Cuando entrevisté a Yunus durante su corta visita a Miami y le pregunté qué deberían hacer los países latinoamericanos para reducir la pobreza, me llamó la atención su enfásis sobre la necesidad de crear ''empresas sociales'', que según él van mucho más allá de los bancos que lo hicieron famoso.

El economista de Bangladesh, que se acaba de lanzar de candidato a la presidencia, obtuvo su doctorado en la Universidad de Vanderbilt de Estados Unidos y regresó a su país en 1972. Dice que al poco tiempo se aburrió de estar enseñando teorías económicas en una universidad de Bangladesh, y decidió entrar en acción.

En 1974 se enteró de que mujeres sumidas en la miseria en una aldea vecina estaban siendo explotadas por prestamistas, y decidió prestarles un total de $27 de su propio bolsillo a 42 de ellas, sin pedirles garantía alguna.

Muy pronto, descubrió que los pobres pagaban sus deudas con mayor puntualidad que los ricos. El motivo era simple: las mujeres no tenían acceso a préstamos bancarios, y tampoco querían caer nuevamente en manos de los prestamistas. Yunus creó el Grameen Bank de los pobres para extender la experiencia a millones de personas, y desde entonces el banco ha prestado unos $6 mil millones, con un porcentaje de repago del 99 por ciento.

¿Qué son las ``empresas sociales''"?, le pregunté.

''Actualmente, hay un sólo tipo de empresas en la teoría del capitalismo: las empresas con fines de lucro'', respondió Yunus. ``Deberíamos incorporar un segundo tipo de empresas a la teoría del capitalismo: las empresas destinadas a hacer el bien a la gente. Yo las llamo ``empresas sociales''.

Anticipándose a mi siguiente pregunta - ¿cómo convencer a los empresarios para que abran ''empresas sociales''? - Yunus argumentó que hay mucha gente de negocios que tiene un deseo innato de ayudar a los pobres, pero no tienen vehículos para hacerlo.

''Si tuviéramos esta teoría estructural por la cual existirían empresas con fines de lucro y empresas sociales, mucha gente diría: ``Yo voy a tener ambas. Voy a tener empresas para hacer dinero, y voy a tener empresas sociales'', dijo Yunus. ''Usted me dirá: ``¿acaso la gente está loca?'' La gente está loca de todos modos, porque hace caridad. Si la gente está tan loca como para regalar su propio dinero, les sería mucho más fácil crear empresas sociales''.

Cuando le pedí ejemplos de ''empresas sociales'', Yunus citó su banco de microcréditos para los pobres, y una nueva compañía que creó recientemetne junto con la multinacional francesa de productos lácteos Danone.

''Producimos yogurt'', explicó Yunus. ``Este yogurt no es como cualquier otro yogurt. Este yogurt está producido con muchos micronutrientes. En lugar de fabricar un yogurt sofisticado para los ricos, producimos un yogurt fortificado para los chicos desnutridos''.

Según explicó Yunus, la compañía está hecha como para no perder dinero, de manera que pueda devolver sus inversiones originales tanto a Danone como al banco de Yunus. Sin embargo, sus dueños no cobran dividendos. ''Es una empresa sin pérdidas, y sin utilidades'', dijo Yunus.

''Si uno crea este concepto de empresas sociales, el capitalismo sería una fuerza mucho mayor de lo que ha sido en el pasado'', señaló. ``El ser humano es un ser altruista. No es un ser totalmente egoísta. Pero de la manera en que están las cosas ahora, pareciera que los seres humanos fueramos solamente egoístas''.

Mi opinión: está claro que Yunus no ha inventado la rueda. Probablemente sea sólo el último de una larga serie de economistas que han buscado un capitalismo con un rostro humano, o una mayor responsabilidad social corporativa. Está claro también que Yunus está en campaña para la presidencia, y que subrayar las patas débiles del capitalismo le hace ganar votos a cualquier político en un país pobre como Bangladesh.

Y uno puede también cuestionarse si las elites latinoamericanas crearían ''empresas sociales'', cuando la mayoría de sus magnates dan relativamente poco dinero para obras de caridad.

Sin embargo, me parece excelente la propuesta de Yunus de que los empresarios puedan también crear ''empresas sociales''. ¿Por qué no?

Cómo él mismo lo dice, si hay gente suficientemente ''loca'' como para regalar su dinero, hay obviamente un costado altruista en los empresarios que quizás no haya sido explotado en todo su potencial. Las empresas ''sin pérdidas y sin utilidades'' podrían ayudar a explotar esa cantera, que tanta falta hace.

P.S.: El presidente venezolano Hugo Chávez, que la semana pasada despotricó contra mí en su programa , no ha aceptado nuestra invitación a una entrevista cara a cara.