La comunidad internacional lleva mucho tiempo ignorando los abusos y violaciones a los derechos humanos de los palestinos cometidos por el Líbano. Son varias las razones por las que los libaneses no quieren a los palestinos. Una de ellas es que, desde los años 70 del siglo pasado, los palestinos han llevado a su país la guerra y la destrucción, y convertido los campos de refugiados en bases terroristas.
La cuestión del apartheid y la discriminación árabes
volvió a salir a la luz recientemente después de que un ministro libanés
anunciara que su país iba a permitir a los palestinos trabajar en varios
sectores que hasta el momento estaban reservados a ciudadanos libaneses.
El anuncio de Mostafa Bayram, titular de Trabajo, pilló
por sorpresa a muchos palestinos, a los que se veda el acceso a numerosas
profesiones desde hace cuatro décadas.
Los palestinos confían en que llegue a su fin la
discriminación de que son objeto por parte de una nación árabe como el Líbano.
Sin embargo, algunos nacionales del País del Cedro han expresado una fiera
oposición al alivio de las restricciones laborales que pesan sobre ellos, pues
temen que les quiten el trabajo o se conviertan en ciudadanos de pleno derecho.
El pasado día 8, Bayram, afiliado al grupo terrorista
proiraní Hezbolá, publicó un decreto que permite a los palestinos trabajar en
profesiones sometidas a regulación sindical. El decreto estatuye que los
palestinos nacidos en territorio libanés y oficialmente registrados en el
Ministerio del Interior podrán trabajar en profesiones para las que se requiera
afiliación sindical, de las que estaban previamente excluidos. Se trata de
profesiones relacionadas con la medicina, el derecho y la ingeniería, el
transporte público y el turismo.
Ahora bien, esto no significa que el Líbano haya decidido
derogar completamente las medidas discriminatorias contra los palestinos.
"No todas las profesiones se abrirán a los palestinos con el nuevo decreto,
algunas precisarán de cambios legales o en los estatutos de los sindicatos para
que los trabajadores no libaneses puedan acceder a ellas", según L'Orient
Today, que se describe como una plataforma independiente que tiene por objeto
evaluar las fallas del sistema libanés.
"La historia de los problemas de los refugiados
palestinos con las políticas restrictivas de empleo se remonta al periodo
precedente a la guerra civil libanesa", según un estudio elaborado por una
contratista palestina en el Líbano, en el que se explica que el Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales libanés propuso en 1964 regular la participación de
los extranjeros en el mercado laboral. En consecuencia, los palestinos fueron
clasificados como extranjeros y se les requirió un permiso de trabajo.
En 1982 las autoridades libanesas ampliaron la lista de
profesiones vedadas a los palestinos, hasta llegar a las 70, tanto de cariz
comercial como administrativas. Las restricciones fueron ligeramente aliviadas
en 1995, con la introducción de una enmienda que liberó de las mismas a los
extranjeros nacidos en el Líbano, de madre libanesa o casados con mujeres
libanesas.
Según la agencia de Naciones Unidas para los refugiados
palestinos (UNRWA),
...[los refugiados palestinos en el Líbano] son socialmente
marginados y tienen severamente limitados sus derechos sociales, civiles,
políticos y económicos, lo que comprende restricciones para su acceso al
sistema público de salud y enseñanza y a los servicios sociales; además, son
objeto de notables limitaciones en sus derechos al trabajo y a la propiedad...
La UNRWA añade que los refugiados palestinos siguen
teniendo vedado el acceso a 39 profesiones, principalmente debido a que para
desempeñarlas se requiere tener la nacionalidad libanesa. Son profesiones relacionadas
con la sanidad, el derecho, el transporte, la ingeniería y el turismo.
El decreto del Ministerio de Trabajo fue recibido con
sentimientos encontrados. Si bien hubo palestinos y libaneses que lo saludaron
como un paso positivo hacia el fin de la discriminación y el apartheid, otros
lo consideraron insuficiente por no contemplar mecanismos claros para su
aplicación. El dirigente de la OLP Ahmad Tamimi declaró:
...El decreto es un hito importante para la vida de los
refugiados palestinos en el Líbano, pues supone el fin de sus penurias y un
avance significativo hacia el desarrollo de una vida decente y normal...
Asimismo, dijo que había tenido "un impacto positivo
en el corazón de los palestinos en general y de los refugiados en el Líbano en
particular".
Los críticos se mostraron menos entusiastas respecto de
las perspectivas de poner fin al apartheid y la discriminación en el País del
Cedro. "Como todo el mundo, soy crítico y ando preocupado por esta
decisión" escribió en las redes sociales un usuario que se hace llamar
Islam-#GoldStrike.
...Uno de sus primeros y más importantes fallos es que,
al haber sido adoptada por el ministro y estar tan ligada a él, puede ser
fácilmente revocada por su sucesor.
Algunos libaneses parecen especialmente preocupados por
que los palestinos se hagan con trabajos desempeñados por nacionales, en un
país donde la tasa de desempleo se estima en más del 40%, y por qué se allane
el camino para el asentamiento permanente de los palestinos en el país.
Son varias las razones por las que los libaneses no
quieren a los palestinos. Una de ellas es que, desde los años 70 del siglo
pasado, han llevado al país la guerra y la destrucción, y convertido los campos
de refugiados en bases para grupos terroristas.
Los libaneses temen que la presencia permanente de los
palestinos en el Líbano tenga consecuencias demográficas y económicas de
calado. Así, aducen que su país está sufriendo una grave crisis económica y que
no puede permitirse absorber a no libaneses, empezando por los palestinos,
cuyas condiciones de vida en los campos de refugiados son muy difíciles.
También temen el tautín (reasentamiento). Algunos
sospechan que hay árabes y actores internacionales a los que gustaría ver al Líbano
convertido en un hogar para los palestinos, de ahí que consideren a éstos
"forasteros".
En resumidas cuentas: los libaneses están diciendo que la
permanencia de los palestinos en su país no es bienvenida.
Los directivos de los colegios de médicos y
farmacéuticos, que se oponen al alivio de las restricciones que pesan sobre los
palestinos, han expresado su conmoción ante la referida decisión ministerial.
Así, inciden en que sus estatutos dictan que ningún médico puede ejercer la
medicina en territorio libanés sin estar colegiado. Por su parte, el partido
cristiano Kataeb ha advertido de que la decisión de permitir trabajar a los
palestinos podría tener graves repercusiones en la situación política y
económica del país:
...Abrir las puertas a los refugiados en el Líbano para
que desempeñen decenas de profesiones es un ataque a los derechos de los
libaneses y una consolidación de su presencia permanente en el Líbano; y
mientras, los libaneses, emigrando... Con eso se reducirán los salarios en las
mencionadas profesiones, de acuerdo con la ley de la oferta y la demanda.
Asimismo, se requerirá a las instituciones y a los empleadores que den de alta
a sus empleados [palestinos] en la Seguridad Social, que habrá de soportar una
carga que la llevará a la bancarrota.
Igualmente, advirtió de que la decisión tenía intenciones
ocultas y maliciosas, como el asentamiento permanente de los palestinos en el
Líbano.
Pese a estas opiniones claramente antipalestinas, algunos
libaneses no temen expresar su vergüenza por el maltrato de su país a los
palestinos. "Ha llegado la hora de poner fin a esta historia de
discriminación y segregación sistemática", escribió la periodista Sawsán
Abu-Zahr.
...Los palestinos cualificados deberían poder ejercer sus
profesiones, especialmente en los ámbitos donde más se les necesita. Me atrevo
a decir que ha llegado la hora de garantizar a los palestinos, al menos, alguna
clase de representación en los municipios. Son muy pocos los libaneses que
comparten mi posición. Algunos me acusan de traición, pero son más los que ni
siquiera toman en consideración mi propuesta, bien por racismo o por miedo a
que la mejora de las condiciones de vida de los refugiados equivalga a su
asentamiento permanente en el país.
A estas alturas, no está claro si la decisión del
ministro de Hezbolá provocará verdaderamente el fin de las políticas de
apartheid contra los palestinos. Lo que sí lo está es que la comunidad
internacional ignora las violaciones contra los derechos humanos de los
palestinos perpetradas por un país árabe.
Los periodistas que cubren los asuntos de Oriente Medio
generalmente ignoran los padecimientos de los palestinos en los países árabes.
Para ellos, lo que hace el Líbano con los palestinos no es digno de atención
mediática.
La demonizacion de Israel por parte de tantos
periodistas, políticos y organizaciones pretendidamente pro derechos humanos
les deja poco tiempo para preguntarse por qué un palestino no puede practicar
la medicina en el Líbano, mientras que una significativa porción del personal
de los hospitales israelíes está conformada por médicos y enfermeros árabes.
Imagine el clamor en la ONU y los campus universitarios
de Estados Unidos y Canadá si lo que hace el Líbano lo hiciera Israel. Pero
cuando un país árabe somete a discriminación a los palestinos y viola sus
derechos humanos más elementales, lo único que se escucha es un silencio
sepulcral.