Varios medios han bautizado el 2006 como el año de la Mujer, citando también la elección de la gobernadora de Arizona, Janet Napolitana, a la presidencia de la Asociación Nacional de Gobernadores, y la llegada de Sarah Palin, nueva gobernadora de Alaska. Celinda Lake, una encuestadora demócrata entrevistada en US News and World Report,dijo que el 2006 "es el año de las mujeres en liderazgo", algo que achacó a que "ellas representan el cambio".

Clinton, que ha de decidir si arriesga su futuro con una candidatura presidencial, es demasiado rigurosa como para dejarse influir por los comentarios. Tras homenajear a Pelosi ( "es una superestrella", dijo), estudia los datos electorales con analistas como el consultor neoyorquino Howard Wolfson o Maureen White, ex financiera demócrata, sin olvidar a su marido, Bill. A partir de un amplio análisis de los resultados en el estado de Nueva York y en el resto del país, Hillary decidirá. Su alternativa a una candidatura presidencial es aceptar la opción menor de sustituir al insípido Harry Reid como líder del Senado, ahora con mayoría demócrata, al lado de Pelosi en la Cámara.

En realidad, el asalto de las mujeres estadounidenses al poder político sigue avanzando a cámara lenta. Las victorias de Clair Mc-Kaskill y Amy Klobuchar en Missouri y Minnesota, estados clave para los demócratas del Medio Oeste, son significativas, pero, incluso en este año récord, solo 16 de los cien senadores son mujeres. En la Cámara, sólo se han añadido tres mujeres a las 67 que ya había, entre los 435 representantes. Dado que la mayoría de los votantes en EE. UU. son mujeres, no es para lanzar cohetes.

Sin embargo, hay muchos motivos por los que Hillary puede lanzarse a por la plaza presidencial. Primero, sus propios resultados en el estado de Nueva York, en el que se hizo con el 67 % de los votos, muchos en el norte del estado, donde una mujer demócrata no suele ser vista con la misma admiración que en Brooklyn. "Va a ganar en condados rurales donde los demócratas jamás ganan", dijo Lawrence O´Donnell, editor de la serie televisiva El ala oeste,a la revista New York,y acertó. Un 57% de los votantes dijo en los sondeos tras la votación que Hillary sería una buena presidenta, frente al 39% que dijo que no. Hillary es de largo la candidata que más apoyo tiene, por delante de Barack Obama, el senador afroamericano de Illinois.

En segundo lugar, los últimos datos sobre los votos de las mujeres en todo el país son alentadores para Hillary y su partido. El 53% de las mujeres votó a los demócratas, frente al 43% republicano - porcentaje mayor que la media-, y las mujeres casadas, que suelen votar republicano, dividieron su voto a la par. Todos los encuestadores coinciden en que el grupo demográfico clave para las elecciones presidenciales en EE. UU. es el de las mujeres blancas, casadas, de estados indecisos como Missouri o Ohio. Por eso, el marketing inventa en cada elección una nueva categoría: las soccer moms de los años Clinton (mujeres con hijos que juegan al fútbol americano), las security moms,votantes de Bush por su preocupación por la seguridad, y en estas últimas elecciones las mortgage moms (madres con hipoteca).

Según Dock Morris, el polémico ex asesor de Bill y Hillary Clinton y ahora asesor republicano, "las mujeres blancas son la clave para llegar a la Casa Blanca; son los votos que cambian y deciden quién gana". "La fuerza fundamental de Hillary es el voto femenino", escribe en su libro Condi versus Hillary,en el que plantea que, por el factor femenino, el único republicano que puede parar a Hillary sería la secretaria de Estado Condoleezza Rice. Ésta volvió a descartar la posibilidad en una entrevista en Fox News antes de las elecciones, insistiendo en que su ambición es ser ejecutiva en un club deportivo.

Al margen de análisis sofisticados, el dato básico que respalda una posible candidatura de Clinton es que el número de mujeres registradas para votar en EE. UU. supera con creces a los hombres, y ellas votan además con mayor frecuencia. Consciente del análisis de Morris, Hillary estudiará con lupa la estadística electoral en Nueva York. En los sondeos, el 67% de las mujeres la valoran, frente al 53% de los hombres. "El aumento del voto femenino achacable a Hillary probablemente será enorme", afirma Morris.

El rechazo a una propuesta de prohibir el aborto en Dakota del Sur es otra señal de que incluso en el interior existe otra América más abierta a las ideas sociales de Hillary Clinton. Las victorias frente a candidatos conservadores en asuntos sociales logradas por McAskill en Missouri y Nancy Boyda en un distrito de Kansas quizás indican que una mujer puede defender con más credibilidad que un hombre posturas como el derecho de la mujer a abortar, frente a los ataques de la derecha cristiana. Pero McAskill no ganó muchos votos rurales y un analista de una universidad de Manhattan (Kansas) aseguró que "Clinton no tendría ninguna posibilidad" en un estado socialmente conservador como Kansas. Si se trata de impulsar la causa de las minorías, "Barack Obama sería un candidato mejor", añadió.