Al Presidente Luiz Inácio Lula da Silva no le preocupa hablar de liderazgos regionales. Y menos que se le indique que Brasil podría ejercerlo, en su calidad de principal potencia de América del Sur. Para él, el tema prioritario es la integración regional y que cada país tenga un papel protagónico en ese proceso.

Durante una larga entrevista en la Sala de Situación del Palacio de Planalto, la sede del Ejecutivo, en Brasilia, el Presidente Lula respondió las preguntas de un grupo de periodistas chilenos y argentinos, pocas horas antes de partir hacia Santiago, y se explayó en sus dos temas favoritos, precisamente la integración y los beneficios de los biocombustibles, en especial el etanol.

Lula conversará extensamente en La Moneda con la Presidenta Michelle Bachelet, a quien, dice, le debía esta visita pues no ha estado en Chile desde que ella asumió el año pasado. Pero también señala que va a Chile porque "existe algo sentimental, de gratitud (hacia los chilenos), porque tuvimos los mismos problemas, fuimos víctimas de las mismas torturas, y nos apoyamos mutuamente".

Pero su tema ahora no son los derechos humanos, sino los asuntos comerciales y económicos. Durante su visita, se espera que firme con Bachelet un memorando de entendimiento sobre biocombustibles, un acuerdo sobre previsión social y que se converse sobre la importancia de los corredores bioceánicos, aunque en la entrevista, el canciller Celso Amorim aclaró que ése es un tema que no pueden hablar solos, sino que deben incorporar a países como Bolivia.

"Aliado excepcional"

Lula prefiere referirse a los puntos en común antes que a las diferencias con los otros presidentes de la región, a quienes considera sus amigos y espera que lo sigan siendo tras terminar sus respectivos mandatos.

Su énfasis en la unidad se trasluce en cada una de sus intervenciones. En especial cuando se le inquiere sobre el papel que ha jugado el Presidente venezolano, Hugo Chávez, en las reuniones multilaterales de los últimos meses: "La gente habla mucho de Chávez. Él ha sido un aliado excepcional, político y comercial. Un socio. No tenemos ningún problema con Venezuela. Creo que Argentina y Chile tampoco", señala.

Lo que ha pasado, añade, "como le dije a Chávez el otro día, es que es como si estuviéramos en una carrera de Fórmula 1 y él tiene un coche que corre a 300 km/hr y nosotros uno a 280"...

-¿Pero en sentido contrario?...



"... Porque cada uno trabaja con el tiempo propio, porque los presidentes miramos las cosas en función de lo que ocurre en nuestros países".

-El ministro Ricardo Lagos Weber dijo hace unos días que Brasil tiene espalda para ejercer un liderazgo regional no ideológico, sino basado en cosas concretas. ¿Está usted dispuesto a ejercer ese liderazgo?

"En las relaciones entre Estados no existe una cuestión de ideologías; ésa existe entre las personas. Pero en el momento que conversamos con Ecuador o Paraguay, es el interés del país lo que está en juego y no las voluntades personales".

El Presidente brasileño hace una completa reseña de cómo ve el proceso de integración, y, desde su perspectiva, ésa se hace poco a poco, a pesar de la urgencia que le atribuye.

"Es necesario que tengamos más paciencia. La integración nos exige un proceso, un consenso, debe ser construida, y para eso debemos tener la madurez necesaria, tanto los gobiernos como los pueblos".

El núcleo central de esta integración para Lula es el Mercosur, es hacia donde deben converger todos los países de la región. Ante las objeciones de que está atravesando una crisis que no han podido resolver Brasil ni Argentina, Lula responde que "la Unión Europea necesitó 50 años para integrarse, y hace poco Francia rechazo la Constitución, y los ingleses rechazaron la moneda". Hay problemas, dice, y agrega que comprende las diferencias que han surgido con Argentina, por ejemplo, con los productos de línea blanca, pero que son asuntos que deben resolverse, y que es justo que Argentina esté preocupada de reconstruir su parque industrial.

Lula tampoco da créditoa las discrepancias que se conocieron tras la Cumbre de isla Margarita, cuando se dijo que Brasil no aceptó la propuesta venezolana de crear un Banco del Sur.

"Debemos definir correctamente lo que deseamos que sea ese banco. ¿Queremos que sea como el FMI para ayudar a los países? ¿Será para el desarrollo, como el BID? ¿Qué tipo de banco será? ¿Cuál será la participación de cada país? Hay que establecer criterios, todo eso no ha sido discutido. Sugerimos al Presidente (de Ecuador Rafael) Correa que haga una reunión de ministros de Economía en Quito para que defina claramente qué va a ser ese banco. Brasil tiene el máximo interés en participar".

A su juicio, no hay conceptos diferentes de integración con Chávez, y no le preocupa que éste sea un competidor de su liderazgo: "Nadie lidera si quiere ser líder; nadie elige ser líder. El líder surge en la medida en que los liderados lo reconocen como tal. Y en América Latina no necesitamos un líder, sino una relación muy fuerte entre Estados, de respeto mutuo".

"Hay que mirar lo que está ocurriendo desde otro ángulo. Antes de Chávez, Venezuela era casi totalmente dependiente de Estados Unidos. Hugo Chávez es un Presidente latinoamericano orientado a dar prioridad a la cuestión de América Latina. Venezuela se muestra al mundo como un país soberano, con potencial y con una capacidad mayor de ayudar que la de antes".

Para enfatizar el punto, Lula recuerda que Brasil y Venezuela tienen proyectos en el campo energético en que comparten inversiones los gigantes petroleros de ambos países, Petrobras y PDVSA.

-¿No le preocupa la influencia de Chávez en Bolivia, tras la nacionalización de los hidrocarburos, que ha sido perjudicial para la inversión brasileña?

"Hay que poner las cosas en su lugar. Primero, me parece excepcional que Bolivia haya elegido un Presidente como Evo Morales. Nadie tiene la cara de Bolivia como Evo. Hay problemas secundarios. Es como en Brasil: no estaba previsto que un metalúrgico (Lula era dirigente de ese gremio) llegara al poder. Y yo causé desconfianza...".

-Claro que usted se portó bien...

"... Y muchos se preguntaban si estaba preparado. Creo que la gente aprende. Es importante recordar que el plebiscito fue antes de que llegara Evo Morales. Considero natural que Evo quiera nacionalizar".

"Tiene que reivindicar el precio justo, para los países que van a comprar", dice Lula sin entrar a explicar su posición sobre el precio que Bolivia debe pagarle a Petrobras por las refinerías que supuestamente serán nacionalizadas el 1 de mayo. Este problema, según la prensa brasileña, fue motivo de una dura discusión entre Lula y Evo, pero Planalto lo ha desmentido.

Lula concluye que "pasamos momentos muy auspiciosos" en la región, y que por eso "no podemos permitir que nuestras divergencias del siglo XIX perjudiquen el futuro".

"Es inconcebible que la ONU continúe igual"

"Cuando en el 2003 resolvimos que podíamos cambiar la geografía comercial del mundo, muchos pensaron que éramos unos locos. Pero surgió el G-20, el que permitió que América del Sur fuera respetada en las relaciones (comerciales) internacionales más que nunca antes en la historia", afirma Lula, y agrega que "hay una necesidad de equilibrio macroeconómico, macrocomercial y también macropolítico".

Pasa lo mismo, dice el Mandatario, en la negociación por la reforma de Naciones Unidas: "Es inconcebible que la ONU continúe igual 60 años después. Fue constituida en un mundo bipolar que ya no existe. Hay que considerar el mapa actual, el de 2007".

Según el canciller Celso Amorim, Brasil presentó una propuesta para que se discuta y se vote una reforma, tras la cual se presenten nuevos candidatos a miembros permanentes en el Consejo de Seguridad. "Después de 12 años, por ejemplo, puede revisarse y si no están satisfechos, se cambia".

"Los que están no quieren que entren nuevos miembros", sentencia Lula.

La solución que necesita el planeta

Lula ve que los biocombustibles son la "solución para este siglo para muchos países pobres del planeta. Estoy de acuerdo en que sería mejor que no fuera producido del maíz, y así se lo dije a (el Presidente George W.) Bush".

Al analizar las objeciones que se han hecho al etanol, piensa que se debe a una mala interpretación de la producción de alimentos en el mundo.

Afirma que "antes se pensaba que no podría alimentarse al mundo, pero eso cambió con la biotecnología. Hoy se produce por hectárea cuatro veces lo que se producía antes".

"Considero que (los biocombustibles) son una solución que el planeta necesita, no sólo para generar empleo, sino para descontaminarlo".

Y ejemplifica las bondades: "Si se utilizara 10 por ciento de etanol en la gasolina, los países africanos, que tienen necesidad inmensa para generar riquezas, van a tener la oportunidad de ser tratados por los europeos como se trata al príncipe de Arabia Saudita".

Lula dice que no intentaría convencer a Fidel Castro sobre el etanol, pero se explaya en que Brasil tiene 440 millones de hectáreas cultivables, y apenas el 1 por ciento se utiliza para el etanol y que además "hay 80 millones más de hectáreas listas para plantar lo que deseemos, sin afectar en nada a la Amazonia".

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"Si pensamos en lo que construiremos en el futuro tendremos más éxito que si seguimos discutiendo el pasado".

"Brasil tiene una enorme participación en proyectos de integración regional: 5 mil millones de dólares".

"Los primeros cuatro años (de gobierno) fueron de aprendizaje muy grande, y ahora tenemos que dar pasos para concretar nuestras políticas de alianza".

"Lo que tenemos que hacer es llegar a una cierta equidad. Trabajo con la idea de que podamos construir en los próximos cuatro años una moneda única en el Mercosur. Debemos ir hacia un banco central".

INTEGRACIÓN

El vocero del gobierno chileno, Ricardo Lagos Weber, calificó la visita de Lula como clave para el proceso de integración regional y reconoció que "hace tiempo que no teníamos a un Brasil tan activo".