El nuevo Gobierno israelà se enfrenta a su primera gran prueba con los nuevos ataques a bases de Hamas tras la tregua acordada el 21 de mayo.
La fragilidad del heterogéneo Gobierno israelí, investido
este domingo, y de la tregua entre Israel y el grupo islamista Hamas, iniciada
el pasado 21 de mayo tras 11 días de enfrentamiento a gran escala, afronta su
examen más serio y marcado por palabras teóricamente inofensivas como banderas
y globos.
La tensión en Jerusalén a raíz del llamado "Desfile
de Banderas" de varios grupos nacionalistas judíos que este martes
completaron el trayecto en Jerusalén interrumpido tras el ataque de Hamas el 10
de mayo ha sido una de las principales mechas de las decenas globos
incendiarios lanzados estos días desde Gaza contra el sur de Israel. Más allá
de una treintena de incendios, Hamas envió con los globos explosivos un
monumental órdago a la coalición de Naftali Bennett y Yair Lapid.
"La respuesta a cada proyectil debe ser la misma que
a cada globo incendiario que arrasa nuestros campos. Netanyahu debe dejar de
dar dinero a Hamas y responder", decía Bennett mucho antes de ocupar, de
forma inesperada y casi accidental, su puesto. De momento, ha cumplido con su
palabra al dar luz verde al ataque aéreo contra varias bases -vacías- de Hamas
en represalia por los 27 incendios causados por los artefactos explosivos
voladores. El Ejército afirma estar preparado "ante cualquier escenario,
incluyendo la reanudación de las hostilidades, en función a las acciones
terroristas desde la Franja de Gaza".
Pero el primer ataque en la era Bennett no tiene que ver
con sus viejas promesas, aunque se sabe examinado en sus primeros días, sino
con las más recientes del ministro de Defensa, Benny Gantz y el jefe del
Ejército Aviv Kochavi que tras la reciente ofensiva "Guardián de las
Murallas" avisaron que "las reglas han cambiado".
En este sentido, la peor escalada desde el 2014 causó
muertos (250 en la Franja de Gaza y 12 en Israel) y acabó con dos grandes
promesas de las partes que ahora se ponen a prueba. De su resultado, pueden
arrastrarse mutuamente a un violento enfrentamiento rompiendo una tregua que
Egipto intenta sin éxito apuntalar con acuerdos e incentivos.
Por un lado, Israel declaró como logro la restauración de
la disuasión ante las milicias avisando que, a diferencia del pasado,
respondería a cada ataque aunque fuera un globo explosivo sin víctimas. Por
otro, Hamas reivindicó su papel de "protector de Al Quds (Jerusalén) y Al
Aqsa" advirtiendo de que todo lo que sucede en la disputada ciudad, como
por ejemplo lo que llamaron "desfile de odio de extremistas judíos"
del martes, tendrá respuesta desde Gaza.
"La realidad ha cambiado" aseguraban desde
Yihad Islámica, mientras el portavoz de Hamas, Fawzy Barhum, presumió de que
sus advertencias de los últimos días obligaron a Israel a cambiar el trayecto
de la marcha (no entró en el casco antiguo de Jerusalén por la Puerta de
Damasco o el barrio musulmán camino al Muro de las Lamentaciones ) e incluso
desvió vuelos en el aeropuerto Ben Gurion ante el temor a proyectiles.
"Las acciones del enemigo demuestran que hemos logrado imponer una nueva
ecuación. Seguiremos nuestra valiente resistencia y defensa de los derechos
palestinos y Al Aqsa", apuntó confirmando la línea Gaza-Jerusalén.
HAMAS BUSCA PRESIONAR
"Si vuelven a atacarnos, responderemos. Solo tenemos
miedo a Alá", afirmó este miércoles Nasser en nombre de los grupos
enviados por Hamas para preparar y lanzar los globos explosivos tras el ataque
nocturno israelí y el mensaje de Gantz de las últimas horas -vía Egipto- de que
responderá a cada lanzamiento de proyectiles o explosivos.
Pero la decisión del liderazgo de Hamas de reanudar
choques en la frontera y sobre todo los globos incendiarios no se explica solo
con la ciudad cuya parte oriental fue ocupada por Israel en la guerra del 67.
El liderazgo islamista busca aumentar la presión para la entrada de la ayuda
económica catarí (30 millones de dólares mensuales) y abrir los accesos de
Gaza. Aunque el dúo Bennett-Lapid aún no ha tenido tiempo de establecer una
estrategia sobre la franja palestina evacuada por Israel en 2005, la posición
de Gantz y los organismos de seguridad es condicionar el proceso de
reconstrucción de Gaza a la entrega de dos civiles israelíes con problemas
mentales que llegaron por error a este territorio palestino y los cadáveres de
dos soldados muertos en los combates de la guerra del 2014.
Pese a las numerosas bajas de su brazo armado, golpes a
su sistema de túneles y la destrucción entera o parcial de varios centenares de
edificios por los bombardeos israelíes en el enclave que controla desde 2007,
Hamas se siente eufórico. Perdió como era de esperar en el terreno ante la
aplastante superioridad de la Fuerza Aérea y la efectividad de la batería
defensiva "Cúpula de Hierro" de Israel, pero ganó muchos puntos ante
la opinión pública palestina (frente al rival interno Al Fatah) y árabe (ante
el entusiasmo iraní y turco).
Israel y Hamas están a medio camino entre una tregua más
seria o una nueva escalada.