No pega una. Después de su estrepitosa derrota electoral en El Alto a manos de Eva Copa, Evo Morales envalentonado por los resultados preliminares que daban ganador a su candidato a gobernador en Tarija se fue para “apoyar” a Álvaro Horacio Ruiz García, que finalmente quedó igualado en 38 por ciento con el exalcalde tarijeño, Óscar Montes Barzón, quien, para el 11 de abril en segunda vuelta, tiene todas las probabilidades de quedarse con el cargo por su alianza con las otras fuerzas de oposición.
Luciendo vestimenta de dos transnacionales, zapatillas
Nike y un pantalón Levis Strauss negro al estilo del mejor imperialista de
derecha, Evo llegó al aeropuerto, probablemente rumiando su frustración por la
pírrica victoria en primera vuelta en la capital chapaca; se aprestaba a
retornar a Cochabamba en un vuelo de Boa que ya estaba lleno de pasajeros; pero
allí lo esperaba otra desagradable sorpresa.
“¿Quién se rinde?, ¡nadie se rinde!», se escucha desde el
fondo del avión. «¡Fuera maleante!», gritan otras personas. Entonces, Evo
Morales se levantó de su asiento, tomó su maleta de mano y se bajó. Una vez más
demostró que no es capaz de enfrentar a ningún ciudadano que lo interpele. Lo
suyo es escapar y actuar desde las sombras.
Rápidamente los videos con el bochornoso momento para el
exmandatario circularon en las redes sociales. Las imágenes fueron tomadas por
los pasajeros que aguardaban el despegue de la aeronave, cuando se percataron
de la presencia del cocalero y fue allí que comenzaron los gritos e insultos.
“Entró Evo Morales al aeropuerto, ya había sacado su pase a bordo mediante la
web. Ingresó a la sala vip y la gente empezó a abuchear desde afuera”, relató
personal del aeropuerto al portal Bolivia Verifica.
Dos hechos dispararon el repudio de los pasajeros: su
visita al municipio de Bermejo donde se denunció el acarreo de personas desde
Argentina para que voten el domingo pasado, que provocó momentos de tensión y
vigilia de la población y la detención de dos exministros del gobierno
transitorio de Jeanine Añez en Beni, que inició la persecución judicial a
líderes cívicos y de la oposición por el supuesto golpe de estado que ahora
tiene inquieto al país.
Y Evo? Sólo aparece con declaraciones fuertes desde su
cuenta en Twitter que es muy bien manejada por sus asesores extranjeros. En
realidad, a eso nos tiene acostumbrados. Ah y a pelearse con mujeres; eso sí,
ahí es capaz de acosarlas, contarle chistes machistas que las denigran y
descartarlas políticamente, como hizo con Eva Copa y Lucia Reis, ambas electas
alcaldesas en El alto y en Cobija, pese a su desprecio.
* Daniel Castro, Periodista
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