Paris - Emmanuel Macron está convencido de que Turquía intentará interferir en las elecciones al Elíseo del 2022. El presidente francés hizo esta gr ave denuncia, el martes por la noche, en un programa especial de televisión de la cadena pública France 5 titulado “Erdogan, el sultán que desafía a Europa”. En el documental, de dos horas de duración, seguido de un debate, intervinieron también el expresidente Nicolas Sarkozy y el exprimer ministro Manuel Valls, que coincidieron en su inquietud ante la agresividad del régimen de Ankara.
Habrá intentos de injerencia en la próxima elección
–admitió Macron, sin dudarlo, cuando se le planteó la cuestión–. Está escrito.
Las amenazas no se esconden”. Al analizar las fuertes tensiones entre él y
Erdogan, por diversas razones, el presidente francés dijo que hubo “una
ofensiva en toda regla” contra su persona y contra Francia en el mundo
musulmán. Lamentó “una política de mentiras de Estado, difundidas por órganos
de prensa controlados por el Estado turco y por ciertas grandes cadenas
controladas por Qatar”.
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores
turco calificó ayer de “inadmisibles” las palabras de Macron, además de
“lamentables” e “incoherentes” en un contexto de esfuerzo por “restablecer una
relación pacífica y amistosa”.
En realidad, a pesar de sus serios reproches contra
Erdogan, Macron subrayó la necesidad de seguir dialogando y trabajando con él,
por mero pragmatismo, ya que están en juego asuntos vitales como la lucha
contra el terrorismo y la gestión de la inmigración. El titular del Elíseo
reconoció que, últimamente, su interlocutor ha estado más conciliador.
“Hace falta un diálogo con Turquía, hace falta hacer todo
lo necesario para que no dé la espalda a Europa y no vaya hacia más extremismo
religioso u opciones geopolíticas negativas para nosotros”. Macron fue franco
sobre las consecuencias de dar un portazo a Ankara. “Si abren las puertas,
vamos a tener a tres millones de refugiados sirios que llegan a Europa”,
alertó.
Ofensiva contra París : “Ha habido una política de
mentiras de Estado, de Turquía y las cadenas de Qatar”
La voluntad de Macron de no romper en ningún caso la
relación, pese a las provocaciones, no impide que París exija a Erdogan que sea
un aliado digno de esta palabra. “Tenemos necesidad de clarificar el lugar de
Turquía en la OTAN”, señaló el presidente francés, quien defendió su postura
firme, el verano pasado, de apoyo a Grecia durante el último conflicto con
Turquía sobre la soberanía en las aguas del Egeo.
El programa de France 5 recordó la partición de la isla
de Chipre –el último muro en territorio europeo– para ilustrar que los
desencuentros con Turquía vienen de lejos. Se hizo un repaso a la carrera
política de Erdogan, su utilización de la religión como instrumento para
consolidar su poder y su sueño expansionista de nostalgias otomanas. Fueron entrevistados
opositores y también partidarios del régimen. No se ocultaron algunas de las
razones que contribuyeron a la progresiva animosidad de Erdogan contra Europa,
entre ellas el comportamiento hipócrita de ofrecer a Turquía, a principios del
siglo XXI, un futuro ingreso en la UE –sin que hubiera la voluntad real de
hacerlo– y la ambigüedad de los líderes europeos cuando el líder turco sufrió
un intento de golpe de Estado, en julio del 2016. Ambos hechos causaron
decepción y resentimiento que las autoridades turcas han instrumentalizado.
En el último año se han acumulado las crisis entre
Turquía y Europa, y más concretamente entre Ankara y París. Macron ha asumido
un liderazgo europeo por el que paga un precio. Durante las escaramuzas entre
griegos y turcos en el Egeo –a propósito de la explotación de yacimientos de
hidrocarburos–, París envió fragatas y cazabombarderos Rafale para aumentar la
capacidad de disuasión griega. Luego vendió 18 de estos aviones a Atenas. Otros
puntos de fricción con Ankara son su intervención en Siria, la presencia
militar turca en Libia y la compra de misiles rusos, una afrenta a la Alianza
Atlántica
En Francia causó indignación el acoso que hace unos meses
sufrió la comunidad armenia en Décines-Charpieu, un suburbio de Lyon, a cargo
de nacionalistas extremistas turcos. Eso llevó a la ilegalización del grupo
radical Lobos Grises, al que Erdogan suele cortejar.
Pragmatismo: Macron ve inevitable colaborar con Erdogan
por la inmigración y el antiterrorismo
Para el expresidente Sarkozy, quien continúa presente en
el debate público pese a su reciente condena de cárcel por corrupción, la
entrada de Turquía la UE era y es imposible debido a su gran población y al
hecho de que, a su entender, ni su cultura ni su historia son europeas. “Hubiera
sido la negación de todo el proyecto europeo”. dijo. Y sobre los constantes
insultos a Macron y a Francia, advirtió que se aguanta demasiado. “Europa es
una potencia y debe hacerse respetar”, enfatizó.