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15/12/2006 | ¿Debemos copiar a Europa?

Walter Williams

Algunos americanos miran a países europeos tales como Francia, Alemania o sus vecinos escandinavos y sugieren que adoptemos algunas de sus políticas económicas. Estoy de acuerdo, deberíamos mirar a Europa en busca de lecciones que ellos puedan enseñarnos. El Dr. Daniel Mitchell, miembro de investigación de la Heritage Foundation, hace exactamente eso en su estudio titulado "Lecciones de política fiscal desde Europa".

 

El gasto gubernamental supera el 50% del PIB en Francia y Suecia, y más del 45% en Alemania e Italia, en comparación con el gasto federal, estatal y local norteamericano justamente por debajo del 36%. El gasto gubernamental anima a la gente a depender de subsidios en lugar de la iniciativa individual, y los impuestos más elevados para financiar los subsidios reducen los incentivos para trabajar, ahorrar e invertir. Los resultados europeos no deberían sorprender a nadie. Los beneficios per cápita en Estados Unidos en el 2003 fueron de 39.700 dólares, casi un 40% por encima de la media de naciones europeas de 28.700 dólares.

A lo largo de la última década, la economía norteamericana ha crecido dos veces más rápido que las economías europeas. En el 2006, la tasa de paro europea promediaba el 8 % mientras que la media norteamericana era del 4,7%. Lo que es más, el porcentaje de americanos sin empleo durante más de 12 meses fue del 12,7% mientras que en Europa fue del 42,6%. Desde 1970, 57 millones de empleos nuevos se crearon en Estados Unidos, y apenas se crearon 4 millones en Europa.

El Dr. Mitchell cita un estudio comparativo de Timbro, una institución sueca, que demuestra que los países europeos se sitúan entre los estados norteamericanos más pobres en términos de estándar de vida, a la altura a grandes rasgos de Arkansas y Montana y sólo ligeramente por delante de Virginia Occidental y Mississippi. El espacio habitado promedio en Europa roza los 1000 pies cuadrados para la propiedad media, mientras que las propiedades norteamericanas disfrutan de una media de 1875 pies cuadrados, y los inmuebles pobres de 1200 pies cuadrados. En términos de nivel de ingresos, productividad, niveles de empleo, e inversión en I+D, según Eurocámaras (la Asociación de Cámaras Europeas de Comercio e Industria), que Europa se pusiera a nuestra altura asumiendo que no crecemos más le llevaría cerca de dos décadas.

No tenemos que depender de estas estadísticas para hacernos no desear ser europeos; simplemente mire adónde va el dinero y el flujo migratorio. Alrededor de 400.000 licenciados europeos en ciencias y tecnología residen en Estados Unidos. La emigración europea a nuestro país creció alrededor del 16% durante los años 90. En 1980, la Oficina de Análisis Económicos colocaba la inversión directa exterior en Estados Unidos en los 127 mil millones. Hoy, es más de 1,7 trillones de dólares. En 1980, había 90 mil millones de dólares en inversiones exteriores de cartera -- productos financieros gubernamentales y privados -- en Estados Unidos. Hoy hay más de 4,6 trillones de dólares, gran parte de ellos procedentes de europeos que encuentran más atractivo nuestro clima de inversión.

¿Cuál es la respuesta europea a su enfermedad económica de fabricación propia? No rescindir las leyes que provocan un clima pobre de inversión. En su lugar, a través de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) radicada en París, atacan las jurisdicciones con impuestos bajos. ¿Por qué? Para apuntalar su estado del bienestar, las naciones europeas tienen que tener impuestos elevados, pero si los europeos, como empresarios y ciudadanos privados, se reubican, invierten y ahorran en otras jurisdicciones, significa que hay menos dinero a gravar.

El Dr. Mitchell trataba este tema a través de su investigación en el Center for Freedom and Prosperity. La OCDE tiene una lista negra para países que identifica como "paraísos fiscales". Los países en la lista negra incluyen Hong Kong, Macao, Malasia (Labuán) y Singapur. También seleccionados están Andorra, Brunei, Costa Rica, Dubai, Guatemala, Liberia, Liechtenstein, las Islas Marshall, Mónaco, las Filipinas y Uruguay. Las jurisdicciones en la lista negra tienen fuertes leyes de privacidad financiera y tipos fiscales bajos o nulos.

Los países miembros de la OCDE quieren que los presuntos paraísos fiscales cambien sus leyes con el fin de ayudarles a identificar los ingresos de sus ciudadanos. Por encima de todo, la OCDE quiere que estos países promulguen impuestos más elevados para reducir su atractivo. La sugerencia de que deberíamos ser más como Europa es igual que alguien sugiera que deberíamos ser más pobres.

© 2006 CREATORS SYNDICATE, INC.

 

Grupo de Estudios Estratégicos (España)

 



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fecha
Título
31/08/2007|

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