En los disturbios de Malmö del 28 de agosto, unas 300 personas quemaron coches, dispararon bengalas y arrojaron piedras contra la Policía. En un vídeo subido a las redes sociales se veía a los vándalos gritar "Alahu Akbar" y "Judíos, recordad Jaybar: el Ejército de Mahoma está de vuelta".
Las cosas en Suecia se han deteriorado tanto que el pasado 29 de agosto la Policía emitió un comunicado, titulado "La tendencia en materia de violencia es extremadamente grave", en el que se leía:
Últimamente se han registrado graves incidentes y
episodios de violencia ligados a redes criminales, en los cuales varias
personas fueron asesinadas y otras resultaron gravemente heridas (...)
En Estocolmo, dos personas fueron asesinadas la semana pasada, y en
Gotemburgo grupos criminales han tratado de hacer exhibición de su
poderío controlando los vehículos que accedían a determinados distritos.
A principios de agosto, una inocente niña de 12 años fue asesinada
(...) [durante un enfrentamiento entre bandas], y también en otras
partes del país hay enfrentamientos entre redes criminales y otros
criminales despiadados. En la noche del viernes hubo disturbios en
Malmö, en los cuales resultaron heridos varios policías (...)
El jefe de la Policía Nacional sueca, Anders Thornberg, hizo una
suerte de petición de ayuda al resto de la sociedad. "La Policía sueca
está en una situación operativa difícil. La sociedad ha de unir fuerzas
con la Policía", dijo.
Seguiremos combatiendo al crimen organizado con todos los
instrumentos disponibles. Otras fuerzas benéficas presentes en la
comunidad, desde los funcionarios municipales y la sociedad civil a las
agencias de seguridad y, no menos importante, el público en general, han
de centrarse igualmente en afrontar el actual estado de cosas. La
Policía debe asegurarse de que los criminales son detenidos para que
puedan ser juzgados. Los criminales han de desaparecer de nuestras
calles y plazas para que no haya más crímenes despiadados.
En estos momentos, lo que enfrentan a diario muchos policías cuando
van a trabajar es preocupante y agotador. Trabajamos intensamente, 24
horas al día, los 365 días del año. No nos rendimos ni retrocedemos,
pero la situación es muy estresante.
El comunicado policial no mencionaba que dos chicos
fueron violados, torturados y semienterrados vivos en un cementerio
próximo a Estocolmo. Se trata de una nueva atrocidad en el creciente
número de delitos humillantes,
en los que la víctima no sólo es robada sino violentamente humillada,
en un despliegue de poderío por parte del agresor. Otro ejemplo de esta
clase de crímenes se produjo en octubre de 2019 en Gotemburgo, cuando
una banda forzó
a su víctima a besar los pies del cabecilla mientras lo grababan.
Después la golpearon en la cara hasta que perdió la conciencia.
"Suecia está perdiendo el control de su propio territorio", declaró recientemente el columnista Ivar Arpi al diario danés Berlingske Tidende.
Estos delitos y humillaciones odiosos están vinculados a
la cultura de gueto (...) A los periodistas no les gusta escribir sobre
esto, los políticos no quieren hablar de esto y los investigadores no
quieren acercarse a ello siquiera. Hay una ignorancia sistemática.
En los disturbios de Malmö del 28 de agosto, unas 300 personas
quemaron coches, dispararon bengalas y arrojaron piedras contra la
Policía. El escenario fue Rosengård, una zona tenida por "vulnerable" y
habitada mayoritariamente por inmigrantes. En un vídeo subido a las
redes sociales se veía a los vándalos gritar "Alahu Akbar" y "Judíos, recordad Jaybar: el Ejército de Mahoma está de vuelta",
en alusión a la masacre de los judíos de Jaybar, en la actual Arabia
Saudí, perpetrada por el profeta del islam y sus seguidores en el año
628. El Consejo de las Comunidades Judías Suecas emitió un comunicado que decía:
Desafortunadamente, no es la primera vez que una multitud
corea en Malmö amenazas de este tipo contra los judíos. El Consejo de
las Comunidades Judías Suecas se toma este incidente extremadamente en
serio y llama a la Policía y a otras autoridades responsables a
perseguir a quienes han incurrido en incitación contra un grupo étnico.
Según
los medios suecos, los disturbios fueron una reacción al pateo y quema
de un Corán, ese mismo día, en una plaza céntrica de Malmö por parte de
seguidores del pequeño partido antiislámico danés Stram Kurs, cuyo líder, Rasmus Paludan, había recorrido previamente la vecina Dinamarca con sus protestas antiislámicas.
Las manifestaciones de Paludan suelen tener un momento Corán, en el que arroja, quema o pone cerdo sobre un Corán. Dan Park, artista callejero sueco condenado
por incitar al odio contra un grupo étnico, invitó a Paludan a Malmö
para que participara en una concentración. La Policía sueca detuvo a
Paludan en la frontera, le negó la entrada y le informó de que se le había prohibido el ingreso al país por espacio de dos años.
"Creemos que sus acciones y la libertad de ingreso representarían una amenaza para intereses sociales clave", declaró
Mattias Sigfridsson, de la Policía de Malmö. Preguntado por si esa
decisión no atentaba contra la libertad de expresión, respondió:
Pensamos todo lo contrario. Hacemos lo posible para
proteger los valores democráticos vigentes. La concentración a la que se
ha denegado el permiso hoy habría supuesto un peligro para la seguridad
y el orden.
"Yo creo que los que representan una amenaza son los que reaccionan ante lo que hago", afirmó
Paludan a la prensa. La decisión de prohibir la manifestación de
Paludan fue ratificada por la Corte Administrativa sueca, que sostuvo
que, si bien los de reunión y manifestación son derechos
constitucionalmente protegidos y hay poco margen para denegar un permiso
para manifestarse, la amenaza era de tal gravedad que justificaba la
prohibición. La quema del Corán se produjo pese a la decisión de la
Policía y en contravención de la prohibición. Tres personas fueron detenidas y acusadas de incitación por patear un Corán en el centro de Malmö.
En Angered, un suburbio de Gotemburgo, una banda criminal puso
barricadas con hombres armados que chequeaban la identidad de quienes
entraban o salían en coche. Según el Berlingske Tidende,
los que las montaron eran de la familia Alí Jan, implicada en fraudes
financieros y otras actividades delictivas. Ese clan ha sido denunciado
ante la Policía más de 200 veces, pero ésta ha tenido que cerrar casi
todos los casos porque los Alí Jan amenazan a las víctimas y los
testigos callan.
También en Gotemburgo, un profesor de la escuela Lövgärdes se percató
de la presencia de dos hombres armados en las inmediaciones del recinto
y dio cuenta a la Policía, pero para cuando esta hizo acto de presencia
aquellos habían desaparecido. Ese mismo día, cuando el profesor se
dirigía a su domicilio, fue secuestrado y golpeado.
El líder del principal partido de la oposición sueca, Moderaterna
(Partido Moderado), Ulf Kristersson, dice ahora que quiere convertir en
delito la pertenencia a una banda.
"Sólo en este año, varios muchachos han muerto en apuñalamientos y tiroteos", escribió en Facebook.
Esta semana, dos chicos fueron objeto de atrocidades
terribles en un cementerio de Solna durante toda una noche. El martes,
un profesor de Gotemburgo fue secuestrado y agredido por contactar con
la Policía.
Lo que estamos viviendo prácticamente a diario no es normal, ni en
Suecia ni en Europa. Casi todos los que vivimos aquí lo sabemos. Este
estado de cosas está destruyendo la confianza y la cohesión suecas, la
violencia está amenazando al sistema. Bandas criminales aterrorizan
zonas residenciales enteras y matan a muchachos y adultos que se cruzan
en su camino. Ponen sus propias barricadas y controlan la vida cotidiana
de la gente. Son como terroristas domésticos, y han de ser combatidos
con toda la fuerza de nuestra democracia. Hay que tomar medidas que
verdaderamente produzcan un cambio, no sólo ajustes marginales.
Suecia debería empezar por convertir en delito el ser parte de una
banda criminal, de la misma forma que debería ser un delito pertenecer a
una organización terrorista. Ello daría a la Policía nuevas
oportunidades para actuar contra lo que hemos visto en Gotemburgo en los
últimos días, como el establecimiento de barricadas o la celebración de
reuniones de bandas criminales
En otro orden de cosas, la iglesia Västra Skrävlinge de Malmö fue
recientemente vandalizada durante siete noches consecutivas. Rompieron
las ventanas y destrozaron las estatuas, incluida una de Jesucristo que
quedó hecha añicos. Se desconoce quiénes lo hicieron, pero el Partido de
los Demócratas Suecos de la ciudad ha demandado a la Iglesia de Suecia que profundice en el asunto; y añadió en una declaración:
Teniendo en cuenta el vandalismo de que ha sido objeto la
iglesia Västra Skrävlinge y el que asola nuestros cementerios, la
Iglesia de Suecia ha de trabajar en ello. Lamentablemente, hay
resentimiento hacia la cultura cristiana entre ciertos grupos, y la
Iglesia de Suecia en Malmö no puede permanecer pasiva mientras la
herencia cultural cristiana es vandalizada.
https://es.gatestoneinstitute.org/16511/suecia-violencia-grave
***Judith Bergman, columnista, abogada y analista política, es Distinguished Senior Fellow del Instituto Gatestone.
*Mas:
https://es.wikipedia.org/wiki/Suecia
***Traducción del texto original: Sweden: The Violence Is "Extremely Serious"
Traducido por El Medio