El viejo Joe Biden está cerca de derrotar a Donald Trump con dos años de anticipación, gracias a los impresentables candidatos que apoya el expresidente.
La popularidad –y el dinero– de Donald Trump en la base
dura republicana hizo ganar las elecciones internas de su partido a una serie
de incondicionales e impresentables que ponen en la cuerda floja el esperado
triunfo de ese partido en los comicios de noviembre.
Es que las mismas razones –ideas extremistas y xenófobas–
que los hicieron ganar su nominación por el Partido Republicano en las
elecciones primarias, los convierten en candidatos débiles ante el electorado
abierto.
La preocupación del liderazgo de los republicanos se
centra en los candidatos al Senado, porque había la expectativa de arrebatar el
control político a los demócratas y barrer en las elecciones para tener mayoría
calificada.
Eso no sucederá. Los republicanos, aun en caso de ganar
la mayoría, dependerían de los demócratas para sacar adelante la agenda que
pretendían imponer. Ese sueño está roto.
Mitch McConnell, líder republicano en el Senado,
reconoció diplomáticamente, después de las elecciones primarias, que sus
posibilidades de ganar en el Senado son menores debido a los candidatos
trumpistas.
Las declaraciones del líder republicano enfurecieron a
Trump. “¿Por qué los senadores republicanos permiten que un político corrupto,
Mitch McConnell, desacredite abiertamente a los candidatos republicanos que
trabajan duro para el Senado de los Estados Unidos?”, reaccionó.
Aquí una muestra de los impresentables:
Mehmet Oz, abanderado republicano a senador por
Pensilvania, es un cirujano exitoso y personalidad televisiva gracias a su
programa médico. Ha estado envuelto en múltiples controversias legales. Pese a
ser un médico, es decir, científico, a su show invita a médiums que invocan a
personas muertas para curar a los vivos. Recibió el apoyo de Trump, pero a
duras penas ganó la nominación republicana contra el acaudalado empresario
David McCormick.
La elección en Pensilvania es una de las más competidas
del país y podría hacer la diferencia sobre quién gana el control del Senado en
noviembre. Ahí estuvo Trump, en campaña, el fin de semana.
JD Vance, candidato a senador republicano por Ohio, de
orígenes humildes, se convirtió en un exitoso escritor, inversionista y
abogado. Cuando Trump ganó en 2016 lo calificó como un “pendejo cínico” y el
“Hitler de América”.
Ahora se dio cuenta de que necesitaba del expresidente
para ganarse la nominación republicana, y dio un giro de 180 grados para
convertirse en trumpista. Aunque va estadísticamente empatado con su rival
demócrata, Tim Ryan, más de 10 por ciento del electorado está indeciso.
Herschel Walker, candidato republicano al Senado por
Georgia, excorredor de la NFL y leyenda del futbol americano colegial, es un
duro crítico de la ambiciosa agenda climática del presidente Joe Biden. Cuando
le preguntaron su posición sobre el calentamiento global, dijo: “¿Qué, no
tenemos ya suficientes árboles por aquí?”.
Kari Lake, candidata republicana a la gubernatura de
Arizona, es una de las más ardientes defensoras de la teoría del fraude
electoral de 2020. A pesar de haber sido apoyada por Trump en su nominación, ganó
por la mínima diferencia contra su rival republicana. “Cualquiera que haya
estado involucrado en esas elecciones corruptas, sombrías y de mala calidad de
2020, ¡enciérrenlos!”, fue su himno de batalla en la campaña.
Abraham Hamadeh, nominado republicano para procurador
general de Arizona, es un joven abogado, polémico, que ha hecho campaña con la
bandera del falso fraude electoral de 2020; es un soldado de Donald Trump.
De acuerdo con The Washington Post, alrededor de la mitad
de los casi 500 nominados republicanos a diferentes cargos de elección popular
en los comicios de noviembre niega el triunfo de Joe Biden en las elecciones de
2020.
Aunque no todos los apadrinados por Trump ganaron la
candidatura en las primarias republicanas, algunos de ellos obtuvieron triunfos
en estados clave en el desenlace de las elecciones, por lo que su eventual
–aunque improbable– triunfo en noviembre pudiera tener un impacto en la
reconfiguración política de Estados Unidos.
Algunos de estos potenciales ganadores estarían también
en posiciones de gobierno donde podrían ayudar a interpretar las reglas
electorales y darle una ventaja competitiva a Trump, en caso de que no sea
encausado criminalmente y que se lance a una nueva candidatura presidencial en
2024.
Por eso Joe Biden, la semana pasada y previo a su
recorrido por el país en busca del voto para los demócratas, tomó como bandera
de campaña la supervivencia del sistema democrático.
El viejo Biden está cerca de derrotar a Trump con dos
años de anticipación, gracias a los impresentables candidatos que apoya el
expresidente.
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/2022/09/09/los-impresentables-de-trump/