El relevo de Nayaf forma parte del plan estadounidense de cesión gradual de poder a las autoridades iraquíes para permitir la retirada de los 135.000 soldados de Estados Unidos. Un general estadounidense calificó el acontecimiento de "gran paso" para el fortalecimiento del Gobierno iraquí, cuando éste intenta acabar con el enfrentamiento entre comunidades que asuela el país.

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha asegurado que las tropas iraquíes pueden asumir el control de las 18 provincias de Iraq antes de junio, a pesar de las dudas que planean sobre la capacidad y las lealtades sectarias del ejército y la policía.

La provincia de Nayaf no ha sido muy castigada por la violencia, aunque su capital, también Nayaf, es escenario de una lucha de poder entre dos poderosas milicias chiíes que aspiran a controlar la ciudad sagrada, sede de los clérigos chiíes más influyentes de Iraq.

Para evitar ataques terroristas, las autoridades iraquíes prohibieron la circulación de vehículos en la ciudad. La ceremonia se desarrolló en un estadio de fútbol, entre grandes medidas de seguridad. Políticos, soldados y líderes religiosos y tribales contemplaron la exhibición de destreza militar. El pasaje más singular, aclamado como prueba de coraje, fue cuando cinco soldados se detuvieron frente a la tribuna y arrancaron a mordiscos cabezas de rana. Un sexto, que sostenía un conejo vivo, abrió el estómago del animal y comió su corazón. Luego lanzó el cadáver a sus compañeros, que lo masticaron.

Bajo el régimen de Sadam, su temida miliciana fedayín practicaba actos similares. En una ocasión, fueron grabados en vídeo cazando un zorro y desgarrándolo con los dientes.

Las tropas desfilaron en vehículos nuevos resplandecientes, adornados con lazos rosa y flores, pero el número dos del Estado Mayor de Iraq, el teniente general Nasier Abadi, admitió que hay problemas con el equipamiento y las líneas de suministro, y que para ello las fuerzas iraquíes aún dependen en gran medida del apoyo estadounidense. Un soldado, el cabo Ali Abdul Hasan, reconoció que el ejército necesita de todo, de helicópteros a fusiles. "A algunos vehículos les faltan algunas partes y nuestro armamento está anticuado. No nos han dado ni pistolas", se quejó.

El traspase de poder fue en gran parte simbólico, puesto que las tropas estadounidenses raramente se han aventurado en el interior de la ciudad. En la capital se encuentra la mezquita del imán Ali, cuya muerte en el siglo VII provocó el gran cisma del islam entre chiíes y suníes. Debido a las sensibilidades religiosas, la ciudad de Nayaf ha permanecido de facto bajo control iraquí. También por ello, el éxito allí será crucial.

"Es un gran paso hacia la mejora de la seguridad y el refuerzo de la autoridad del Gobierno iraquí", declaró durante la ceremonia el general estadounidense Kurt Cichowski. Nayaf es la tercera provincia transferida a las autoridades iraquíes. Tres más, en el norte kurdo del país, serán traspasadas antes de fin de año.

Con algunas excepciones, Nayaf, sede del clérigo chií más importante de Iraq, el ayatolá Ali Sistani, se ha mantenido a salvo de la violencia que ha azotado Bagdad y otras áreas donde conviven chiíes, suníes y kurdos. En Nayaf, en agosto del 2004, el Ejército del Mahdi, bajo control de Muqtada al Sadr, se enfrentó con las tropas de EE. UU. Un informe advirtió el martes de las tensiones existentes entre el Ejército del Mahdi y las Brigadas Badr, leales al poderoso Consejo Supremo para la Revolución Islámica de Iraq.