| 23/02/2007 | Prodi quiere blindaje para repetir
María Paz Lopez
La izquierda italiana busca apoyos en el Senado para un segundo gobierno
El Gobierno italiano de centroizquierda se vino abajo en un miércoles de Ceniza, y ayer - primer día de gestión de la crisis tras la dimisión del primer ministro, Romano Prodi- se halló inmerso en una cuaresma que se anuncia repleta de ayunos y penitencias.
El presidente de la República, Giorgio Napolitano, inició la preceptiva ronda de consultas para buscar una salida. "Las posibilidades son dos: o enviar el Gobierno a pedir la confianza a ambas cámaras, u optar por una remodelación ministerial con Prodi al frente", sintetizó el ministro de la Función Pública, Luigi Nicolais. Los variopintos y compungidos partidos de la coalición de centroizquierda e izquierda apuestan por esa segunda opción: un nuevo Gobierno Prodi - un Prodi bis,como dicen aquí-, pues no quieren arriesgarse a pedir la confianza para gobernar otra vez a un Senado en el que gozan de mayoría tan breve. El ejecutivo cayó anteayer por la abstención de dos senadores comunistas disidentes con la política exterior del gobierno, y por su gran dependencia del voto de los siete senadores vitalicios, dos de los cuales - Giulio Andreotti y Sergio Pininfarina- contribuyeron también con sus abstenciones a la debacle. Anoche empezó a circular una tercera hipótesis: recurrir a un socorrido gobierno técnico.
A través de su portavoz, Silvio Sircana, il Professore hizo saber ya en la noche del miércoles que aspira a un segundo encargo gubernamental, pero a condición de que La Unión - coalición de centroizquierda e izquierda que ganó por los pelos las elecciones el año pasado- prometa unidad y fortaleza. Ayer, nuevas filtraciones dibujaban a un Prodi muy firme, dispuesto a repetir tarea sólo si los partidos que le apoyan dejan de reñir entre ellos, y le dan "carta blanca", con "un programa fuerte y vinculante" en el seno de "un pacto blindado". Pese a ello, la escasez de escaños de La Unión en el Senado persistiría, por lo que ayer se desató la caza al senador individual del centroderecha (no a grupos parlamentarios enteros ni a partidos completos) dispuesto a dar su voto a la exigua mayoría, para que cuadren mejor los números.
Los cortejados eran tres: el centrista Marco Follini, fugado de la democristiana UDC para fundar un minipartido llamado L´Italia di Mezzo (Italia del Medio); y los dos senadores del siciliano Movimiento por la Autonomía, Giovanni Pistorio y Giuseppe Saro. Sin embargo, el líder de esta formación autonomista y conservadora, Raffaele Lombardo, parecía ayer tarde poco proclive al pacto. Follini, en cambio, dio a entender que podría dar su apoyo, pero con una abultada contrapartida, sintetizable en "un giro al centro".
En esta hora de dolor, incluso los socios comunistas y verdes están dispuestos a aceptar una ampliación de la mayoría de gobierno con elementos centristas, siempre y cuando se mantengan las garantías sobre el programa. Los comunistas incluso han convocado una manifestación de apoyo a Prodi para este domingo en varias ciudades. Con todo, calculadora en mano, los estrategas de il Professore en el Senado consideran que tendrían que fichar a siete senadores para la causa, si un presunto Gobierno Prodi bis no quiere presentarse en ese hemiciclo con los nervios de punta cada vez que le toque afrontar una votación.
"No tenemos mayoría en el Senado, y urge una aclaración en la coalición que garantice unidad sobre citas futuras", dijo Anna Finocchiaro, jefa del grupo parlamentario de El Olivo (núcleo histórico de La Unión) en el Senado. Dos "citas futuras" muy peliagudas deberían ser, en principio, la refinanciación de la misión italiana en Afganistán - que muchos comunistas y verdes preferirían dar por concluida- y el proyecto de ley de parejas de hecho y gais, los llamados DICO (diritti e doveri dei conviventi,derechos y deberes de los convivientes). Esta última, hostigada por el Vaticano, no acaba de gustar a algunos miembros de La Margarita (moderados), y es rechazada de lleno por el ministro de Justicia, Clemente Mastella, de Udeur (democristianos). Mastella proclamó ayer sin remilgos: "Los DICO deben salir de la agenda política; eso debe quedar claro".
De hecho, es el temor a que, en ausencia de una mayoría segura en el Senado, se produzcan en un Prodi bis nuevas crisis por falta de votos, y que ello aboque a Italia a unas elecciones anticipadas, lo que lleva al jefe del Estado, Giorgio Napolitano, a proceder con cautela en las consultas. Ayer departió con los presidentes de la Cámara (Fausto Bertinotti) y del Senado (Franco Marini), y con jefes de grupos parlamentarios, mientras que hoy verá a los líderes del centroderecha, y luego a los de centroizquierda e izquierda.
Esas son, en realidad, las entrevistas decisivas; y el centroderecha, pese a atacar sin freno la idea del Prodi bis,se ha cuidado mucho de hacer pública su verdadera estrategia, que probablemente se sabrá hoy. Napolitano consultará esta noche a los tres ex presidentes de la República: Francesco Cossiga, Oscar Luigi Scalfaro y Carlo Azeglio Ciampi.
La Vanguardia (España)
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