Como ya he dicho en varias oportunidades, la violencia destruye, entonces el Estado que se arroga su monopolio, destruye cuando la utiliza, cuando reprime, cuando crea leyes o regulaciones que prohíben actividades.
Por el contrario, los países crecen en la medida en que
el Estado -la violencia- deja de intervenir en las sociedades. Por esto, porque
de a poco el comunismo chino viene liberando, dejado de violentar, a sus
mercados es que su economía ha crecido al punto de convertirse en una potencia
global y ya casi iguala a EE.UU. en número de empresas unicornios, las líderes
en el desarrollo tecnológico que valen más de US$ 1.000 M.
Así, como ya escribí anteriormente, pareciera que Evo
Morales tuvo razón al decir que China ganó la tercera guerra mundial sin
disparar un tiro, y de seguir las cosas por este camino, pronto será la
potencia dominante. Recientemente, fiel a su mejor historia maoísta, impuso una
cuarentena que destruyó -como toda violencia- su economía y, a través de sus
aliados en la OMS, la recomendó y esparció a todo el globo.
El resultado fue la destrucción de la economía global.
Pero hete aquí que China, con el mismo autoritarismo con que impuso estos
confinamientos, los levantó mientras Occidente sigue discutiendo si los quita o
los endurece. Por ello ahora es la única potencia que crece: su economía se
disparó en el segundo trimestre un 11%, mientras que las de EE.UU.y Alemania
cayeron -9,5% y -10,1% respectivamente.
Y lo peor del caso es que EE.UU. recela, teme y opta por
el camino equivocado, el de la violencia que es el que siempre dispara el
miedo. Y le impone sanciones a China que, en rigor, son sanciones a sus propios
ciudadanos como los aranceles a productos chinos que los terminan pagando los
estadounidenses.
En represalia por el castigo anunciado la semana pasada
por Washington contra la jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, y otros
10 funcionarios del enclave y el Partido Comunista de China, Beijing redobla la
presión y ha anunciado que sanciona a 11 representantes políticos y de ONG
estadounidenses, entre los que se encuentran Marco Rubio y Ted Cruz.
China está intentado minar los procesos democráticos,
descalificando candidatos prodemocracia y al aplazando las elecciones
legislativas previstas para el 6 septiembre, en las que probablemente la
oposición obtendría una amplia mayoría, pero que han sido pospuestas con la
misma excusa con que se impusieron las cuarentenas.
Además, en otra acción contra el movimiento de protesta
de Hong Kong, la policía detuvo a Jimmy Lai, fundador de Apple Daily, el
principal periódico prodemocracia del territorio, y al menos otras seis
personas entre las que se encuentran sus hijos bajo la reciente Ley de
Seguridad Nacional impuesta desde Beijing que hace tambalear el régimen de
derechos y libertades del territorio. Irónicamente, esto popularizóal periódico
al punto que lasacciones de la empresa propietaria, Next Digital, se dispararon
ese día 183%.
Tras la aprobación de la Ley de Seguridad, Trump, firmó
una orden para suspender el trato preferencial económico a la antigua colonia
británica y así impactar en los intereses de China.Pero lo cierto es que
impactará primero en los propios intereses de EE.UU. Por el contrario, la
solución pasa por liberar aún más las regulaciones económicas y de inmigración
de los hongkonénsesde manera que puedan apoyarse más en EE.UU. y menos en
Beijing.
* Alejandro A. Tagliavini, Asesor Senior en The Cedar
Portfolio y miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de
Oakland, California
@alextagliavini
www.alejandrotagliavini.com