La guerra de bandas siembra el terror en la «banlieue» de París, donde se registran batallas campales a pedradas, navajazos y tiros, que acaban en el incendio de coches y escaparates.
Francia vive con mucha inquietud un incremento llamativo
de las violencias urbanas y suburbanas que el ministro del Interior, Gérald
Darmanin, califica de «salvajes».
«Le Parisien» abre su portada de este martes con este
titular, a toda página: «La guerra de las bandas siembra el terror en Drancy
desde hace tres días».
Drancy (70.000 habitantes) es una de las grandes ciudades
de la «banlieue», los suburbios, del norte de París, donde la violencia no cesó
durante el confinamiento y ha crecido durante todo el verano, con estallidos
regulares de batallas campales entre bandas multiculturales, enfrentándose a
pedradas, navajazos y tiros. Batallas que culminan con el incendio de coches y
escaparates.
El semanario «Marianne» consagra su portada de esta
semana a un fenómeno de nuevo cuño: la aparición de bandas de «vigilantes» que
intentar defender el orden «a su manera», en unos barrios donde las fuerzas del
orden están «desbordadas». «Se trata de una evolución que tiene muchos riesgos,
comenzando por la ley del Talión», comenta el semanario.
«Le Figaro» publicó el lunes un informe con esta
conclusión: «Han crecido de manera llamativa los crímenes y delitos
constatados, con una radicalización de los comportamientos. Un incremento del
416,3% de los delitos de violencia con heridas. Un incremento del 57% de las
violencias contra fuerzas del orden. Un 210,9% de las violencias crapulosas…».
Ante esa evidencia aritmética, David Le Bars, secretario
general del Sindicato de comisarios de policía (SGSCP), declara a la cadena de
información permanente CNews: «La evolución de este verano nos parece muy
inquietante. Se ha producido un incremento cuantitativo pero, sobre todo, se ha
produciendo una agravación de la violencia».
Discrepancia entre ministros
Gérald Darmanin, ministro del Interior, ha comentado el
proceso en curso de este modo: «Asistimos al crecimiento del salvajismo. Es
necesario frenar en seco esos ataques de salvajismo». Sin embargo, la
terminología del «salvajismo» enfrenta a Darmanin con el ministro de Justicia,
Eric Dupond-Moretti, que considera peligrosa la palabra «salvaje», por estas
razones: «Esa terminología atiza un sentimiento de inseguridad».
Sin embargo, un 70% de los franceses estiman que,
efectivamente, a su modo de ver, el «salvajismo» está creciendo en Francia.
Otro 85% estiman que el Gobierno de Emmanuel Macron no está respondiendo con
eficacia a ese incremento inquietante de la violencia urbana y suburbana.
Quizá respondiendo a ese sentimiento nacional de
inseguridad, el consejo de ministros debiera aprobar, el miércoles, o más
tarde, un nuevo plan de lucha nacional contra las nuevas formas de violencia.