Paul Whelan, ex militar con pasaporte norteamericano, fue detenido en diciembre de 2018 por "acto de espionaje". Según su abogado, cayó en una trampa al recibir una memoria USB que contenía nombres de personas del FSB (el actual KGB).
El año pasado Vladimir Putin reunió a sus jefes de
inteligencia para felicitarse por el trabajo realizado. Según les dijo el
presidente -que fue agente del KGB y director del FSB, su versión actual- Rusia
desenmascaró a 129 espías extranjeros y 465 personas que colaboraban con los
servicios de inteligencia extranjeros durante 2018. Uno de ellos, Paul Whelan,
tenía pasaporte norteamericano, lo que le convierte en un posible peón
intercambiable y a la vez en una piedra en el camino de la normalización de las
relaciones entre Rusia y EEUU. Whelan es un ex militar que dejó el ejército por
problemas de comportamiento, torpe con la lengua rusa y partidario de Donald
Trump. Su hermano, David Whelan, asegura a EL MUNDO que le tendieron una
trampa.
"Fue encarcelado injustamente. El FSB presionó a
Paul después de su arresto y antes de que alguien pudiera reunirse con
él", explica David Whelan desde su casa en Ontario, Canadá. Su hermano,
que se encuentra por fin a la espera de veredicto, lleva más de 500 días siendo
el preso más famoso de la cárcel de Lefortovo, construida en 1881 por el zar
Alejandro III y que durante la URSS pasó a depender de la KGB. Entre sus muros
estuvieron confinados disidentes como Alexander Solzhenitsyn.
Whelan, de 50 años, comparte una celda de dos camas con
otro recluso. Además de pasaporte de EEUU, también tiene las ciudadanías
británica, canadiense e irlandesa. Fue detenido el 28 de diciembre de 2018
"mientras cometía un acto de espionaje", según los servicios de
seguridad rusos. El abogado del ex marine afirma que su cliente cayó en una
trampa tendida por un conocido que le dio una llave de memoria USB. Whelan
creía que contenía un álbum de fotografías tomadas durante otras vacaciones que
ambos compartieron en Rusia. Pero al parecer dentro había una lista de nombres
de personas pertenecientes al FSB.
La persona que le dio el pendrive se llama Ilya Yatsenko.
Varios medios rusos como el diario 'Kommersant' lo han identificado como una
agente del FSB. "Se conocen desde hace unos diez años y en un viaje previo
Paul visitó a su familia", cuenta David. Habían estado juntos haciendo
turismo cerca de Moscú. "Cuando después viajó en otoño Yatsenko le dijo
que no lograba enviarle tantos archivos por correo, así que supuestamente se las
daba en ese pendrive". Difícil conocer quién puso ahí los datos
comprometedores. Según testificó el propio Whelan en el juicio, Yatsenko le
traicionó para evitar pagarle una deuda de 100.000 rublos, unos 1.200 euros.
Según la información de 'Kommersant', Yatsenko podría ser un importante miembro
del Departamento K de los servicios especiales rusos.
La fiscalía rusa pidió el pasado lunes 18 años de prisión
contra el antiguo marine Paul Whelan, juzgado por espionaje. Su caso complica
todavía más las relaciones entre Moscú y Washington, pero un veredicto de
culpabilidad -que en la familia de Whelan dan por descontado- podría abrir la
puerta a un canje tras varios años en los que EEUU ha confiscado propiedades de
la embajada rusa en su territorio y ha expulsado a nacionales rusos por operar
como agentes extranjeros sin autorización.
Whelan puede ser condenado a un máximo de 20 años de
prisión. El veredicto se conocerá el 15 de junio. Atrás queda un juicio que ha
durado dos meses y que se celebró a puerta cerrada a causa de las medidas
contra el coronavirus.
El fiscal ruso está convencido de que Whelan es un
"oficial, al menos un coronel, de la agencia de información de Defensa
estadounidense". Es cierto que viajó varias veces a Rusia desde el año
2007, aunque sus escasos mensajes en ruso en redes sociales contienen faltas.
Su último trabajo oficial fue el de director de seguridad de un fabricante
estadounidense de piezas para coches, y asegura que cuando fue detenido estaba
en Rusia por una boda. Pero los contrayentes no pueden testificar en su favor:
"Él es un marine y ella es rusa, ya están ambos viviendo en EEUU, no van a
volver a Moscú y menos con la pandemia".
"En un sistema justo, el tribunal absolvería a Paul
por falta de pruebas. Pero contamos con un veredicto injusto", insiste su
hermano David. La familia ha denunciado a los medios que Paul Whelan no está
siendo atendido correctamente de una hernia y que ha sufrido malos tratos en
prisión. En octubre Whelan dijo que fue "esposado, retenido en el suelo
por un guardia, amenazado con una pistola por otro guardia y agredido".
Moscú desmiente estas acusaciones.
El caso de Whelan ha suscitado especulaciones de que
Estados Unidos y Rusia podrían optar por un intercambio de prisioneros en el
que entraría el piloto ruso Konstantin Yaroshenko, encarcelado en Estados
Unidos por cargos de contrabando de droga. La posibilidad de un canje es la
gran esperanza de la familia Whelan. Sus padres no habían podido hablar con él
hasta el pasado 12 de mayo. "Fue una conversación corta, totalmente
personal, y mis padres intentaron animarle". Cuenta David que hablaron en
clave, usando sobreentendidos familiares que nadie más conoce. Cuando se
conozca el veredicto, Whelan habrá cruzado todo el tablero y podrá ser canjeado
por otra ficha, o ser perdonado fruto de algún acercamiento o acuerdo. O
consagrarse como el peso extranjero más famoso de la prisión más legendaria de
Rusia.