A lo mejor, si les hubieran proporcionado los matasuegras y capirotes de cartón, las autoridades españolas habrían pensado que era un barco lleno de turistas, como en los tiempos en que se atravesaba Europa rumbo a América y eran recibidos por la banda de música local en el puerto.

Lamentablemente, estos ciudadanos no han visto su sueño hecho realidad: huir de un país que teniendo grandes oportunidades para salir de la pobreza, cae cada vez más en el abismo, por estar embriagado de la ola populista que recorre varios países latinoamericanos.

Ya lo dijimos en estas páginas hace 17 meses. Evo Morales no solo no representaba una buena opción para el país, sino que ha provocado que sus ciudadanos estudien todas las vías posibles para salir corriendo en dirección contraria, en busca de un futuro, ni tan siquiera mejor, sino un futuro.

No es para menos, cuando se ha esforzado por ahuyentar a los inversores, multinacionales que además de hacer negocios, que para eso son las empresas, han proporcionado puestos de trabajo, movimiento de dinero, formación y profesionalidad a muchos bolivianos.

Con este panorama, la entrada en vigor de requerimiento de visados a partir del 1 de abril, ha agudizado aún más esta grave crisis de éxodo masivo, donde miles de ciudadanos han sido víctimas, además, de las agencias de viajes y de las propias líneas aéreas bolivianas, que se han aprovechado de la situación para sacar tajada de la pobreza de sus compatriotas.

El gobierno boliviano, lejos de asumir su responsabilidad, todavía se ha permitido el gesto de señalar a España como culpable de esta situación, al no permitir la entrada de estos pasajeros en territorio español y de imponer un visado, sin explicar a sus compatriotas que se trata de una medida adoptada por los ministros de Justicia e Interior de la UE y ratificada luego por el Parlamento Europeo en diciembre de 2005. Tampoco les han explicado que es la primera vez que se adopta esta medida en 45 años.

El resultado del populismo trasnochado es claro: cualquier medio vale para huir de él.  Primero era por avión. Ahora, también valen los cruceros turísticos.

¿Y Morales todavía se está pensando en volver a presentarse como candidato?

Toneladas de demagogia

Con gesto contrito, el vicecanciller de Relaciones Exteriores de Bolivia, Hugo Fernández, informó que el gobierno de Evo Morales está muy preocupado por la situación de los pasajeros del Sinfonía y que su gestión de la crisis ha consistido en enviar una “serie de notas” al gobierno- amigo y admirador, no lo olvidemos- de Zapatero, para pedir información y que espera que las autoridades españolas los traten bien y no abusen de su poder. El presidente boliviano, Evo Morales, se ha permitido el lujo de criticar la exigencia de visado. "Cuando la migración era de norte a sur, no habían muros, no habían visas; aquí acaparaban miles de hectáreas, saqueaban nuestros recursos naturales; hemos tenido realmente mucha paciencia".

Seguramente, los bolivianos se sienten mucho más tranquilos y seguros después de escuchar estas declaraciones.

Por supuesto, el ex presidente Aznar es uno de los máximos culpables porque se trata de un “colonialista, racista y falto de valor moral al señalar el régimen de Morales de indigenismo racista”. Y todo, porque Aznar ha señalado que este populismo emergente está causando desequilibrios políticos y sociales en países como Bolivia, que es lo que realmente está pasando y que se traduce en un éxodo masivo que comenzó hace 15 meses y que se ha agudizado en estos días.

Por toda solución, el vicecanciller de Relaciones Exteriores de Bolivia, asegura que “nuestro país superará las herencias de la historia a través de una revolución cultural”. Lo que pasa es que con eso no se come.

Nada ha dicho de que su gobierno ha sido el primero en facilitar este éxodo, autorizando, el pasado 14 de marzo, doblar el número de vuelos directos (de siete a catorce) desde Bolivia a España a las dos líneas aéreas del país, Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) y AeroSur, en previsión de la entrada en vigor de la necesidad del visado a partir del 1 de abril.  Esta medida se tomó para “favorecer” el tráfico de las aerolíneas nacionales y evitar que sus compatriotas utilizaran líneas de países vecinos como Argentina y Brasil.

El caso es que los bolivianos están tan desesperados ante la falta de horizontes que han llegado a hacer la vista gorda ante las tropelías de las que han sido víctimas por parte de algunas agencias de viajes,  disminuyendo el volumen de demandas por estafa y aceptando cualquier tipo de acuerdo para salir del país antes del 1 de abril. "Déme su nombre y su teléfono. Si hay alguna cancelación la vamos a llamar", era una de las respuestas frecuentes en agencias como Mac Tours, Gitano Tours, Cosmos Travel y Bolivia Discovery, entre otras. Algunas agencias no disponen de licencia de funcionamiento en regla. Ni tan siquiera, el Número de Identificación Tributaria (NIT) vigente, como es el caso de Abeja Tours, al lado del templo San Antonio; Mundo Tours, en la General Achá, y España Tours, en la avenida Ayacucho de la capital.

La Fuerza Área Boliviana (FAB) habilitó un vuelo chárter a Brasil para facilitar la conexión con Europa, operación que trató de repetirse en previsión de revueltas en los aeropuertos bolivianos.

El gobierno boliviano no ha hecho referencia a  datos como los proporcionados por la Asociación de Cooperación Bolivia-España (ACOBE): cerca de 100.000 bolivianos han llegado a España desde que gobierna Evo Morales, lo que ha supuesto un incremento de bolivianos en nuestro país de 140.740 a 150.000 quince meses después.

Tampoco informa que 3 de cada 4 bolivianos que llegan a España son ilegales y que su tragedia es que no tienen donde regresar porque han vendido lo poco que tenían para pagar el viaje, hasta 3000 dólares, cuando el sueldo medio es de 80 dólares al mes.

En 2005, en la Unión Europea, había casi 100.000 bolivianos residiendo de forma legal, de los que 90.000 estaban en España, 3.500 en Italia y 1.700 en Alemania. El proceso de regularización Caldera posibilitó que 35.000 bolivianos fueran regularizados, siendo así, la quinta nación más representada en nuestro país, detrás de ecuatorianos, rumanos, marroquíes y colombianos.

Hasta ahora, Bolivia gozaba del privilegio de ser el único país de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) que no precisaba visado para venir a Europa. Los bolivianos tienen que agradecer a la política retropopulista de su presidente que España haya tenido que asumir que los países socios del acuerdo Schengen, Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Portugal, la propia España y Suecia, hayan decidido poner trabas al éxodo masivo, poniendo especial interés en nuestro país, por lugar estratégico de entrada a Europa.

El Schengen del mar

Los socios europeos se han llegado a plantear un “Schengen del mar” para prevenir el crimen organizado, el terrorismo y el tráfico de personas.  Este nuevo concepto de cooperación cobrará especial importancia si se tiene en cuenta que los inmigrantes ilegales comienzan a llegar en cruceros turísticos, como ha sido el caso del Sinfonía.

Este factor es muy interesante tenerlo en cuenta si nos atenemos a los datos facilitados por el Ente Público Puertos del Estado: el tráfico de pasajeros de cruceros por puertos españoles subió un 1,62% desde enero a noviembre de 2006, ya que los puertos españoles registraron el tránsito de 3,86 millones de viajeros de cruceros. Los cruceristas representaron así, el 15,5% del total de 24,83 millones de viajeros que pasaron por la red de puertos públicos hasta noviembre, un 13,25% más respecto a la misma fecha del pasado año.

Es decir, que el riesgo de recibir ciudadanos ilegales por esta vía en España se ha incrementado en la misma proporción.

El germen del problema

El quid de la cuestión está en el deterioro institucional, la ineficacia de la gestión y el nivel alto de corrupción que han provocado la desconfianza tanto de los mismos bolivianos, como de los inversores extranjeros, y en especial, de los países de la UE, que viendo el color que están tomando los hechos, a quince meses vista de las elecciones que le dieron el poder a Evo Morales, no están dispuestos a asumir el éxodo del 10% de la población.

La expulsión de dirigentes de su partido por tráfico de influencias y los errores en el proceso de nacionalización de los hidrocarburos ponen a Evo Morales contra las cuerdas precisamente cuando planea presentarse a la reelección en 2008. Los escándalos de corrupción han reavivado en el MAS la pelea entre sectores indígenas e intelectuales.

Este gobierno claramente nacionalista y populista, que ha hecho del intervencionismo y el proteccionismo económico su bandera, ha añadido el descrédito de la justicia, cuyos cambios repentinos han vulnerado los acuerdos que ya se mantenían con otros países y empresas y que propició el establecimiento de empresas prósperas en el país. La fuga de capitales, como consecuencia de esa desconfianza, hace que Bolivia no se presente ante el mundo como un país atractivo donde invertir.

Este gobierno se ha imbuido de la corriente populista desencadenada por Chávez en Venezuela, cuyos ciudadanos también están empezando a notar en carne propia los efectos de la demagogia, con la diferencia de que Venezuela dispone de unos recursos petrolíferos que todavía le permiten estar en mejor situación que Bolivia, además de partir de una línea de salida mucho mejor, en cuanto a economía se refiere.

Otro factor interesante que hay que tener presente es  la importancia que tienen las remesas de divisas que estos ciudadanos reportan a sus países de origen. Según el  Banco Central de Bolivia (BCB) los emigrantes bolivianos enviaron a su país 211,3 millones de dólares en el primer semestre de 2006, un 67,5% más que en el mismo periodo de 2005. Las remesas de emigrantes bolivianos en Latinoamérica, EEUU y Europa son equivalentes al  8,8% de PIB, según el BID.

Es claro el interés del gobierno de facilitar el éxodo hacia España, con medidas tan sencillas como incrementar el número de vuelos, como se ha comentado.

El ingreso de divisas por remesas de bolivianos residentes en el exterior supera a las exportaciones de oleaginosas, la venta de manufacturas a Estados Unidos, incluso duplicando los ingresos por turismo. Se afirma que está cercano o igual a la cooperación externa que recibe el país cada año.

Las investigaciones del BID han estimado que un 11% de los ciudadanos bolivianos que residen en el país reciben remesas del exterior (unas 900.000 personas), de las que un 28% está en Santa Cruz, 17% en Cochabamba, 14 % en El Alto y 9 % en La Paz.

Solamente una institución financiera boliviana facilitó la recepción de más de 130.000 giros por casi cien millones de dólares el último año. Los intereses o cargos por el envío de remesas fluctúan entre 3 y 10% del total del monto remitido.

Ante este panorama, no es de extrañar que uno de cada seis bolivianos sueñen con marcharse al exterior, al precio que sea, por el medio que puedan, ya que sin horizontes, sin un gobierno que proporcione mecanismos para dinamizar la economía, apueste por la democracia  basada en unas instituciones serias y donde las reglas del juego estén garantizadas por la ley, el imperativo de vivir manda sobre todo lo demás, aunque haya que dejar la familia atrás, dejarse estafar por los propios conciudadanos y pasar por el sonrojo de ver cómo el sueño prometido acaba en un aeropuerto, o en un barco de placer, que de placer no tiene nada.

Ana Ortiz es Analista Adjunta en el área de Inmigración y Seguridad Interior.