Una vieja alianza entre el mexicano Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y los Huistas en Guatemala ayuda a entender su actual complicidad, en una zona identificada como terreno del Cártel de Sinaloa. Mientras tanto, otro vínculo con disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) revela por qué estos envían cocaína colombiana al CJNG a través de Guatemala.
La frontera noroeste de Guatemala fue conocida por años
como territorio exclusivo de los socios del poderoso Cártel de Sinaloa, que
tuvo entre sus líderes al afamado Joaquín "El Chapo" Guzmán. Eso
ocurrió hasta la incursión de los Zetas
en la zona, entre 2007 y 2012, y, más recientemente, hasta que el Cártel
Jalisco Nueva Generación (CJNG) comenzó a disputarle rutas de trasiego al
Cártel de Sinaloa en la colindante Chiapas, México. En 2021, el conflicto se
rebalsó hacia la zona fronteriza de Huehuetenango (290 kilómetros al noroeste
de la capital de Guatemala).
En marzo de 2022, el Departamento del Tesoro de los
Estados Unidos reveló que los narcotraficantes locales en Huehuetenango,
conocidos como Los Huistas (parte del nombre de un municipio en ese
departamento), traficaban cocaína para estos dos grupos mexicanos rivales: CJNG
y Sinaloa, que este año siguen disputando con violencia varias zonas a lo largo
de México. El hecho de que una organización grande en Guatemala trafique para
dos que se consideran enemigas entre sí, no es usual en el mundo narco. No lo era,
al menos, hasta hace un par de años.
"Me llamó la atención que Los Huistas pudieran tener
negocios con los grupos más importantes en México y que, siendo enemigos,
permitan que los Huistas les proporcionen droga a ambos", dice Francisco
Jiménez, exministro de Gobernación (2009) y exdirector fundador de la Dirección
General de Inteligencia Civil (Digici) entre 2007 y 2008. "Esto refleja
una capacidad de negociación y (que los traficantes mexicanos están diciendo),
‘mejor no me peleo porque es un proveedor importante’. Es una forma de negocios
corporativa. No es de un grupo particular, sino es de un grupo de personas con
intereses en común, que acuerdan una forma de hacer negocios. El Ministerio
Público (MP) decía que es una sofisticación de la conducta criminal",
explica Jiménez.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos dijo en
2022 que "recientemente" el CJNG había comenzado a aparecer en Petén
y Huehuetenango. El MP guatemalteco no incluyó a Huehuetenango entre los
departamentos donde detectó la presencia de socios del CJNG en Guatemala, pero
sí mencionó a Petén como uno de los lugares donde una estructura del cártel
estaba activa desde al menos 2019. Así lo anunció en diciembre pasado, cuando
varios miembros de la estructura fueron capturados.
Además, un viejo nexo entre las raíces de ese cártel y un
miembro de los Huistas revela que no era extraño a Huehuetenango. Los reportes
de las autoridades en los poblados de Chiapas que colindan con este
departamento incluyen enfrentamientos y capturas del CJNG. Por ejemplo, en
agosto pasado capturaron a 48 miembros de Jalisco Nueva Generación en ese
Estado mexicano.
En noviembre pasado, la Fiscalía General de Chiapas
confirmó que hubo un enfrentamiento en Guatemala (La Mesilla, Huehuetenango), a
200 metros de la frontera con México. Una persona murió y varias resultaron
heridas. Estas, por la cercanía, fueron llevadas a un hospital en Chiapas. Las
autoridades guatemaltecas y mexicanas no identificaron a los involucrados con
el CJNG porque no hubo detenidos. Sin embargo, tres meses antes, las fuerzas de
seguridad de México capturaron al casi medio centenar de miembros del cártel
del lado de Chiapas, en la zona que colinda con La Mesilla. Los enfrentamientos
en Chiapas, por lo general, se han vinculado a ese cártel. En último plano
están las grabaciones de voz y vídeos que circularon en 2021 en redes sociales
de un grupo autodenominado el CJNG, que anuncia que está poniendo orden en
ambos lados de la frontera, incluyendo en La Democracia y La Mesilla, en Huehuetenango,
Guatemala.
La alianza entre los criminales guatemaltecos y los del
CJNG, data del periodo 2000-2003, cuando uno de los Huistas, Walter Arelio
Montejo Mérida, vendía cocaína a Antonio Guízar Valencia, líder del Clan de los
Valencia (o Los Cuinis), que operaba en los estados mexicanos de Chiapas y
Michoacán. Este grupo, vinculado a los orígenes del Cartel de Sinaloa, se había
independizado y también contaba en sus filas con Nemesio Oseguera Cervantes
(alias "El Mencho"), un conocido y ambicioso líder que se integró a
la familia Valencia, cuando se casó con Rosalinda González Valencia en 1996.
Oseguera Cervantes es ahora el líder del CJNG y uno de los delincuentes más
buscados en México y Estados Unidos.
La información del nexo con Guízar Valencia y Los Huistas
la reveló Montejo cuando apareció como testigo en el juicio contra los hermanos
guatemaltecos Eliú y Waldemar Lorenzana Cordón, en marzo de 2016, en una corte
de Washington, DC., como consta en los folios que contienen su declaración en el
expediente del caso.
Montejo acabó extraditado a Estados Unidos en 2012, para
enfrentar cargos por narcotráfico en una corte de Washington, D.C. Oseguera
Cervantes dejó el Clan de los Valencia y conformó el CJNG. Para 2017, Montejo
aparecía como "no en custodia" del Buró Federal de Prisiones de
Estados Unidos en sus registros electrónicos. Eso quiere decir que salió libre
o quedó en custodia de otra agencia federal estadounidense.
Aunque el CJNG ha estado activo durante años en México,
en junio de 2021, sorprendió que había comenzado a incursionar en
Huehuetenango, donde la prensa local registró relatos de testigos que
aseguraban haber visto un retén sobre una carretera, operado por un comando de
hombres fuertemente armados. Los testigos dijeron que los sujetos
inspeccionaban vehículos buscando migrantes indocumentados y armas de fuego, en
el tramo entre Nentón (a 41 kilómetros de la zona limítrofe por carretera) y la
frontera con México. La noticia recordó a las incursiones de los Zetas hace
casi 15 años.
Al menos tres reportes de prensa consignaron, entre julio
y septiembre de 2021, de ambos lados de la frontera, fuertes balaceras que
dejaron en México un sendero de camionetas y pickups agrícolas perforados por
balas de rifles de asalto o consumidos por llamas. Cualquier herido o muerto
fue sacado del lugar antes de que llegaran las autoridades. En dos de esos
casos, la Policía mexicana descubrió al menos un vehículo averiado con placas
de Guatemala. Pese a lo afirmado por la Fiscalía del Estado de Chiapas en
noviembre pasado, y a los reportes de prensa, el coronel Rubén Téllez, portavoz
del Ministerio de la Defensa en Guatemala, negó que los hechos armados
ocurrieran en Huehuetenango.
La violencia en Huehuetenango recordó a la época del
conflicto entre los narcotraficantes locales y Los Zetas, pero hay indicios que
sugieren que la disputa no es con Los Huistas sino con una estructura menor.
Por ejemplo, Los Huistas emboscaron a un comando de los Zetas en noviembre de
2008, dejando un sendero de 17 muertos entre el municipio de Santa Ana Huista y
la frontera con Chiapas. Lo de ahora es distinto. La escala de la reacción en
Guatemala ante el comando armado identificado como parte del CJNG no tiene
comparación con la reacción ante los Zetas en 2008.
Un exfuncionario del Ejecutivo en el departamento, que
solicitó el anonimato por seguridad, atribuyó las diferencias a que se trató de
un grupo pequeño en Guatemala, que intentó en vano establecer presencia en la
frontera, y no de Los Huistas. Los vínculos entre el CJNG y Los Huistas
explicarían las diferencias entre los hechos de 2021 y 2008.
Señales de una vieja alianza
La ausencia de conflicto en Huehuetenango sugiere un
acuerdo con el CJNG, considerando que este cártel eligió ese departamento como
su punto de entrada a Guatemala, y que usa el país para desplazarse hasta la
costa del Atlántico y Honduras. El viejo vínculo entre el Clan de los Valencia,
al que perteneció"El Mencho", y Montejo podría explicar por qué.
Transcurridos varios meses después de la última balacera
en la frontera, la hegemonía de Los Huistas prevalece, igual que la presencia
del CJNG en la frontera y parte del departamento, según algunos periodistas
locales lo suficiente precavidos para abstenerse de publicarlo, pero con
quienes se habló para este artículo.
Mientras tanto, el CJNG no ha permanecido inerte. Lo
demuestran las capturas en Guatemala de 12 de sus socios en diciembre de 2021.
La Fiscalía de Narcoactividad llamó al caso Triángulo Criminal, y estableció la
relación con ese cártel cuando anunció las capturas. Entre los detenidos hay
tres oficiales de la Fuerza Aérea de Guatemala que se encargaban, según el MP,
de retrasar la respuesta a la detección que los radares hacían de aeronaves
ingresando ilegalmente al espacio aéreo guatemalteco, y que iban cargadas con
cocaína colombiana. Uno de los oficiales estaba asignado al norteño
departamento de Petén, otro a Retalhuleu (suroccidente del país); el tercero, a
la capital. Las tres, posiciones claves. Para entonces, autoridades mexicanas
ya se referían a Jalisco Nueva Generación como el segundo cártel más fuerte en
México, después de Sinaloa, su principal rival.
Un reporte del Departamento de Estado de Estados Unidos
del 23 de marzo pasado indica que el CJNG y el Cártel de Sinaloa también son
responsables de la recepción de cocaína en Belice, transportada a ese país por
vía aérea. La droga después es trasladada por tierra hacia México, vía Petén, o
Izabal, departamento que colinda con el sur de Belice. En septiembre de 2021,
las autoridades guatemaltecas incautaron mil kilos en Izabal que habían sido
traficados desde Belice, según Alan Ajiatas, Subjefe de la Fiscalía de Delitos
de Narcoactividad.
Ajiatas no reveló si la cocaína que provenía de Belice
era del CJNG, pero afirmó que le siguen la pista a la estructura del CJNG desde
2019. Entre ese año y marzo de 2021, Petén fue el hub para el aterrizaje del 48
% de las aeronaves cargadas con cocaína que aterrizaron en Guatemala, según
datos de la PNC, MP y el Ministerio de la Defensa. Eso es 50 de 107 avionetas o
jets (cada uno con la capacidad de transportar entre 300 kilos y dos toneladas
de cocaína).
El 26 de agosto, las autoridades capturaron a siete
personas más vinculadas al Triángulo Criminal. Sin embargo, Ajiatas señaló que
la relación entre estos capturados y el CJNG no se ha establecido, aunque el MP
informó que operaban en Alta Verapaz y Petén. Estos son departamentos donde
también delinquía la estructura capturada en diciembre pasado, y dos de los
seis departamentos donde han aterrizado 118 de las 126 aeronaves con cocaína en
el país desde 2019. Esta cifra incluye la aeronave de diciembre pasado que
transportó hasta Petén cocaína que un grupo disidente de las FARC envió a
Jalisco Nueva Generación.
Retalhuleu (187 kilómetros al suroccidente de la capital
guatemalteca) fue el sitio de aterrizaje para otro 18 % de las aeronaves, y el
lugar donde el CJNG hizo contacto con al menos un miembro de la estructura del
Triángulo Criminal capturado en diciembre pasado, según Ajiatas. Las
autoridades sólo han logrado incautar la droga en uno de cada cinco
aterrizajes, usualmente porque ocurren en sitios remotos y de difícil acceso.
Hubo nueve aterrizajes entre enero y junio pasados. La única incautación, el 31
de marzo, en Baja Verapaz (172 kilómetros al norte de la capital guatemalteca),
que colinda al norte con Alta Verapaz, resultó ser de 1,065 kilos de cocaína,
según el MP.
Ajiatas no pudo confirmar si el caso tiene relación con
el CJNG. Otros dos aterrizajes ocurrieron en Petén, dos en Alta Verapaz y uno
en Escuintla (costa del Pacífico). La Fiscalía de Narcoactividad sí identifica
la presencia de socios del cártel en los departamentos de Guatemala, Petén,
Retalhuleu, Escuintla, Sacatepéquez y Alta Verapaz. La fiscalía excluye de la
lista a Huehuetenango, donde el Departamento de Estado de los EE. UU. sí ubica
al Cártel Jalisco Nueva Generación, según dijo a InSight Crime. También excluye
a Izabal, que es un punto de tránsito obligado para los traficantes que se
desplazan hacia Honduras.
Vínculo con la disidencia de las FARC
En enero de 2022, las autoridades de Colombia anunciaron
que laboratorios para fabricar cocaína, operados por disidentes de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, desmovilizadas en 2016), proveían al
Cártel Jalisco Nueva Generación con toneladas de cocaína. La evidencia más
contundente tomó la forma de un jet que despegó de una pista clandestina en
Venezuela, según una fiscalía de Colombia, y aterrizó en Petén el 15 de diciembre
de 2021, y en el cual las autoridades guatemaltecas incautaron una tonelada de
cocaína. Los ladrillos de droga tenían todas las características que
correspondían con un laboratorio en Colombia, operado por Segunda Marquetalia,
un grupo disidente de las FARC. Este era un vínculo FARC-CJNG con historia.
"Jalisco Nueva Generación aprendió bastante de las
relaciones que formaron en Colombia, donde El Mencho adoptó las tácticas de las
FARC; por eso las fuerzas de seguridad en México le tiene mucho miedo",
dice Michael Vigil, exjefe de Operaciones Internacionales de la DEA (Agencia
Antidrogas de EE. UU.) en los años 90. "El Mencho es bastante astuto; gana
billones de dólares que ha invertido en sobornar a políticos, miembros de las
fuerzas de seguridad, y equipando muy bien a sus hombres, con armamento de tipo
militar, y camionetas blindadas". Lo demuestran las fotografías y vídeos
de sujetos que se identifican como CJNG, desde los chalecos antibalas hasta las
botas de combate y los rifles de asalto que portan.
En enero de 2022, la DEA anunció que la "Operación
Semper Infidelis" llevó al desmantelamiento de una red de tráfico de armas
del Cártel Jalisco Nueva Generación, que compraba armas en Estados Unidos y las
traficaba hacia México. Muy posiblemente son las mismas que usan para traficar
en Guatemala, dadas las incursiones de ese cártel al país. Las autoridades
mexicanas reportaron que en 2021, entre el 70 % y el 90 % de las armas de fuego
incautadas en escenas de crimen o al crimen organizado, provienen de los
Estados Unidos. Son armas
estadounidenses utilizadas para proteger cargamentos de droga en ruta al
mercado consumidor en los Estados Unidos
Según el Departamento de Estado, el 90 % de la cocaína
incautada en ese país fue traficada vía Guatemala y México.
El Mencho, desde sus inicios se familiarizó con las armas
estadounidenses. Pasó tres años en una cárcel de Texas con cargos por
narcotráfico en los años 90. Luego, regresó a Jalisco, México, a emplearse como
policía municipal, sólo para reanudar su incursión en el narcotráfico como
miembro del Cártel Milenio, predecesor del Cártel de Sinaloa, según Vigil. Diez
años después, El Mencho se integró al Clan de los Valencia, que traficó cocaína
de Guatemala a México utilizando la propiedad de un Huista. Para 2010, El
Mencho ya era cofundador del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Narcos y sus parientes políticos
Desde que El Mencho cruzó caminos con Los Huistas, la
influencia de estos últimos se ha extendido a la arena política. Henry
Hernández Herrera, a quien el MP asoció a Los Huistas, y fue asesinado en enero
de 2022, había sido detenido un año antes en conexión con un caso de lavado de
dinero relacionado con narcotráfico. Todo esto mientras su hermana, Sofía
Hernández Herrera, era Primera Vicepresidenta del Congreso en 2021. En 2022,
todavía ocupa un escaño en el Congreso como diputada de Huehuetenango (en su
tercer período de cuatro años en el Congreso). No obstante, el MP a la fecha no
ha asociado a la parlamentaria con ningún hecho de narcotráfico, pero el
Departamento de Estado de los Estados Unidos sí la incluyó en julio en la Lista
Engel de personajes corruptos en la región, "por socavar instituciones
democráticas" al utilizar su posición "para intimidar a oponentes
políticos", solicitar sobornos y amenazar con los propósitos legítimos del
Congreso para beneficio personal.
En 2021, el sobrino de la diputada, Augusto Jean Carlo
Castillo Hernández fue capturado por un pedido de extradición de los Estados
Unidos, para que enfrente cargos de narcotráfico en una corte de ese país. Una
fiscalía estadounidense vincula a Castillo al trasiego de cocaína en
Huehuetenango, con la intención de enviarla a los Estados Unidos, según la PNC.
La estructura operaba en Santa Ana Huista, entre otros municipios del citado
departamento, que las autoridades locales han identificado como zona de Los
Huistas.
Por aparte, Aler Samayoa Recinos, identificado como la
cabeza de Los Huistas (designados por el Departamento del Tesoro de los Estados
Unidos como narcotraficantes en marzo de 2022), tiene desde 2020 una hija,
yerno y consuegra como diputados representantes de Guatemala en el Parlamento
Centroamericano (Parlacen). La hija y el yerno, Danury Lizeth Samayoa Montejo y
Freddy Arnoldo Salazar Flores (acusado de narcotráfico por EE. UU.), son
diputados suplentes. La consuegra, María Alma Flores Porras de Salazar, es
parlamentaria titular.
La influencia Huista no se extiende a todo el país, pero
es suficiente para procurarse cocaína, y traficarla entre Huehuetenango y Chiapas,
México. Según Jiménez, "tienen un esquema ilícito del transporte de droga
que funciona como una cadena compartimentada", en la que las piezas son
tan reemplazables como efectivas. Entre enero y junio de 2022, la PNC sólo
reportó la incautación de ocho kilos de cocaína en ese departamento. En 2021,
incautó 15 kilos de un total de 11,000 a nivel nacional. Designados por el
Departamento del Tesoro en Estados Unidos como una organización internacional
de narcotráfico en marzo de 2022, Los Huistas están en la misma categoría que
el CJNG, uno de cuyos líderes (Sergio Orozco Rodríguez) también fue designado
en febrero pasado por autoridades estadounidenses. El Departamento del Tesoro
identifica a Los Huistas como socios tanto del Cártel Jalisco Nueva Generación
como del Cártel de Sinaloa.
Mientras tanto, la influencia regional del CJNG no parece
menguar. En febrero de 2022, otros vídeos divulgados en redes sociales
mostraban a un comando armado amenazando a otros traficantes en Honduras, y
advirtiéndoles que ya estaban "en Petén" y en camino a darles una
lección. Reportes de prensa hondureños también vinculan a Jalisco Nueva
Generación con el extraditado expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández,
procesado por narcotráfico. Honduras no admite oficialmente aún la presencia
del cártel en su país.
Para marzo de 2022, el CJNG había convertido Aguililla,
Michoacán, en una zona de guerra con vehículos blindados y el uso de drones
para controlar a un grupo local de traficantes y al Ejército mexicano,
originalmente enviado a ese Estado para luchar contra ambos grupos del
narcotráfico.
En México, el CJNG ya opera en 23 de 32 estados, o en 28,
según Vigil. En Guatemala, considerando Izabal (el puente hacia Honduras) y
Huehuetenango (según el Departamento de Estado), además de los seis
departamentos que menciona el MP, el cártel opera en ocho de 21 departamentos.
Según el exagente de la DEA, se trata de un grupo que se expande con rapidez,
un objetivo en el que sus alianzas con Los Huistas y los disidentes de las FARC
han sido claves.
https://www.elfaro.net/es/202209/centroamerica/26354/Nexos-entre-Los-Huistas-de-Guatemala-C%C3%A1rtel-Jalisco-Nueva-Generaci%C3%B3n-y-disidentes-de-las-FARC.htm?ref=home