Un tratado de libre comercio con China podría beneficiar a El Salvador en materia económica. Sin embargo, también conllevaría una serie de riesgos.
"Incertidumbre" es la palabra que mejor podría
definir el escenario en el que se encuentra, actualmente, El
Salvador.
Esta semana se dio a conocer la bancarrota de una de las
plataformas de compra y venta de criptomonedas más grandes del mundo, FTX, que
tuvo como consecuencia el desplome del bitcoin en los últimos días. Una
noticia que puso todos los ojos del mundo en el país centroamericano, dado que
el presidente Nayib Bukele decidió convertirlo en moneda de curso legal en
2021, además de invertir gran parte del dinero de las arcas fiscales en ese
activo.
"Lamentablemente, cuando uno solicita la información
sobre cuántos recursos se han invertido en bitcoin, lo que se obtiene como
respuesta es que esa información no existe o es una información
reservada", dice a DW Ricardo Castaneda, coordinador para El Salvador del
Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI). El economista explica
que en su país los cálculos de lo invertido en bitcoin se realizan, únicamente,
tomando en cuenta los tuits del presidente. De acuerdo a lo expresado por el
mandatario, la inversión podría ser del orden de los 120 millones de
dólares.
De ser así, El Salvador tendría que enfrentar
momentos difíciles en lo económico. Por una parte, por la devaluación de
las criptomonedas, y, por otra, por la poca confianza de que goza el
país en el mercado internacional. "En los mercados internacionales al ver
que el déficit fiscal es tan alto, al ver que el gasto no se paga y que se va
acumulando la deuda, empiezan a ser más cautos y a ponerte en una posición de
alto riesgo", dice a DW Roberto Rubio, director ejecutivo de la
Fundación Nacional para el Desarrollo y representante de Transparencia
Internacional en El Salvador.
En enero de 2023, el país centroamericano tiene que pagar
667 millones de euros de deuda internacional por la amortización de un
eurobono. "China ofreció comprar toda nuestra deuda, pero debemos andar
con cuidado", fueron las palabras del vicepresidente Félix Ulloa, que
causaron sorpresa en un evento en Madrid.
La nueva alianza económica con China
Las declaraciones de la autoridad de
Gobierno (07.11.2022) no pasaron inadvertidas, sobre todo, porque eso
nunca fue confirmado por el régimen de Xi Jinping. Lo que sí fue
ratificado, tres días después (10.11.2022), fue el interés de China y El
Salvador de iniciar negociaciones para un Tratado de Libre Comercio (TLC)
entre ambos países, en un evento que reunió a Bukele con la embajadora Ou
Jianhong en San Salvador.
En 2018, El Salvador ya había dado señales de
acercamiento a la segunda economía más grande del mundo, luego que pusiera
fin a sus relaciones con Taiwán. Ese movimiento estratégico le significó una
serie de beneficios al país. "China ha dado tres donaciones a El Salvador,
que es la construcción de una especie de parque de diversiones en la playa, un
estadio que no se ha construido aún y una biblioteca. Son inversiones que
mejoran la imagen de China y, obviamente, también la de nuestro país",
explica el economista Rubio.
Désirée Reder, investigadora del Instituto Alemán de
Estudios Globales y Regionales (GIGA), con sede en Hamburgo, agrega que las actuales condiciones de la democracia
en El Salvador también lo privan de un acercamiento a otros países
que critican el estilo de gobierno de Bukele, como Estados Unidos.
"En ese sentido, China no aplica sanciones basadas en derechos
humanos y por eso puede ser una solución. La gran pregunta es si los
beneficios son mayores que los costos en esta relación", dice a DW.
"Nada es gratis”
Aunque una eventual alianza con
China podría significar un "salvavidas" para la economía
salvadoreña, los expertos coinciden en que tal acuerdo podría también conllevar
a una serie de riesgos. "Nada es gratis", precisa Reder.
"El Salvador podría ver algunos beneficios en
infraestructura, que ya se están observando, pero China espera algo a cambio.
Podría ser exclusividad en beneficios comerciales o demandar ciertos proyectos
en áreas que puedan estar protegidas o que puedan afectar a algunas comunidades",
añade la académica de GIGA.
De igual modo, el economista Castaneda tiene sus dudas de
si para El Salvador es un buen negocio la idea de un TLC con China. Por el
contrario, cree que quedaría en una posición deficitaria.
Además, expresa que es una jugada netamenta política.
"Recordemos que el presidente Bukele quiere reelegirse y, prácticamente,
no tiene aliados a nivel internacional, sumado a que las tensiones con Estados
Unidos son muy grandes. Bukele lo que busca es que se respalden sus decisiones
y China no se destaca, precisamente, por la defensa de la democracia",
dice.
Los expertos también tienen sus cuestionamientos,
respecto al real interés en El Salvador, especialmente, porque no es un país
como Brasil o Panamá, a nivel estratégico. También señalan que China ha ido
incrementando sus relaciones con América Latina, rompiendo con la
dependencia que por décadas la región tuvo con Estados Unidos. De hecho, esa
sería una de las principales motivaciones del régimen de Xi Jinping.
"Lo que China está haciendo es mantener y aumentar
su presencia, mejorando su imagen, poco a poco", concluye el representante
de Transparencia Internacional en El Salvador.
https://www.dw.com/es/la-arriesgada-jugada-de-el-salvador-con-china/a-63804026