La oposición mexicana frenó una reforma energética en el Congreso. Según los analistas, México se ahorrará un conflicto con EE. UU., y miles de millones en gastos derivados. En tanto, el gobierno habla de traición.
Se trató de la primera gran derrota en el Congreso para
el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en cuatro años de mandato.
Tras un debate maratoniano, y apelando a amenazas y llamamientos patrióticos,
su agrupación política -Morena- intentó quebrar la resistencia de todos los
partidos de la oposición contra la reforma energética revisionista. Finalmente,
no se logró la mayoría de dos tercios necesaria para una ley de modificación constitucional. Solo 275
parlamentarios votaron a favor del proyecto de ley presentado por el mandatario
-se necesitaban 334-, que habría revertido en gran medida la liberalización del
sector eléctrico y su transformación ecológica desde 2013.
¿Traición política o testarudez?
AMLO criticó duramente el resultado de la votación en su
discurso matutino del lunes y habló de traición a la patria: "En vez de
defender los intereses del pueblo, de la nación, en vez de defender lo público,
se convirtieron en francos defensores de empresas extranjeras que se dedican a
medrar, a robar", dijo. Al mandatario mexicano le preocupa la
recentralización del sector bajo el control del proveedor de electricidad
paraestatal CFE. Él presentó su propuesta como una "recuperación de la
soberanía del Estado" y estableció un paralelismo histórico con la
nacionalización del petróleo en 1938, alimentando así el orgullo nacional.
Según los expertos, tenía sentido revisar la
liberalización que el sector experimenta desde el 2013. Por ejemplo, Edna
Jaime, de la oenegé "México Evalúa", criticó que "la protección
de los consumidores era débil". Pero el presidente no ha mostrado ninguna
voluntad de negociar y ha dado instrucciones a sus congresistas para que no
cambien ni una sola letra de su proyecto de ley.
Los economistas respiran aliviados
En los sectores económicos, en cambio, el resultado de la
votación fue recibido con alivio: "Ningún analista económico o de energía
ha dicho un solo punto positivo sobre la reforma eléctrica", tuiteó
Gabriela Siller, del proveedor de servicios financieros BASE.
Según Octavio Aguilar, consultor de gestión y exdirector
administrativo de la petrolera estatal Pemex, la contrarreforma habría costado
miles de millones de dólares y espantado a los inversores porque se ponía en
duda la seguridad jurídica: "Si hubiéramos reincorporado Pemex y CFE al
presupuesto del Estado, la deuda nacional habría aumentado en más de 100.000
millones de dólares de un solo golpe", afirmó a DW Aguilar.
En los últimos años, y debido a la liberalización del
sector energético, tanto Pemex como la CFE perdieron participación en el
mercado frente a los proveedores privados. Las dos empresas están en números
rojos y se consideran las arcas de la campaña del partido en el poder. Además,
las subvenciones a los precios de la gasolina y la electricidad se utilizaron
para captar votos, a expensas de otras inversiones estatales.
Se garantiza la seguridad jurídica y la protección del
clima
No solo las finanzas del Estado se habrían visto
afectadas, sino también el medio ambiente y los consumidores, según Aguilar.
"La CFE habría gozado de prioridad legal en el mercado eléctrico frente a
las energías más baratas y limpias de los proveedores privados", explicó.
Según los ecologistas, el proyecto de AMLO habría puesto en peligro el cumplimiento
de los objetivos de protección del clima de París.
Asimismo, México se habría enfrentado a cientos de
demandas en tribunales de arbitraje privados, añadió Aguilar. Las empresas
privadas han invertido alrededor de 40.000 millones de dólares en la expansión
de las energías renovables desde 2013. Diez mil millones de esta cantidad
provienen de Estados Unidos, socio de libre comercio. El gobierno
estadounidense ya ha amenazado con acudir a los tribunales, y la contrarreforma
había empeorado las relaciones bilaterales.
Resurrección de la oposición
Es probable que la votación tenga no solo consecuencias
económicas, sino también políticas. En un video, el politólogo Max Kaiser habló
de la "resurrección de la oposición", que hasta ahora ha tenido una
dura lucha contra el popular presidente. La presión que los ciudadanos ejercen
sobre las instituciones democráticas han demostrado ser estrategias exitosas,
declaró Kaiser.
En tanto, en Morena existe una creciente preocupación por
la pérdida del atractivo del movimiento político, especialmente a medida que el
partido experimenta una serie de fracasos: "No todo es culpa de los
adversarios externos, de los traidores de partidos políticos antiguos, de los
medios vendidos a la oligarquía o de los falsos demócratas que encabezan las
autoridades electorales", escribió el columnista afín al partido John
Ackerman en el periódico de izquierda La Jornada.
"Los morenistas también tenemos la culpa",
advirtió Ackerman. En junio de 2021, Morena perdió la mayoría de dos tercios en
el Congreso. Hace una semana, apenas el 18% de los mexicanos respondió al
llamado del presidente AMLO para confirmarlo en el cargo a través de un
plebiscito. Los videos sobre el lujoso estilo de vida de su hijo han empañado
su imagen de ascético luchador contra la corrupción.