El alto tribunal considera fundamentadas 93 de las alegaciones de la oposición por el apoyo del "aparato estatal" al candidato del PiS, pero determina que no afectaron al resultado final.
Andrzej Duda es, de acuerdo a los resultados electorales
de las últimas elecciones presidenciales y ahora también con la legitimación
del máximo órgano judicial, el presidente electo de Polonia. El Tribunal
Supremo de este país declaró válidos los resultados de los comicios del mes
pasado, en los que el candidato ultraconservador del partido Ley y Justicia
(PiS) obtuvo la reelección con un estrecho margen de apenas dos puntos sobre su
rival y líder opositor Rafal Trzaskowski.
El alto tribunal polaco confirmó la victoria de Duda
después de analizar un total de 847 alegaciones que habían sido presentadas por
partidos políticos y ciudadanos comunes. La oposición fundamentó sus quejas
ante el Supremo en que la formación Ley y Justicia intervino directamente en la
elección de Duda.
El principio de neutralidad política en Polonia exige que
el cargo presidencial no cuente con carné de ningún partido, de ahí que la
militancia de Duda en el PiS esté en suspenso desde 2015, cuando asumió el
cargo presidencial que aún ostenta.
La opositora Plataforma Ciudadana (PO) sostiene que la
segunda vuelta de las presidenciales celebrada el 12 de julio no fue una
elección limpia y que el mandatario obtuvo el apoyo "del conjunto del
aparato estatal", incluidos recursos financieros y propagandísticos.
El partido gubernamental, liderado por Jaroslaw
Kaczynski, uno de los hombres más poderosos del país, habría usado medios de
comunicación públicos a su favor así como recursos del Ministerio de Asuntos
Exteriores, según las denuncias, para apoyar la reelección de Duda.
La PO denunció que se excluyó a residentes en el
extranjero -Trzaskowski se impuso en el voto exterior- y que el primer ministro
polaco, Mateusz Morawiecki, modificó su agenda como jefe del Gobierno para
participar en actos de campaña de Duda.
El Supremo polaco considera que hasta 93 alegaciones
presentadas son fundamentadas, pero afirma que no afectaron al resultado de los
comicios. Duda ganó en la segunda vuelta, celebrada el 12 de julio, con un
51,03 por ciento de los votos.
Trzaskowski, de la liberal Plataforma Ciudadana (PO) y
alcalde de Varsovia, obtuvo un 48,97 por ciento. Fue destacable el índice de
participación, que llegó al 68,12 % de los casi 30 millones de electores
llamados a las urnas.
ESPALDARAZO A LAS POLÍTICAS ULTRACONSERVADORAS
El líder opositor había prometido el regreso de Polonia a
la senda proeuropea siguiendo el camino que abrió en su momento el ex primer
ministro y antiguo presidente del Consejo Europeo, el liberal Donald Tusk. Su
candidatura representaba una esperanza de cambio para miles de polacos ante el
rumbo nacionalista que ha tomado el actual gobierno.
La confirmación de la victoria de Duda supone un
espaldarazo precisamente para el actual gobierno, cuyas políticas
ultraconservadoras han protagonizado en los últimos años varios encontronazos
con la Unión Europea. Las reformas emprendidas por Duda y el PiS, especialmente
en el ámbito judicial, han despertado los recelos de Bruselas, que acusa al
gobierno polaco de politizar los tribunales y de socavar la independencia del
poder judicial. En un desafío al poder comunitario, Duda refrendó con su firma
estas reformas sin apenas modificaciones. Según el PiS, estos cambios eran
necesarios para eliminar la corrupción entre los jueces.
Duda jurará su segundo mandato consecutivo el próximo 6
de agosto ante la Asamblea Nacional, que está conformada por la cámara baja y
alta, y cuyo cometido es proceder a la investidura del presidente.