Mientras el Kremlin prohíbe sitios en Internet, la gran empresa escapa del país.
La accidentada geografía rusa ha quedado cubierta, de
nuevo, por un gran telón de acero que busca separarla de Occidente. Aunque, en
este caso, la barrera es principalmente digital. Durante los últimos días,
varias empresas de la Unión Europea y de Estados Unidos han anunciado su
decisión de abandonar el país gobernado por Putin. Mientras tanto, otras, como
Facebook o Twitter, han sido bloqueadas por el propio Kremlin debido a las
medidas adoptadas por las plataformas para limitar la desinformación en la Red
de los medios estatales ‘Rusia Today’ y ‘Sputnik’.
De acuerdo con el jurista especializado en temas
digitales Sergio Carrasco Mayans, con la eliminación de sitios occidentales el
Kremlin busca controlar el discurso sobre la guerra de forma total.
Eliminar en la medida de lo posible los medios al alcance
de Occidente para alterar su narrativa: «Estamos asistiendo a una guerra de
información. Lo que está intentando Rusia es controlar los medios y restringir
la libertad de información. Las redes sociales no dejan de ser una herramienta
para acceder a información de forma global».
Los cierres de Facebook o Twitter, plataformas que apenas
utilizan el 37% y el 14% de los rusos respectivamente, no parece que, sobre el
papel, vayan a suponer un gran problema para la mayoría de internautas del
país. Y eso es algo que el Kremlin sabe bien. Actuamente, la plataforma más
empleada en el país, en concreto por el 73% de los usuarios de acuerdo con
datos compartidos por Statista con ABC, es VK, red social de origen ruso que
ofrece exactamente lo mismo que Facebook y que tiene a 97 millones de personas
enganchadas cada mes. «Realmente, a Putin le debe preocupar el uso que se pueda
hacer de herramientas como Facebook y Twitter, que tienen un contenido muy
periodístico y más apegado a la actualidad, pueden suponer un problema más
grande para Rusia en un momento como el actual en el que quieren que su versión
del conflicto impere en el país», explica Ferrán Lalueza, profesor de la
Universidad Oberta y experto en redes sociales.
El Gobierno ruso, sin embargo, no ha anunciado por el
momento ninguna medida contra YouTube, plataforma propiedad de Google que
actualmente emplean el 68% de los rusos y que, como Facebook, ha eliminado y
desmonetizado las publicaciones de medios afines. «En el caso de Google y
Youtube hablamos de sitios que tienen un uso masivo, seguramente Putin lo ha
puesto todo en la balanza y ha decidido no dar ese paso por el momento. Lo
mismo vale para Instagram, que no es tan político como Facebook y Twitter, es más
frívolo», zanja Lalueza.
Ni CocaCola ni Starbucks
Al cierre de Facebook y Twitter se sumó el domingo la
decisión de TikTok de prohibir la subida de contenido a los creadores en Rusia
por temor a que el Kremlin tome medidas contra ellos en caso de que compartan
algo que pueda ser consiferado como ‘desinformación’. Apple ya no vende sus
‘smartphones’ ni tablets y Microsoft, por su parte, ha renunciado a continuar
comercializando dispositivos y servicios en el país; lo mismo ocurre con
empresas de videojuegos, como Electronic Arts, propietaria de la popular franquicia
de fútbol FIFA, y los proveedores de Internet estadounidenses Lumen y Cognent.
Estas dos últimas salidas, además, pueden provocar problemas de conexión en el
estado próximamente. El ministro de Transformación Digital de Ucrania, Mykhailo
Fedorov, lleva desde el inicio de la invasión solicitando este tipo de
movimientos.
Más allá de las tecnológicas, otras grandes empresas
occidentales han decidido abandonar Rusia a modo de protesta por la invasión.
Ese es el caso, por ejemplo, de McDonald’s, Coca Cola y Starbucks. Entre todas,
cuentan con decenas de miles de trabajadores en el país gobernado por Putin.
Inditex, conglomerado del que forma parte Zara, es otro que ha decidido
recientemente parar sus operaciones en el estado. Algo que han hecho ya otras
firmas textiles, como Nike.