"Otros países que nos critican no tienen problemas de incendios porque ya lo quemaron todo", afirma el presidente, mientras el humo avanza y provoca lluvia de agua negra al sur del país.
La enorme humareda provocada por los incendios en el
Pantanal jugó una mala pasada al presidente brasileño Jair Bolsonaro. El avión
en el que viajaba hacia Sinop (en el estado de Mato Grosso, al suroeste del
país) tuvo que maniobrar de urgencia durante el aterrizaje ante la escasa
visibilidad. Cuando faltaban pocos metros para tocar suelo, el piloto decidió
subir rápidamente de nuevo.
El propio Bolsonaro admitía el susto poco después:
"Cuando el avión fue a aterrizar, arremetió (la maniobra que hace que
arranque con fuerza). Es la segunda vez en mi vida que pasa eso, una vez fue en
Río de Janeiro, y obviamente algo anormal está pasando, en este caso es que la
visibilidad no era muy buena", dijo, según recoge la prensa local.
El avión, que también transportaba a los ministros de
Defensa, Infraestructura y Secretaría del Gobierno, aterrizó sin problemas en
el segundo intento.
El Pantanal, el mayor humedal del mundo, lleva ardiendo
desde mediados de agosto. A los incendios, en su mayoría provocados por los
ganaderos para crear pastos, se ha unido la peor sequía en 47 años, lo que ha
provocado el peor desastre ambiental en décadas.
Tan solo en la primera quincena de septiembre se
detectaron más de 5.600 focos de incendio. Ya se han quemado 2,3 millones de
hectáreas, una zona del tamaño de la Comunidad Valenciana. Entre las regiones
afectadas está el parque natural que alberga la mayor densidad de jaguares del
mundo.
A pesar de la catástrofe, Bolsonaro decidió visitar la
región por otros motivos: entregar títulos de propiedad rural y celebrar el
lanzamiento de la cosecha de soja. En un encuentro con representantes del
'agronegocio' restó importancia a los incendios ("hay algunos por
Brasil") y cargó contra los países extranjeros que critican su política
medioambiental.
"Otros países que nos critican no tienen problemas
de incendios porque ya lo quemaron todo en sus países", afirmó. El día anterior
dijo que Brasil estaba de enhorabuena por la manera en que protege el medio
ambiente. Ante la crisis del Pantanal, el Gobierno apenas envió ayuda federal y
no movilizó a las Fuerzas Armadas.
La humareda que casi derriba el avión presidencial avanza
por todo el país. La semana pasada provocó lluvia negra en algunos puntos del
sur, y ya empezó a sentirse en el estado de São Paulo, a miles de kilómetros de
distancia del Pantanal.