La campaña de Trump todavía se puede aferrar a que no todo está decidido en los estados clave, aquellos donde los resultados están más empatados.
Quedan tres semanas para las elecciones del 3 de
noviembre en EE.UU., y la distancia que Joe Biden, el candidato demócrata,
mantiene frente a Donald Trump desde el verano se ha ampliado. Las encuestas
nacionales que han aparecido en los últimos días recogen el impacto en los
votantes del debate bronco entre candidatos del 29 de septiembre, el positivo
por Covid-19 de Trump y el espectáculo de su recuperación.
La de ABC News/Washington Post da una ventaja a Biden de
12 puntos (55%-43%), mientras que las de CNN (57%-41%) y Fox News (53%-43%)
también muestran una brecha de dobles dígitos.
La campaña de Trump, sin embargo, todavía se puede
aferrar a que no todo está decidido en los estados clave, aquellos donde los
resultados están más empatados y que inclinarán hacia un lado u otro el
resultado. En especial, en Florida, Arizona y Pensilvania, donde Biden sigue
por arriba en las encuestas, pero con márgenes más ajustados. Según los
acumulados de encuestas de RealClearPolitics, la diferencia de Biden en Florida
-el estado clave con más peso de electores, que son quienes definen la elección
del presidente- es de 3,7 puntos. Mientras tanto, en Arizona es de 2,7 puntos y
en Pensilvania, de 7,1 puntos.
Hace cuatro años, la situación en las encuestas de Trump
frente a Hillary Clinton era similar en estos tres estados (3,6 puntos en
Florida, 6,7 puntos en Pensilvania y 0,7 puntos a favor de Trump en Arizona).
En la recta final, el actual presidente consiguió remontar en esos estados.
También lo hizo en dos estados decisivos del Medio Oeste,
Michigan, donde a estas alturas iba perdiendo hace cuatro años por más de once
puntos, y Wisconsin, donde la diferencia era de 7 puntos. En estos dos
territorios, ganó por la mínima, por menos de 11.000 votos en Michigan y menos
de 8.000 votos en Wisconsin.
Ahora, tiene que obrar la misma remontada, pero en
condiciones más adversas y sin apenas margen de error. Las últimas encuestas en
Michigan y Wisconsin, publicadas este lunes por ‘The New York Times’ y Sierra
College colocan la ventaja de Biden en Michigan en 8 puntos y en Wisconsin, en
10 puntos.
Son márgenes amplios para Biden, que complican las
proyecciones para la reelección de Trump. En primer lugar, porque en este año
hay menos indecisos que en 2016, cuando se inclinaron por Trump y le dieron la
presidencia por la mínima. En 2016, según Pew Research, el 8% de los seguidores
de cada candidato aseguraba que podría cambiar de opinión. Ahora es el 5%,
también según Pew, o el 3%, según la encuesta de Quinniac University.
Además, entre aquellos que votaron a un tercer partido en
2016 -la candidata ‘verde’ Jill Stein o el libertario Gary Johnson-, el 49%
dice que ahora apoya a Biden, frente al 26% que se inclina por Trump.
Las encuestas también muestran que el apoyo de Trump
entre su principal base de votantes -el electorado blanco y los independientes-
se deteriora en los estados más decisivos del Medio Oeste: Pensilvania,
Michigan, Wisconsin, Minnesota, Ohio y Iowa. En un sondeo de «The New York
Times», los encuestados aseguraron que en 2016 se inclinaron por Trump frente a
Clinton con una diferencia de 2,6 puntos (la misma diferencia que después se
reflejó en los resultados reales de la elección, en la que la candidata
demócrata solo ganó en Minnesota). Ahora, sin embargo, esos mismos encuestados
dan a Biden una ventaja de seis puntos en la región, incluso imponiéndose por
la mínima en estados como Ohio o Iowa, que parecían seguros para Trump.
El resultado es que Trump necesita dar un vuelco en esta
región, en especial en Michigan y Wisconsin, donde lo tiene más difícil, además
de mantener el pulso en estados como Iowa y Ohio, y otros que se empiezan a
cuestionar en otras regiones, como Georgia y Texas. Si acaba perdiendo Michigan
y Wisconsin, no podría permitirse ningún otro descalabro. Quizá por eso su
campaña ha desviado recursos de esos estados a Florida, Arizona y Pensilvania.
Si además pierde cualquiera de esos estados, su camino a la reelección se
estrecha hasta casi desaparecer.