La severa política holandesa de asilo surte efecto, pues ha disminuido el número de solicitantes de asilo, con lo que, según el fiscal R. van Tooren, se ha reducido también el tráfico ilegal de personas.

Pero, menos refugiados no equivale a una reducción del tráfico ilegal, pues éste se desplaza a otros países. Además, Holanda sigue desempeñando un papel importante en esta práctica. Así ha quedado demostrado en el marco de una investigación realizada por diversos cuerpos policiales holandeses.

En Europa, el aeropuerto internacional Schiphol es, por excelencia, el puerto de tránsito para ilegales, en su camino hacia países escandinavos, Gran Bretaña o Estados Unidos. Los interrogatorios realizados permiten concluir que un 25 % de los ilegales pasa por el aeropuerto amsterdamés, pero que el medio de transporte más corriente no es el avión, sino el automóvil, el transbordador y el tren.

La policía estudió unos 300 casos ocurridos entre el 2002 y el 2003. En un 10%, el tráfico era organizado por bandas delincuentes. Un 50% por ciento por redes que operan ocasionalmente, y el resto por bandas criminales organizadas, provienientes de China, Iraq, Turquía y Somalia.

El fiscal R. van Tooren opina que, por lo general, el tráfico está bien organizado, y con una estricta distribución de tareas. A su juicio, podría decirse que cada integrante tiene su propia especialidad dentro de su organización. Sin embargo, es difícil determinar cantidades, porque en realidad, no hay víctimas, ya que éstas son los propios clientes, y, por tanto, no acudirán a la policía.

También los terroristas musulmanes tienen sus propias redes, que operan de forma muy similar a la de los traficantes de personas. Puesto que los terroristas se desplazan mucho, tampoco desean entrar en contacto con entidades oficiales.

El partido gubernamental holandés  (CDA), y el opositor Partido del Trabajo, han manifestado su preocupación ante el tráfico ilegal de personas, y sobre todo sobre el papel que el aeropuerto Schiphol desempeña en estas actividades. A raíz del reciente robo de una gran cantidad de diamantes, la seguridad del aeródromo internacional es blanco de acerba crítica.

Además, el Gobierno ha manifestado conceder especial prioridad a la lucha contra esta modalidad delictiva. Sin embargo, según Jeroen van Doomernik, de la Universidad de Amsterdam, esta decisión puede tener un efecto adverso. El experto no descarta que, al incrementar la represión, aumenten el mercado ilegal y la participación del crimen organizado.