Consideran que el extitular de la Sedena tiene “un largo historial de corrupción y complicidades que han llevado al Ejército a una peligrosa polarización”. La polémica por el cultivo de amapola juega un papel clave.
EMEEQUIS.– Dicen en el argot militar que “si entre
gitanos no se leen las manos, menos entre generales”. Eso quedó claro en el
caso de la detención y exoneración de Salvador Cienfuegos en Estados Unidos por
los presuntos delitos de narcotráfico durante su gestión como secretario de la
Defensa Nacional en el sexenio de Enrique Peña Nieto (212-2018).
Pero el asunto es que existen generales que, a diferencia
del grupo que celebra la libertad de Cienfuegos Zepeda, han manifestado su
molestia por este acuerdo que presuntamente tomaron los gobiernos de Andrés
Manuel López Obrador y de Donald Trump, sobre todo porque consideran que el
extitular de la Sedena tiene “un largo historial de corrupción y complicidades
que, incluso, ha llevado al Ejército a una peligrosa polarización”.
Y sí, este grupo de generales también comenta al interior
de los cuarteles militares (y ya un poco más hacia el exterior) que Salvador
Cienfuegos es el responsable de haber llevado a esa institución castrense a su
“peor crisis de credibilidad y desprestigio, quizá desde la masacre del 2 de
octubre de 1968 en Tlatelolco”.
En esa lectura de manos entre generales –ya un tanto
abierta por el malestar en un sector de la cúpula castrense, detractor del
grupo de Salvador Cienfuegos–, fuentes del Ejército piden no olvidar un detalle
que ha pasado por alto desde la detención del extitular de la Sedena el pasado
15 de octubre en el aeropuerto de Los Ángeles, California, por agentes de la
Agencia de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), y enviado a una
corte de Brooklyn, Nueva York, acusado de trasiego de México a Estados Unidos
de heroína, metanfetaminas y marihuana, así como lavado de dinero entre 2014 y
2017.
Los mandos militares señalan a EMEEQUIS que, detrás de la
declaración de Salvador Cienfuegos Zepeda, exsecretario de la Defensa Nacional,
aquel 5 de octubre de 2018, en el sentido de legalizar el cultivo de la amapola
para uso científico y médico, había algo más que una propuesta para resolver el
problema de la violencia en México y el combate al crimen organizado.
“Lo que buscaba (Cienfuegos Zepeda) con ese comentario
era asegurar el trasiego de amapola y heroína desde Guerrero hasta Chihuahua,
Sonora y Baja California, y consolidar en ese corredor del Pacífico su imperio
del narco, de la mano del cártel de los Beltrán Leyva”, aseguran.
Faltaban dos meses para que Andrés Manuel López Obrador
asumiera la Presidencia de la República y para que el priísta Enrique Peña
Nieto dejara el cargo. El escenario era inmejorable: la inauguración del 41
Batallón de Infantería en Teloloapan, Guerrero. Salvador Cienfuegos Zepeda, “El
Padrino”, lanzó el reto en una de sus áreas de influencia:
“La despenalización de la producción de la amapola ya
está en la mesa. Creo que puede ser una salida al problema de la violencia en
México. Aquí lo único que habría que estar tratando de ver es cómo se atendería
la seguridad de los campesinos que ya no la van a vender a los delincuentes,
sino que la van a vender al gobierno para hacer la morfina”, planteó el
secretario general aquel 5 de octubre.
Al día siguiente, en Zacatecas, el en ese momento todavía
presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que conocía la
declaración de Cienfuegos Zepeda respecto a la legalización de la amapola, y
dijo que se recogería su punto de vista, así como “muchas otras propuestas para
delinear las acciones con la que se combatirá la inseguridad en el país”.
EL CULTIVO DE AMAPOLA DETRÁS
Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, fue más
allá tras estas declaraciones del extitular de la Defensa Nacional, quien
comentó que le daba “mucho gusto” la propuesta del militar, e informó que el
entonces gobierno entrante ya estaba trabajando con la ONU en el tema de
legalizar el cultivo de la amapola para uso medicinal.
La fuente de la Defensa Nacional también comenta a
EMEEQUIS que ese planteamiento de Cienfuegos, en la recta final del sexenio de
Peña Nieto, no se trató de otra cosa que de “una jugada maestra para perpetuar
la eliminación de cultivos de amapola auspiciados por pequeños grupos
delincuenciales locales y darle vía libre al gran negocio de esta droga, que
controlaba él y los cárteles de Sinaloa y de los Beltrán Leyva”.
“No sólo era el control aéreo y terrestre del cultivo,
producción y trasiego de la heroína. El general Cienfuegos también controlaba y
daba vía libre a los cargamentos de cocaína y metanfetaminas que venían de
Colombia y de Asia a través de los puertos de Acapulco, Lázaro Cárdenas, Puerto
Vallarta, Manzanillo, Mazatlán y Guaymas, para luego asegurar su paso, sobre
todo vía terrestre en autobuses de pasajeros, por las ciudades fronterizas de
Tijuana, Mexicali, Nogales, San Luis Río Colorado y Ciudad Juárez”, anotó la
fuente castrense que pidió el anonimato.
Lo anterior coincide con el informe “México: Monitoreo de
Cultivos de Amapola 2015-2016 y 2016-2017, realizado por la Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por siglas en inglés).
En el documento, en donde participaron distintas
dependencias del gobierno mexicano de Enrique Peña Nieto, incluida la
Secretaría de la Defensa Nacional, se señala que la superficie de cultivo de la
amapola en México se estimó en 30,600 hectáreas entre julio de 2016 y junio de
2017, mientras que entre julio de 2014 y junio de 2015 el cultivo de la amapola
tuvo un estimado de 26,100, un crecimiento de 4,500 hectáreas, ubicadas
principalmente –según el informe—en los estados de Guerrero, Nayarit, Durango y
Chihuahua.
El estudio de la UNODC subraya, además, que “no existe un
solo factor que pueda explicar el aumento del 21% del cultivo de amapola entre
2015-2016 y 2016-2017.
“Las investigaciones sobre terreno en Afganistán y
Myanmar han demostrado que los factores subyacentes al cultivo de la amapola
son polifacéticos y diversos, como la pobreza, las escasas oportunidades de
empleo, la falta de servicios de salud y educación, el acceso limitado a los
mercados y los problemas relacionados con el Estado de derecho y la seguridad”,
añade el documento.
No obstante, para julio de 2019, la UNODC reveló que el
96% de la producción de heroína a nivel mundial entre el 2014 y el 2018 se
concentró en tres países: Afganistán, Myanmar y México.
El documento también señala que el cultivo de amapola en
México se encuentra en áreas de difícil acceso, que se caracterizan por un bajo
nivel de desarrollo económico, y son Durango, Chihuahua, Nayarit, Guerrero y
Oaxaca.
Sinaloa, Chihuahua y Durango, que conforman el Triángulo
Dorado, no son sólo conocidos por el cultivo de amapola, sino también por el
cultivo generalizado de cannabis, que en su mayoría es exportado al mercado
estadounidense.
“El aumento de cultivo de amapola reportado en México fue
en paralelo con una serie de actividades de aplicación de la ley, incluyendo un
aumento de 32% en la erradicación de la amapola en México en el 2017, y 44% en
las cantidades de heroína y morfina incautadas en el país”, detalla el informe.
En ese contexto se da la liberación del secretario de la
Defensa, Salvador Cienfuegos Zepeda, “El Padrino” o “Zepeda”, quien en los
últimos años buscaba afianzar su imperio de la heroína, en donde –afirma la
fuente militar a EMEEQUIS—“echó mano de todos los recursos humanos, materiales,
logísticos y de inteligencia del Ejército Mexicano para convivir, proteger y
dividirse las ganancias con los cárteles del narcotráfico que operan en el
corredor del Pacífico”.
@emeequis
https://www.m-x.com.mx/secretos/la-otra-cofradia-los-generales-que-estan-molestos-por-liberacion-de-cienfuegos