Patriotas
Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida).
Varios conocidos ultraderechistas conversan animadamente
más allá. "Nunca más dictadura + totalitarismo", exige un
manifestante con la máscara de la película 'V de Vendetta'. Varias personas
muestran carteles críticos con Angela Merkel, su ministro de Sanidad, Jens
Spahn, y el fundador de Microsoft, ahora filántropo centrado en epidemias y
vacunación, Bill Gates. Un hombre con un chaleco amarillo, el símbolo 'Q' de la
teoría de la conspiración 'QAnon' y la cara cubierta hace declaraciones a
varios periodistas. Entre todos ellos, un grupo de mujeres practica yoga sobre
la hierba. Un 'collage' imposible. Y no, esto no sucede en algún remoto lugar
de Estados Unidos. Es en el corazón de Europa. Frente al icónico Teatro del
Pueblo de la plaza Rosa Luxemburgo, en el centro de Berlín.
Las protestas no han sido autorizadas. La policía ha
tenido que pedir en las últimas ocasiones a los manifestantes que abandonen la
plaza y ha acabado identificando o deteniendo hasta a un centenar de personas
en los últimos fines de semana por incumplir las medidas de distanciamiento
físico obligatorias en todo el país. Desde finales de marzo están prohibidas
las concentraciones de más de dos personas en espacios públicos (salvo si
comparten domicilio) y se recomienda mantener una separación entre personas de
al menos 1,5 metros. En Alemania no se ha decretado un estado de alarma, pero
también se han tomado medidas drásticas para atajar la propagación del
SARS-CoV2.
La conspiración de las élites
Los organizadores, próximos a conocidos colectivos de
izquierdas de la capital, denuncian que las restricciones impuestas por el
Gobierno alemán atentan contra las libertades fundamentales. Apuntan, en el
fondo, hacia una conspiración de las élites. "Muchos de nosotros dudamos
de la historia del coronavirus en la forma en que lo cuenta nuestro
Gobierno", asegura en un vídeo colgado en YouTube Anselm Lenz, uno de los
dos iniciadores de estas manifestaciones. "Nos parece que el Gobierno está
tratando de tapar el colapso de los mercados financieros del mundo con un tipo
de pánico moral en torno a un virus que algunos dicen que no es mucho más
peligroso que el de la gripe normal", agrega.
Lenz y su compañero Hendrik Sodenkamp, quienes se
autodenominan Oficina de Comunicación por la Resistencia Democrática e imprimen
un periódico con su ideario, creen que las restricciones por el covid-19
pretenden sentar las bases para erigir un Estado autoritario. "¿Duda aún
de qué va el coronavirus? Por favor... ¿Se cree lo que le cuenta la gente de la
televisión, las grandes farmacéuticas, los gigantes informáticos y los
políticos de oficio? Haga lo que quiera. #ElCoronavirusNoEsElProblema", escriben
en la página web que han puesto en marcha para estas protestas, a las que han
puesto por lema 'Nicht ohne uns' (no sin nosotros).
Estas manifestaciones podrían no pasar de lo anecdótico
en tiempos de pandemia. Pero empiezan a percibirse con recelo desde ámbitos
mediáticos, políticos y policiales por dos motivos. El primero, porque no son
un hecho aislado. Las protestas inspiradas en el movimiento de Berlín, aunque
aún minoritarias, están proliferando por todo el territorio alemán, de Dresden
y Leipzig en el este a Colonia y Bonn en el oeste, de Hamburgo en el norte a
Múnich en el sur. En su página web, ya hay 115 grupos regionales inscritos. En
Stuttgart, fueron 5.000 el pasado sábado.
El segundo motivo es que, pese a que los organizadores de
Berlín hablan de un "frente transversal", las manifestaciones se
están ideologizando cada vez más. La ultraderecha, de sábado en sábado, está lentamente
cooptando la iniciativa, aprovechándose de una crisis —como en la de la deuda o
en la de los refugiados— para hacer proselitismo de una forma más o menos
encubierta.
Distintos medios alemanes, generalistas y especializados,
han advertido de que la extrema derecha está aportando cada vez más
participantes a las protestas, orientando progresivamente los mensajes y
trufando de conocidos rostros de su entorno las manifestaciones. En las últimas
semanas, se han dejado ver en la plaza Rosa Luxemburgo el 'youtuber' Nikolai
Nerling —que fue cesado como profesor por adoctrinamiento—, el antisemita
Martin Lejeune, el periodista Billy Six, Eric Graziani, de la Oposición
Patriótica Europea, el político neonazi Udo Voigt y Angelika Barbe, miembro de
la dirección de la fundación ultraderechista Desiderius Erasmus, de la órbita
ideológica de Alternativa para Alemania (AfD).
Epidemia de 'fake news'
Las manifestaciones reflejan además otro problema
creciente. Desde la irrupción de la pandemia en territorio alemán, la
desinformación y las 'fake news' están tomando las redes sociales. Un estudio
del analista de datos Philip Kreißel para las televisiones NDR y WDR y el
diario 'Süddeutsche Zeitung' estima que 19 vídeos seleccionados de YouTube con
teorías de la conspiración, medias verdades e informaciones falsas habían sido
visualizados en 12 millones de ocasiones y compartidos unas 300.000 veces en
Facebook en las últimas seis semanas. Trabajos periodísticos de comprobación de
datos sobre estos vídeos, por el contrario, se habían compartido 20 veces
menos. En total, calcula Kreißel, el 54% de los alemanes ha visto vídeos con
'fake news' sobre el coronavirus.
Investigadores de las Uuniversidades de Münster y Múnich,
por su parte, han estudiado supuestas informaciones sobre el covid-19
difundidas por "medios alternativos" y llegado a la conclusión que
estas plataformas "retuercen los hechos durante la crisis del
coronavirus" y "difunden rumores y teorías de las conspiración",
en palabras del profesor Thorsten Quandt.
Consciente de la necesidad de combatir también en este
frente, el Gobierno alemán ha decidido también responder a la desinformación en
torno a la pandemia. En una nueva página web titulada 'Respuestas a dudas
frecuentes y mitos', el Ejecutivo contrarresta las "fake news' en los
medios sociales". En la red, argumenta esta iniciativa, "se extienden
informaciones falsas y teorías de la conspiración rápidamente", algo
"peligroso", porque pueden alentar "las actuales inseguridades y
los miedos".
La página web apunta las claves del nuevo coronavirus y
la enfermedad, matiza informaciones sobre las medidas que han implementado las
autoridades nacionales y regionales para evitar su propagación (contestando de
forma indirecta incluso a algunos de los manifestantes de la plaza Rosa
Luxemburgo) y denuncia con gran detalle los consejos erróneos para acabar con
el SARS-CoV2 y mantenerse sano, como "beber agua caliente cada 15
minutos", hacer "gárgaras con licores" y someterse a terapias
con "rayos ultravioleta" o pulverizados de "alcohol o
lejía". Por último, explica en un breve manual cómo detectar las 'fake
news'.
***Autor: Antonio Martínez. Berlín
https://www.elconfidencial.com/mundo/2020-05-04/conpiranoicos-alianza-covid-alemania-coronavirus_2577192/