La profundización de la gran cooperación, ya existente, en energía, en especial la compra de gas ruso, es el punto más destacado de la reunión celebrada ayer en Bari.

Italia recibe de Rusia una tercera parte del gas consumido, da por supuesto que tiene asegurado ese abastecimiento y que podrá invertir en yacimientos rusos. "Si un grupo como Eni (italiana) invierte en Rusia, será bienvenido", dejó claro Putin ante la prensa. "El buen entendimiento entre Eni y Gazprom es un modelo", sentenció Prodi, precisando que "los detalles técnicos, que no son simples, están por finalizar". El pasado noviembre Eni y el gigante ruso Gazprom ya habían firmado un acuerdo de venta directa de gas.

Rusia, primer productor mundial de gas, ve en Italia el ejemplo de relación bilateral que le gustaría instaurar con otros desconfiados países de la UE. Aunque somete esa cooperación a la obtención de "ventajas recíprocas". Prodi rompió una lanza en su favor: "Deseamos que el próximo acuerdo entre la UE y Rusia sea lo más amplio y exhaustivo posible, en especial en el terreno energético... No hay dependencia energética hacia Rusia, sino interdependencia".

El jefe del Gobierno italiano indicó también que había planteado al presidente ruso la situación de los derechos humanos, especialmente en Chechenia, y la libertad de prensa en Rusia, pese a que algunas asociaciones italianas le habían pedido que no sacrificara estas cuestiones en el altar de las buenas relaciones económicas entre ambos países. Prodi fue prudente.

Lo más destacable de la cumbre es, sin embargo, el reforzamiento de la alianza económica. Además del gas, entre otros acuerdos alcanzados de modo general, figuran la ayuda al desarrollo de la compañía rusa Rosaton para la producción de electricidad a partir de energía nuclear; la entrega de material militar de la empresa italiana Finmeccanica Spay; la promoción de un proyecto de ferrocarril nacional en la zona del mar Negro y la construcción conjunta de un avión civil de medio alcance, el Superjet 100.

Para Putin presentarse como buen amigo de Italia supone un contrapeso a su tensa relación con Estados Unidos y el Reino Unido, desde la muerte por envenenamiento del ex espía ruso Alexander Litvinenko, y del oscuro asesinato de Anna Politkovskaya, que han reactivado la inquietud por el respeto a los derechos humanos en Rusia.

Putin se trasladó después a Atenas para la cumbre greco-rusobúlgara en que se firmará un acuerdo para construir un oleoducto que llevará petróleo ruso al puerto griego de Alexandrópolis. Antes de despedir a Putin, el alcalde de Bari propuso devolver al Patriarcado ortodoxo una iglesia construida por los rusos a principios del siglo pasado como muestra de amistad.