La KGB llevó a cabo un complot para retratar al Papa Pío XII como un antisemita simpatizante de Hitler, promoviendo una obra de teatro que vinculó al pontífice con el Führer, según afirmó un ex alto funcionario de la inteligencia soviética.

El retirado teniente general Ion Mihai Pacepa, quien encabezó el servicio secreto rumano antes de desertar en 1978, rompió un silencio de cerca de medio siglo para revelar que él estuvo involucrado en la operación Asiento-12, un proyecto del Kremlin lanzado en 1960 para retratar a Pío XII "como un simpatizante nazi de frío corazón".

El resultado, según Pacepa, fue la obra de 1963 "El Vicario", de Rolf Hochhuth, la que argumenta que Pío XII apoyó a Hitler y lo estimuló a llevar a cabo el Holocausto, lo que encendió un candente debate acerca de la actitud del Papa hacia "el Führer".

Documentos vaticanos

Este plan soviético tenía como lema "los hombres muertos no pueden defenderse", ya que el Papa había muerto en 1958. "Como Pío XII había servido como nuncio papal en Munich y Berlín cuando los nazis estaban comenzando su ascenso al poder, la KGB quería describirlo como un antisemita que había estimulado el Holocausto de Hitler", escribió Pacepa en un artículo publicado por "National Review".

Para obtener documentos originales del Vaticano a fin de sostener la historia, la KGB reclutó al servicio de inteligencia exterior rumano para expandir la idea de que Rumania estaba preparada para restaurar sus rotas relaciones con el Vaticano. Pacepa señaló que él tuvo acceso a los archivos vaticanos gracias a monseñor Agostino Casaroli, quien estaba a cargo de las conversaciones confidenciales con el bloque soviético.

Pacepa persuadió a Casaroli de que necesitaba encontrar raíces históricas que ayudaran a Rumania a justificar públicamente su nueva postura. Durante dos años, tres espías se hicieron pasar por curas y sacaron documentos del archivo vaticano y de la Librería Apostólica para fotografiarlos. "Todo fue inmediatamente enviado a la KGB", afirmó Pacepa. "Finalmente, no apareció ningún documento incriminatorio en contra del Pontífice", agrega.

En 1963, el general Ivan Agayants, jefe del departamento de desinformación de la KGB, dijo a Pacepa que Asiento-12 se había "materializado a través de una poderosa obra que atacaba a Pío XII, titulada 'El Vicario' ". Como libro, se tradujo a 20 idiomas.

Agayants se adjudicó el crédito por el bosquejo de la obra, y los documentos publicados en el apéndice fueron "aportados" por sus expertos, con la ayuda del material que Pacepa había obtenido.

"Hoy, muchas personas que nunca han oído de 'El Vicario' están sinceramente convencidas de que Pío XII fue un hombre frío y malvado que odió a los judíos y que ayudó a Hitler a eliminarlos", afirmó Pacepa.

"Influencia comunista"

Consultado acerca del artículo de Pacepa, Hochhuth ha negado cualquier influencia de la KGB e insistió en que la obra fue sólo trabajo suyo. En los primeros años de los '60 él defendió su retrato de Pío XII, diciendo: "Los hechos están allí, 40 páginas llenas de documentación en el apéndice de mi obra".

El Vaticano mantiene sus esfuerzos por lograr que Pío XII sea declarado santo. Entre quienes han defendido a Pío XII está Israel Zoller, el rabino jefe de Roma en 1943-44, quien dijo que el Papa había instruido a obispos para que les permitieran a los judíos buscar refugio en conventos y monasterios.

El padre Peter Gumpel, miembro de la Congregación del Vaticano para las Causas de Santos, dijo que el Vaticano ya sabía "que la Rusia soviética fue muy hostil con Pío XII y empezó una campaña contra él.

"Definitivamente había una influencia comunista en la obra", concluyó.