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11/01/2007 | ¿Quién será presidente de Estados Unidos en 2008?

Soeren Kern

La campaña americana de elecciones de mitad de período legislativo acaba de terminar y el Congreso número 110 ni siquiera había jurado el cargo, pero la carrera a la presidencia de 2008 ya ha cambiado de marcha y va en primera.

 

Por ahora, unos dos años antes de que Estados Unidos elija a su próximo presidente, no menos de dos docenas de hombres (y una mujer) de los dos grandes partidos políticos dicen que presentan su candidatura o que están pensando presentarla y alcanzar la cima.

Por el lado de los republicanos, el senador por Arizona John McCain y el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani han dado señales de que es probable que presenten sus candidaturas. Otros importantes competidores para ser el nominado republicano son el gobernador de Massachusetts Mitt Romney y el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich. El candidato republicano será escogido en la convención del partido en Minneápolis-St. Paul a principios de septiembre de 2008.

Por el lado de los demócratas, la senadora por Nueva York Hillary Rodham Clinton, que acaba de ser reelegida alcanzando una impresionante victoria, tiene clara ventaja sobre otros potenciales candidatos dentro de su partido. El senador por Illinois Barack Obama dice que también está considerando su candidatura, probablemente autoposicionándose como la principal alternativa demócrata a Clinton. Mientras tanto, el gobernador saliente de Iowa Tom Vilsack está -sin lugar a dudas- en la carrera. En total, más de una docena de demócratas han expresado su interés en presentarse para el cargo. El candidato demócrata será escogido en una convención del partido en agosto de 2008.

El hecho de que muchos políticos menos conocidos estén sopesando la idea de presentar su candidatura es un signo de que el estatus de los principales contendientes sigue siendo incierto. En realidad, ambos partidos tienen dudas sobre sus presuntos nominados. Por ejemplo, McCain y Guiliani enfrentan obstáculos dentro del Partido Republicano, principalmente porque le han llevado la contraria a los conservadores sociales que conforman la base del partido. A Clinton, por otra parte, la acosa la inquietud de ser una figura con un efecto demasiado polarizador como para ganar las elecciones. Y como senador novato, Obama tiene una notable falta de experiencia como cargo público de la nación. Por tanto, queda abierta la pregunta de si cualquiera de los actuales favoritos para obtener la candidatura de los grandes partidos finalmente ocupará la Oficina Oval.

Girando del extremo al centro

Para ocupar la Casa Blanca en enero de 2009, un candidato presidencial de éxito tendrá que pasar por un proceso de 2 años de duración y de 2 etapas en los que se le exigirá a él/ella que:

1) Se asegure la nominación de su respectivo partido político a finales del verano de 2008.

2) Que luego se presente ante el pueblo americano y gane las elecciones generales de noviembre de 2008.

Desarrollar una campaña presidencial de forma exitosa en un país tan extraordinariamente diverso como Estados Unidos es una misión políticamente compleja que está plagada de peligros a cada paso del camino. Debido al hecho de que Estados Unidos sólo tenga dos grandes partidos políticos que juntos logran captar los misceláneos intereses de unos 300 millones de ciudadanos, los posibles presidentes están obligados a ejecutar un número de equilibrismo en el que, primero deben apelar a sus alas más extremas (la izquierda en el caso de los demócratas, la derecha en el caso de los republicanos) para asegurarse la nominación de su partido y posteriormente demostrar la habilidad de trabajar por encima de la línea de los partidos girando hacia el centro político para ser “elegible” a nivel nacional.

Por ejemplo, para ganar la candidatura republicana, McCain tendrá que persuadir a la base social conservadora de su partido que no es tan progre como ellos piensan que es. Pero en el proceso de intentar llegar al ala derechista, tratará afanosamente de no ahuyentar a los republicanos más moderados. Al mismo tiempo, McCain tiene una vena disidente que gusta a los independientes y al tipo de demócratas que solían votar por el Presidente Ronald Reagan; McCain sabe que le hará falta asegurarse el apoyo de ese bloque de voto (que en cualquier caso es mucho más progre que su base republicana) si espera ganar las elecciones generales.

Clinton tiene sus propios problemas y son tremendos. Ya que es vista como una acérrima progresista por muchos republicanos, Clinton ha estado adoptando posiciones cada vez más centristas para poder ser “elegible” a nivel nacional. Sin embargo, esto la ha dejado vulnerable al ataque de la extrema izquierda de su propio partido. Por ejemplo, el ex Vicepresidente Al Gore, que alguna vez pareció haber sido enviado al exilio de la política después de su derrota ante George W. Bush en el año 2000, está surgiendo como un potencial rival proviniente del ala progre del Partido Demócrata.

En semejante atmósfera volátil, en la que las vulnerabilidades de los presuntos favoritos de ambos partidos podrían arrojar algunas dudas sobre su viabilidad como candidatos en las elecciones generales, líderes en ambos partidos creen que al menos hay una oportunidad de que candidatos menos conocidos pudiesen emerger como favoritos. En efecto, a pesar de que los favoritos Clinton y McCain han creado amplias redes políticas, otros candidatos podrían encontrar un contrapeso ganándose el favor de importantes grupos de interés que tienen una considerable maquinaria para captar fondos así como un mecanismo de movilización del voto.

Lo que viene a continuación es un breve compendio de los más probables candidatos a la presidencia en 2008 tal y como está la situación ahora, unos 22 meses antes de las elecciones generales.

Los principales contendientes republicanos

John McCain

El senador por Arizona John McCain es el principal contendiente republicano a convertirse en el próximo presidente americano. McCain es un ex prisionero de guerra de los norvietnamitas que goza del estatus de héroe de guerra, tiene una vasta red política que se extiende a lo largo de Estados Unidos y su nombre es reconocido instantáneamente desde Alaska hasta Vermont.

McCain es también casi indiscutiblemente más conocedor de política doméstica y exterior que cualquier otro candidato en potencia de ambos partidos (excepto por Hillary Clinton). Aunque a menudo ha chocado con la Casa Blanca sobre temas que van desde la reforma financiera de las campañas electorales hasta el tratamiento de terroristas detenidos, ha sabido ser también uno de los más destacados valedores de la victoria en Irak siendo alguien ajeno a la Casa Blanca. 

McCain, cuya reputación es la de tener un pensamiento independiente, se ha mostrado escéptico con la recomendación hecha por el Grupo de Estudio sobre Irak (Iraq Study Group, ISG por sus siglas en inglés), grupo bipartito de estadistas veteranos, para involucrar a Siria e Irán en conversaciones sobre el futuro de Irak: “Ustedes deben comprender que los iraníes y los sirios no tienen intereses en común con nosotros” dijo McCain después de que el ISG publicó su informe. Y la conclusión de ISG de que la paz entre israelíes y palestinos es integral para el éxito en Irak “parece poco firme en el mejor de los casos” afirmó luego en una declaración.

Las posiciones de McCain sobre Irak han hecho que se gane el fuerte respaldo de los consejeros neoconservadores de la Administración Bush que están a favor de un rol activo de la política exterior americana tanto en Oriente Próximo como en otros lugares. En efecto, McCain parece estar emergiendo como el candidato ungido de la Casa Blanca y un considerable número de destacados republicanos de alto nivel ya han migrado de la órbita Bush a la de McCain. 

Pero McCain también se enfrenta a importantes obstáculos en su camino a la presidencia, básicamente desde dentro de su propio partido. Durante la campaña presidencial del año 2000, McCain adoptó algunas posiciones socialmente progresistas que ahuyentaron a su base conservadora. Aunque McCain atrae a republicanos y demócratas moderados por igual, tiene problemas ganándose el apoyo del ala derecha de los republicanos, algo que será imprescindible para lograr la nominación del partido. Según una encuesta reciente, uno de cada 4 votantes que se autodescribe como conservador – y que serán los que jueguen un papel decisivo en el proceso de nominación – dice que tiene una opinión negativa de McCain. 

Otro obstáculo para McCain podría ser su edad. Si es elegido, McCain, a los 72 años, sería la persona más vieja que haya alcanzado la presidencia de Estados Unidos.

Rudolph Giuliani

El ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani, de 62 años, es una figura poco usual en la reciente historia política americana. Su temple después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y su elocuencia sobre esa pérdida, lo convirtió en el alcalde que hacía su entrada en la escena política nacional, echo muy fuera de lo común. Y en efecto, hoy Guiliani es conocido con mucho afecto como “El alcalde de Estados Unidos” y disfruta a nivel nacional de una reputación como héroe recio del 11-S que habla claro. En verdad, algunos activistas conservadores ven a Giuliani como una figura a lo Reagan.

Aunque Giuliani no ha anunciado formalmente su candidatura, recientemente formó un comité presidencial exploratorio que denota los primeros indicios de que ciertamente se podría presentar. Y datos recientes de las encuestas podrían estar dando alas a sus ambiciones presidenciales. Según la última encuesta del Gallup, Giuliani es el favorito para la nominación republicana entre republicanos e independientes que tienden hacia los republicanos. Esa encuesta menciona que derrotaría a McCain por 2 puntos, con el 28% contra el 26%. 

Como potencial candidato republicano, Giuliani posee muchas ventajas. Por ejemplo, es un luchador contra el crimen y favorece los recortes de impuestos y de las ayudas sociales. Hizo campaña a favor de George W. Bush en el año 2000 y también tiene opiniones firmes sobre seguridad nacional. Giuliani apoya la ley PATRIOT y se la ha jugado adoptando posiciones inclaudicables sobre Irak. Giuliani dijo recientemente de que una retirada prematura de las tropas americanas en Irak “sería un error terrible”. Como McCain, también ha rebatido las recientes conclusiones del ISG que afirman que deshacer el nudo palestino-israelí es fundamental para conseguir una paz más amplia en Oriente Próximo.

A pesar de todos los atributos positivos, muchos dentro de los círculos del partido no creen que Giuliani pueda ganar la nominación republicana. Esto es porque Giuliani es un progresista social mientras que el partido está dominado por los conservadores sociales. En realidad, Giuliani cree en una serie de posiciones socialmente progresistas: está a favor de las uniones del mismo sexo (aunque no el matrimonio) y como alcalde defendía el derecho al aborto.

Los consejeros de Giuliani esperan que sus posiciones militaristas en cuestiones de seguridad nacional eclipsen sus opiniones sociales progresistas. En realidad, ellos dicen que tratarán de enmarcar algunas de esas posiciones como libertarias: el gobierno no tiene nada que hacer interfiriendo en el dormitorio.

Pero muchos republicanos son más realistas y por tanto menos optimistas: saben que el Partido Republicano se ha ido desencantando cada vez más de sus miembros progresistas; han sido los republicanos moderados los que sufrieron cuantiosas pérdidas en las recientes elecciones de mitad de período legislativo.

Mitt Romney

El hecho de que el campo republicano esté dominado en esta fase por 2 candidatos que jamás han sido los niños mimados de la base conservadora del partido ha dado paso a la creación de una oportunidad única para un tercer candidato. Es por eso que el gobernador de Massachusetts, Mitt Romney está suscitando tanta atención.

Romney, que deja su cargo en enero, está buscando presentarse como la alternativa conservadora a McCain entre la base conservadora del Partido Republicano. En realidad algunos miembros dentro de los círculos republicanos de poder ven a Romney, quien está cortejando activamente a los tradicionalistas sociales y religiosos, como un candidato que puede animar a los conservadores cristianos, no salirse del mensaje y ser un representante republicano más digno de confianza ideológicamente. Y ya ha conseguido largas listas de partidarios en estados que nominan al inicio de la campaña como Iowa, Carolina del Sur y Nuevo Hampshire (y también Míchigan, donde su padre fue gobernador) además de que su carisma no ha pasado inadvertido. 

No obstante, otros republicanos se están preguntando cómo Romney puede ser un verdadero conservador y ser elegido gobernador de Massachusetts. En sus últimos discursos, fuera de Massachusetts, Romney parecía tratar de reforzar sus credenciales conservadoras distanciándose del progresismo de su estado en políticas sociales, incluyendo el matrimonio gay.

Otra gran pregunta para Romney es cómo afectará la percepción de los votantes republicanos el hecho de que profese la fe mormona. En una encuesta del pasado mes de junio realizada por Bloomberg/Los Angeles Times, más de un tercio de los votantes registrados decían que no votarían por un mormón para la presidencia. (Si se une formalmente a la carrera presidencial, probablemente hará alguna declaración sobre sus creencias al igual que las declaraciones hechas en 1960 por John F. Kennedy sobre la primacía de su servicio público por encima de la autoridad vaticana).

Pero quizá la deficiencia más importante que acarrea Romney es su falta de experiencia en seguridad nacional. Aunque Bush y su predecesor, Bill Clinton, fueron gobernadores a los que también les faltaba experiencia en asuntos de seguridad nacional, ellos gobernaron en la época pre 11-S cuando los candidatos presidenciales podían preocuparse más por asuntos domésticos que de política exterior. En este contexto, Romney recientemente se ha esforzado en pulir sus credenciales de política exterior haciendo una serie de viajes al extranjero para encontrarse con responsables de la toma de decisiones en Asia y otras zonas. 

Sin embargo, por el momento Romney espera poder reconstituir la coalición política ganadora de Bush: quiere atraer a los cristianos evangélicos porque él está en contra del matrimonio gay y a los conservadores económicos con planes para hacer una revisión completa del sistema de asistencia sanitaria y del régimen fiscal.

Romney también está buscando áreas en las que pueda enfatizar sus diferencias con McCain. Una de esas áreas es el anteproyecto de inmigración que cuenta con el respaldo del senado, defendido por McCain, que abriría el camino a la nacionalización de los trabajadores indocumentados. Alineándose con miembros conservadores de la Cámara de Representantes, Romney está poniendo el énfasis en un mayor control fronterizo por encima de un nuevo plan de trabajadores temporales.

Los principales contendientes demócratas

Hillary Clinton

La senadora Hillary Clinton, de 59 años, es una de las mujeres más conocidas en Estados Unidos. Al oírlo, cualquiera reconoce el nombre Hillary Clinton a nivel nacional, la ex primera dama también tiene una vasta red de partidarios cultivados desde los días de los 2 mandatos del presidente Clinton en el cargo.

Como resultado, disfruta de una instantánea influencia política a la hora de recaudar fondos y por ello sigue liderando el campo demócrata con 14 millones de dólares en efectivo a su disposición, después de haber gastado 35.9 millones de dólares en su exitosa campaña de reelección. (Los analistas políticos ya van prediciendo que la campaña de 2008 será la más cara de la historia americana, con candidatos apremiados por la necesidad de recaudar unos 40 millones de dólares sólo durante el primer trimestre de 2007 para poder seguir siendo candidatos viables).

Por otra parte, Clinton también sigue siendo la política con el efecto más polarizador de entre los que están considerando presentarse a la campaña presidencial de 2008. Clinton despierta una visceral reacción negativa en algunos votantes por el recuerdo de su fracasada gestión para reformar el sistema de asistencia sanitaria durante la administración de su esposo, a causa de su implicación en algunos de los escándalos de la Casa Blanca y debido a su imagen centrista sólo por cálculo político en temas como la guerra en Irak. 

En efecto, algunos destacados demócratas siguen preocupados porque a pesar de que ella pueda ganar fácilmente la nominación del partido al desplegar su formidable equipo político y por su capacidad de captar fondos, no podría ganar las elecciones generales debido a sus altos índices negativos.

Y algunas de las encuestas más recientes parecen confirmar esta inquietud. Según un sondeo realizado a principios de diciembre de 2006, si se compara a Clinton con otros candidatos en unas elecciones generales, quedaría a 14 puntos por detrás de McCain, y hasta Romney, desconocido para muchos votantes, estaría sólo a 6 puntos de Clinton en una pugna entre dos candidatos.

Las primarias de los demócratas también presentan un desafío para Clinton. Aunque casi el 80% de los demócratas registrados y aquellos que dicen que generalmente votan por el candidato del partido afirman que ella les gusta, una mayoría también respondió favorablemente ante sus más cercanos competidores para la nominación.

Por tanto, aunque la imagen de Clinton haya mejorado perceptiblemente durante su mandato de 6 años en el senado, su principal vulnerabilidad (y por consiguiente la mayor amenaza a su estatus de favorita en cabeza) será la percepción de su “elegibilidad” en noviembre de 2008.

Barack Obama

Aunque Clinton es ampliamente vista como la candidata a batir, si decidiese presentar su candidatura a la nominación, la preocupación sobre sus bajos índices favorables entre independientes y republicanos, un factor muy importante en las elecciones generales, tiene a algunos demócratas buscando una alternativa. Por tanto, ya empezó la carrera para ver qué candidato se convierte en el principal desafío para Clinton.

El senador por Illinois Barack Obama ha generado un enorme entusiasmo como el potencial candidato “no Hillary”. En efecto, el novato senador y ex legislador de su estado, que primero atrajo la atención nacional con un vibrante discurso con el que se estableció la tónica de la Convención Nacional Demócrata de 2004 en Boston, ha logrado catapultarse hasta la cabecera en las encuestas de opinión que van midiendo el progreso de los contendientes de 2008. Se ha movido paralelamente o por delante del ex senador por Carolina del Norte John Edwards, el candidato vicepresidencial del partido en 2004 y de otros potenciales candidatos que van a la zaga detrás de la favorita a la cabeza, la senadora Hillary Clinton.

Algo de la actual ‘Obama-manía’ ha sido generada por la publicación de sus segundas memorias tituladas ‘The Audacity of Hope’ (La audacia de la esperanza) que ha vendido más de 350.000 copias. El libro ha servido para resaltar el atractivo de Obama como una cara nueva en la escena política. Con un padre negro de Kenya y una madre blanca de Kansas, personifica dos culturas raciales en profunda pugna a lo largo de la historia americana. Obama también se ha opuesto a la guerra de Irak desde el principio, una diferencia clave con Clinton.

Y el entusiasmo alrededor de Obama sigue creciendo. Fue el ponente más requerido para la campaña electoral de 2006, apareciendo con candidatos en más de 30 estados. Su carismática presencia escénica, sencillo encanto y habilidad para atraer a diversos grupos sólo ha servido para aumentar su mística. Un reciente sondeo del Gallup lo colocaba como segundo a Clinton entre demócratas así como entre aquellos que tienden a votar demócrata para la nominación, 31% a 19%.

Por tanto, si Obama anunciase su candidatura, podría desanimar a otros candidatos que se presentarían o que piensan presentarse.

En cualquier caso, la gran pregunta es si los votantes americanos creen que Obama tiene la suficiente experiencia política para lanzar una candidatura presidencial verosímil después de sólo 2 años en el senado. A sus 45 años, Obama estaría entre los candidatos más jóvenes a la presidencia. John F. Kennedy, que a los 43 años fue la persona más joven en ser elegida presidente en Estados Unidos, había sido congresista 3 veces en la Cámara de Representantes y estuvo 8 años en el senado americano antes de ganar la Casa Blanca. En Obama, su falta de experiencia comparable, aunada a no tener ningún antecedente en política exterior o en el terreno militar, se convierte en una gran desventaja cuando tiene enfrente un campo de experimentados senadores como Clinton y McCain. 

Tom Vilsac

El gobernador de Iowa Tom Vilsack se ha convertido en el primer demócrata que anuncia su candidatura. Vilsack, que fue reelegido en 2002 a un segundo mandato de 4 años como gobernador, dice que no se presentará una tercera vez para así poder concentrarse en su candidatura a la presidencia.

Vilsack, que fue finalista a la candidatura por la vicepresidencia en 2004, es un gobernador demócrata centrista en un estado que tiende a votar republicano. Su agenda ha sido equilibrar el presupuesto usando recortes de gasto en lugar de aumentos de impuestos para estimular el desarrollo económico así como centrar su atención en la educación.

Un asunto clave para Vilsack será la seguridad energética. Entre sus planes está concentrarse en la conservación, combustibles renovables y el uso de materiales tradicionales en formas que sean “más limpias y más ecológicas”. Afirma que la energía y la conservación pueden unir al país, concitar en unidad a la derecha y a la izquierda.

Su próxima tarea será recaudar el suficiente dinero para montar al menos una mínima campaña, con la esperanza de así atraer la atención como alternativa externa a los senadores favoritos contra los que se enfrenta. Como gobernador, con raíces tanto en Pensilvania como en Iowa y una historia personal de su vida que pone énfasis en superar la adversidad, puede ofrecer experiencia ejecutiva que ha convertido en exitosos candidatos presidenciales a otros gobernadores. Pero hasta el mismo Vilsack reconoce que tiene escasas probabilidades de éxito.

Al Gore

Dada la persistente incertidumbre sobre Clinton y la aparente falta de alternativas viables, algunos demócratas están mirando hacia el ex Vicepresidente Al Gore. En efecto, los activistas demócratas están buscando un candidato que pueda prolongar el ímpetu producido por la victoria de las elecciones de mitad de período legislativo hasta las puertas de la Casa Blanca en 2008. Además la posibilidad de otra candidatura presidencial deleita a muchos demócratas que aún siguen enfadados por las disputadas elecciones del año 2000 en la que, argumentan ellos, unos cuantos votos más podían haber puesto a Gore, y no a Bush, en la Casa Blanca.

En muchos aspectos, Gore está mejor posicionado para una vuelta a la escena política que en sus intentos previos. Por ejemplo, ha ganado fama con su producción del documental “Una verdad inconveniente”, el documental más taquillero durante 2006. Su ecologismo directo y su oposición a la guerra de Irak ha conquistado entusiasmados elogios por parte de muchos demócratas que se han sentido frustrados con la cautela entre algunos legisladores del partido sobre estos temas. 

Algunos estrategas demócratas creen que se podría persuadir a Gore para que presente su candidatura pero que él esperará a ver cómo se presenta el panorama antes de tomar su decisión final.

Soeren Kern es licenciado del School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown, con especialización en diplomacia y seguridad internacional, y de la Universidad Hebrea de Jerusalén en política internacional. Como Analista del Grupo asume la responsabilidad del área de Relaciones Transatlánticas.

©2006 Traducido por Miryam Lindberg

Grupo de Estudios Estratégicos (España)

 


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