En la parte política, está por verse si Trump podría aprovechar la sentencia de la Corte de Colorado para victimizarse y ganar más adeptos para su causa.
El gran sociólogo, Daniel Bell, comentaba que la mayor
novedad de la República estadounidense es que, desde su primera elección
presidencial en 1788, estas se han realizado de manera ininterrumpida hasta la
fecha. El hecho de que las elecciones presidenciales hayan ocurrido también
durante la Guerra Civil (1861-1865) nos habla de la fortaleza democrática de
ese país. No hay ningún otro ejemplo sobre la faz de la tierra que se pueda
comparar con esta hazaña de la libertad.
Es en este contexto histórico donde se debe ubicar el
intento del expresidente Donald Trump por boicotear la ceremonia oficial en el
Congreso en la que se le habría de otorgar el triunfo a Joseph Biden como
Presidente en las elecciones del 2020.
Las escenas de cientos de partidarios trumpistas
irrumpiendo en las instalaciones del Capitolio para impedir el acto oficial que
calificaba la elección dieron la vuelta al mundo y hablaron por sí mismas de la
vocación no democrática de Donald Trump.
Hoy, ese episodio antirrepublicano parece que pesará en
el proceso electoral de aquí a las elecciones de noviembre entrante. En efecto,
recientemente la Suprema Corte del Estado de Colorado sentenció que el
expresidente republicano no estaría jurídicamente apto para competir en la
próxima elección presidencial, pues sus acciones de insurrección habrían
violado la sección 3 de la enmienda 14 de la Constitución.
Con esto se abre un debate, a la vez jurídico y político.
En la parte jurídica, existe la posibilidad de que la cuestión de la supuesta
incompetencia de Trump para ser candidato presidencial pueda decidirse en la
Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, donde él tiene aliados, pues bajo
su mandato se eligieron tres nuevos jueces.
En la parte política, está por verse si Trump podría
aprovechar la sentencia de la Corte de Colorado para victimizarse y ganar más
adeptos para su causa.
De acuerdo con varias encuestas, la posibilidad de un
triunfo de Trump no es menor, ya que algunas lo colocan arriba de su
contrincante, Joseph Biden, en la aprobación popular.
Como sucede de tanto en tanto, este año coinciden
elecciones presidenciales en México y Estados Unidos. En la boleta muy
probablemente estarán dos grupos políticos populistas –los que apoyarán a Trump
y Sheinbaum, respectivamente– y dos grupos que promueven a líderes
simpatizantes de la democracia liberal.
Un triunfo de Trump sería una catástrofe para México. En
primer lugar, porque se trata de un líder hostil al Estado de derecho y a los
procedimientos democráticos. En segundo lugar, porque ha amagado con tomar
decisiones unilaterales sin tomar en cuenta el parecer mexicano y eso podría
afectar temas nodales de la compleja relación entre ambas naciones: de la
migración al narcotráfico; de la seguridad binacional a áreas comerciales y de
inversión.
Ciertamente el escenario más aciago sería el de una
victoria casi simultánea de Trump en Estados Unidos y de las fuerzas
obradoristas en México. Todo dependería, entonces, de si ambos gobiernos
tendrían mayorías legislativas suficientes para intentar minar la democracia
liberal por completo.
Por el bien de todos, esperemos que eso no suceda.
***Gustavo de Hoyos Walther, El autor es presidente de
Alternativas por México.
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/gustavo-de-hoyos-walther/2023/12/21/trump-en-su-laberinto/