Insurgentes afiliados a Daesh publican un vídeo en el que muestran la ejecución de los trabajadores humanitarios.
Cinco cooperantes de ONG internacionales fueron
asesinados en el noreste de Nigeria, según informaron las organizaciones el
miércoles. Los trabajadores humanitarios fueron secuestrados el pasado 8 de
junio en el estado de Borno, donde opera el grupo terrorista Boko Haram.
«Confirmamos con una inmensa tristeza el asesinato de
Ishaku Yakubu, empleado de Acción Contra el Hambre en la base de Monguno, y de
otros cuatro trabajadores humanitarios que fueron tomados como rehenes por un
grupo armado no estatal en el noreste de Nigeria, en el estado de Borno, el 8
de junio de 2020», anunció en un comunicado la oenegé francesa Acción Contra el
Hambre (ACF).
Antes de esta declaración, insurgentes afiliados a Daesh
publicaron un vídeo en el que se mostraba el asesinato de los trabajadores
humanitarios. «Este asesinato injustificable refleja la inmensa dificultad a la
que se enfrentan los actores humanitarios independientes e imparciales, y la
violencia a la que estamos expuestos cada día para cumplir nuestra misión»,
señaló la ONG, que ha condenado «en los términos más firmes, estos asesinatos».
Otro de los asesinados trabajaba para Comité de Rescate
Internacional (IRC). Su nombre era Luka Filibus y «dedicó su vida a proteger a
los niños y ayudar a disminuir su trauma ante la crisis», según recordó esta
ONG. «Condenamos este comportamiento bárbaro y reclamamos la entrega inmediata
del cuerpo a su familia», anunció IRC.
Las víctimas de este atroz asesinato aparecieron en un
vídeo, supuestamente grabado a finales de junio, en el que explicaban que
habían sido secuestrados en diferentes momentos por combatientes afiliados a
Daesh en la provincia de África Occidental (Iswap). Cualquier secuestro de
personal humanitario es una violación de las leyes internacionales.
Buhari promete «eliminar» a los yihadistas
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, expresó sus
condolencias a las familias de los asesinados, prometió que los yihadistas
serían «eliminados» y que trabajarían estrechamente con las organizaciones para
que no vuelvan a producirse secuestros de este tipo. Los repetidos ataques a
empleados de ONG locales e internacionales por parte de esta facción del grupo
yihadista Boko Haram hace difícil encontrar el «equilibrio entre la
preocupación por la seguridad de los equipos y el mantenimiento de una ayuda
vital para miles de personas», según ACF. Según las Naciones Unidas cerca de
siete millones de personas dependen de la ayuda humanitaria en esta región,
golpeada por la violencia desde hace una década.
Doce cooperantes perdieron la vida en Nigeria el año
pasado y varios siguen en paradero desconocido como Grace Taku, de Acción
Contra el Hambre, que fue secuestrada en julio de 2019 y Alice Loksha,
enfermera de Unicef, que fue raptada en marzo de 2018.
Más de 27.000 personas han sido asesinados por
terroristas en la región y más de tres millones de personas han sido obligados
a huir de sus hogares.