Cuando falta un año para la temporada de elecciones primarias de las cuales surgirán los candidatos para los comicios presidenciales de noviembre de 2008, hay al menos nueve aspirantes en el Partido Demócrata y otros tantos en el Partido Republicano. Si el sábado fue el día de Hillary Clinton, ayer fue el turno del gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, de anunciar sus intenciones de entrar en la carrera por la Casa Blanca de 2008 para convertirse en el primer presidente hispano en la historia de EE UU. De momento, ha formado un comité exploratorio que le permitirá empezar a recaudar dinero y organizar su campaña, aunque no hará el anuncio de forma oficial hasta marzo, cuando termine la sesión legislativa de Nuevo México. 

El gobernador de origen mexicano justificó su decisión ayer con unas explicaciones muy similares a las que dio Hillary el día anterior: «He dado este paso porque tenemos que reparar el daño que se ha hecho a nuestro país durante los últimos seis años». «Nuestra reputación internacional está por el suelo, nuestra economía se ha debilitado y el civismo y la decencia de nuestro Gobierno han desaparecido», remató. Precisamente, su experiencia en política internacional se apunta como una de las grandes bazas del gobernador, lo que será un asunto crucial en la campaña de 2008. La nación entera busca vías para terminar con la larga guerra de Irak, además de otras soluciones a los problemas de la comunidad internacional. Lo cierto es que Richardson ha representado a su país ante Naciones Unidas y ha sido secretario de Energía con el presidente Bill Clinton. Además, destaca su participación en las negociaciones de un cese del fuego en el conflicto de Darfur en Sudán, aunque el mismo nunca se ha hecho efectivo. 

Su gran carta y quizá más clara es su condición de hispano. Nacido en Pasadena (California), de madre mexicana y padre estadounidense, vivió en Ciudad de México hasta que, con trece años, se trasladó a Boston para estudiar. Sus opciones son claras si se hace con el poder que le pueden dar los hispanos, cada vez más influyentes en la política estadounidense. Su nombre ha sonado en época de elecciones en los últimos años en Washington. Estuvo en las listas de opciones como vicepresidente de la candidatura de Al Gore en 2000 y de John Kerry en 2004. 

Pretende que su campaña sea «auténticamente estadounidense» y se ocupará de los asuntos principales que interesan a todo el país. «Es claro que soy hispano, y orgulloso de serlo», dijo Richardson. «Pero mi programa de acción no es exclusivamente el de la colectividad hispana, ni pretende promover los intereses particulares de los hispanos, sino que se enfocará en los problemas mayores del país, la salud, la energía, la economía», destacó .

Richardson tendrá que verse las caras dentro de su partido con Hillary Clinton y Barack Obama, que, como él, también esperan hacer historia en la política estadounidense. Si Richardson sería el primer presidente hispano, Hillary sería la primera mujer presidente y Obama el primer líder del país de origen afroamericano. 

Veteranos en presentar su candidatura para algunos o perdedores para otros son el senador de Carolina del Norte, John Edwards y el miembro de la Cámara de Representantes por Ohio, Dennis Kucinih. Ambos se presentaron en 2004 como candidatos a la Presidencia de Estados Unidos en el Partido Demócrata. De aquella carrera, salió el senador de Massachusetts John Kerry como opción presidencial junto con Edwards de segundo. 

Recaudación de dinero 

En el lado republicano también los aspirantes mueven sus fichas. Hombres como el senador de Kansas Sam Brownback han presentado ya su candidatura oficial, pero los analistas no pierden de vista a los que han formado sólo, de momento, el «comité exploratorio» que les permite recaudar dinero para la campaña, como el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani, el senador John McCain de Arizona o el miembro de la Cámara de Representantes por Colorado Tom Tancredo. Tampoco hay que olvidar al ex gobernador de Nueva York George Pataki, que ha expresado interés en presentarse. Y Pataki sabe rodearse de gente. La campaña que le llevó a gobernar Nueva York se considera una de las mejores en la historia de la política en Estados Unidos.

Washington cambia de piel

Tras las pasadas elecciones legislativas y con las presidenciales a un año vista, la clase dirigente norteamericana empieza a renovarse . Crece la influencia del Partido Demócrata en EE UU.Los demócratas se acaban de acomodar en sus nuevos asientos del Congreso en la ciudad de Washington, donde se han hecho con la mayoría aunque sea por los pelos. Dicen que se respiran nuevos aires en la capital de Estados Unidos. Se dice «hola» a la demócrata Nancy Pelosi, la nueva portavoz de la Cámara de Representantes, y se despide con un escueto adiós al republicano Donald Rumsfeld, ex jefe del Pentágono. ¿Quién es quién ahora en Washington? ¿Quién lucha por el poder? ¿Quién tiene el futuro en sus manos? .

La revista «Vanity Fair» en su edición del mes de febrero elabora un informe escrupuloso y detallado de más de 20 páginas dónde cuestiona la profundidad del giro en Washington. La publicación apunta las claves del cambio y enseña las caras nuevas de la política de Estados Unidos. Éste es su pronóstico: 

- Barack Obama. (Demócrata, 45 años). Es la gran promesa política. Los más optimistas sueñan con que será el que les devuelva la Casa Blanca a los demócratas en las presidenciales de 2008. Tiene cosas poco comunes entre una buena parte de los miembros de la Cámara Alta del Congreso como candor, humildad o estilo. Lo malo es que es difícil de encajar dentro de un grupo determinado: su padre es de Kenia, su madre de Kansas, nació y pasó su infancia en la isla de Hawai y obtuvo una licenciatura en la prestigiosa universidad de Harvard. Un verdadero mestizo. 

- Hillary Clinton. (Demócrata, 59 años). Ella es la gran fuerza capaz de aglutinar a todo el electorado del Partido Demócrata. Tiene grandes posibilidades como candidata en las elecciones presidenciales, pero para ello se tiene que quedar en el centro, según dicen los politólogos. Los más liberales de su partido piensan que, pese a su nuevo discurso, todavía le queda alguno de sus planteamientos más progresistas. Y debe acostumbrar a su marido, el ex presidente Bill Clinton, a quedarse en un segundo plano, aunque éste se perfila para ser un gran ideólogo. Su fama de calculadora le puede jugar una mala pasada, pero también puede hacer ver al electorado que, sea lo que sea lo que tenga en mente, lo tiene claro y siempre va a hacer los movimientos adecuados para conseguir sus objetivos. 

- Nancy Pelosi. (Demócrata, 66 años). Está acostumbrada a ser la primera en muchas cosas. Primera mujer portavoz de la Cámara Baja, primera californiana y primera italoamericana. No le da miedo estar a la cabeza de cualquier iniciativa si cree que es buena y es rápida en alzar su voz para decir lo que piensa.

- Joseph Lieberman. (Independiente, 64 años). Toda la vida en el Partido Demócrata para que sus opiniones a favor de la guerra de Irak y sus personales filosofías le sacasen como candidato de su partido al Senado en las elecciones primarias de su grupo político. No importó, luego él se presentó como independiente y ratificó su asiento en la Cámara Alta. Ahora, tiene a los demócratas pendientes de sus dictados después de que los problemas de salud del senador demócrata Tim Johnson, de Dakota del Sur, hayan puesto en peligro el poder de este partido en la Cámara Alta del Congreso. 

- James Baker III. (Republicano, 76 años) y Lee Hamilton. (Demócrata, 75 años). Sus nombres han sonado mucho las últimas semanas como parte del equipo del Grupo de Estudio de Irak para intentar arreglar el desaguisado de la guerra. El incombusatible James Baker siempre ha estado al lado de la familia Bush, pendiente en todo momento para arreglar lo que falla. Hamilton estuvo durante 34 años en la Cámara de Representantes y ha hecho de la política exterior su especialidad. 

- Harry Reid (Demócrata, 67 años). Al líder de la mayoría demócrata en el Senado, se le considera el hombre más interesante de los aburridos de Washington. Es el único que se atreve a decir lo que los demás piensan. Lo último ha sido un mensaje muy claro para que lo oiga el presidente George W. Bush: ha dicho que no puede mandar más tropas a Irak sin consultar primero a los estadounidenses. 

- Jen Hensarling (Republicano, 49 años), Kay Granger (Republicana, 63), Eric Cantor (Republicano, 43) y Adam Putnam (Republicano, 32). Su tarea está bastante clara: tienen que recuperar la mayoría en la Cámara de Representantes del Congreso para el Partido Republicano tras el varapalo de noviembre. Atacarán los puntos débiles de los demócratas y maquillarán los escándalos de los republicanos. 

- John McCain (Republicano, 71 años). Estuvo en la Guerra de Vietnam (1959-1975), además en el lado acertado (no como John Kerry, la alternativa presidencial demócrata en 2004 luchó en esa guerra, pero fue acusado de antipatriota porque luego habló en contra de ella). McCain es una celebridad de este conflicto. Fue prisionero de guerra en los años que van de 1967 a 1973. Su nombre siempre está en boca de los analistas en los pronósticos de los candidatos republicanos a las elecciones presidenciales de 2008, pero sus problemas de corazón y su edad condicionan inevitablemente todas sus previsiones. 

Hillary Clinton y Giuliani lideran las encuestas entre sus partidarios 

La senadora demócrata de Nueva York, Hillary Rodham Clinton, y el ex alcalde republicano de la ciudad de Nueva York, Rudolph Giuliani, encabezan con mucha ventaja las encuestas sobre posible candidatos presidenciales en 2008, informó ayer el diario «The Washington Post». 

Una encuesta que realizaron la semana pasada el «Post» y la cadena de televisión ABC mostró que la esposa del ex presidente Bill Clinton, cuenta con el 41% de la simpatía de los demócratas frente a otros 12 aspirantes a la candidatura. El senador de Illinois, Barack Obama, aparece en segundo lugar con el 17%, seguido por el ex senador y ex candidato vicepresidencial John Edwards. 

La encuesta se llevó a cabo antes del anuncio del gobernador del Estado de Nuevo México, Bill Richardson, sobre su intención de postularse como candidato presidencial por el Partido Demócrata en las presidenciales de 2008. En la encuesta, Richardson aparecía en el séptimo lugar con apenas el 1% del respaldo de los demócratas. 

En el campo republicano Giuliani, quien ha dado los primeros pasos para explorar su candidatura presidencial, cuenta con el 34% del apoyo de los encuestados, seguido por el senador de Arizona John McCain, con el 27%. Aún falta más de un año para que comiencen las elecciones primarias en ambos partidos de las cuales surgirán los candidatos que se disputarán la presidencia en noviembre de 2008. 

¿Un presidente negro? 

Barack Obama encarna la primera posibilidad real de que una persona negra se convierta en presidente de EE UU, pero muchos se preguntan si este país está ya preparado. El color de la piel de Obama está llamado a desempeñar un papel importante en la elección, según coinciden los analistas, aunque habrá que comprobar si es un factor favorable o perjudicial. 

Obama se lanzó hace una semana a la pugna de las primarias. Desde entonces, flota en todos los ambientes la duda de si un país en el que la segregación estuvo institucionalizada hasta hace 50 años está listo para ver a un presidente afroamericano. «Estados Unidos está preparado para un presidente negro... que sea como Obama», puntualizó a la agencia Efe Bill Frenzel, analista del Instituto Brookings y ex legislador republicano.