Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Sociedad  
 
06/05/2007 | Acerca del poder

Remei Margarit

Cuando se habla del poder, las imágenes que acuden primero son las del poder político, es decir, las imágenes de los gobernantes en ejercicio del mundo.

 

Pero ése es tan sólo un poder, hay otros, por ejemplo el poder ejercido por las distintas religiones que se practican en el mundo, las monoteístas principalmente con todas sus jerarquías instituidas y sus cuadros de mando.

A lo largo de la historia de la humanidad esos dos poderes, el civil y el religioso, han estado confrontándose repetidamente y todavía hoy siguen en ello. A veces algunas religiones han hecho pactos con el poder civil, pactos por los que adquirían unas prerrogativas especiales que incluían ámbitos de poder dentro del Gobierno del Estado, incluso configurando leyes que eran aprobadas por el poder civil.

Pero desde hace un buen tiempo, el mundo occidental ha entendido que el único Estado que puede representar a todos sus ciudadanos es un Estado laico, ya que en todas partes del mundo existen ya ciudadanos del mundo entero con sus diferentes creencias. Un Estado confesional dejaría automáticamente fuera, excluidos, a todos los que no fueran de la misma confesión y eso es una injusticia para los derechos civiles.

Pero ocurre que ese poder religioso logrado en otros tiempos resulta un señuelo demasiado tentador para según qué grupos fundamentalistas que, en aras de recuperarlo, se echan a la calle, tildando de infieles a todos los que no secundan su propuesta. Pasa con cualquier iglesia, la católica, cuando Benedicto XVI dice, como en un lamento, que Europa no puede renunciar a sus raíces cristianas, como si todas las raíces de Europa fuesen cristianas, que no lo son. Por otro lado, en Irán, los musulmanes fundamentalistas, arropados por el Gobierno del ultraconservador Ahmadineyad, detienen a las mujeres que no visten con un velo que las cubra de la cabeza a los pies; no es que no lleven velo, es que tan sólo lo llevan en la cabeza. Ya son 200 las mujeres detenidas por ello y por lo que pueden azotarlas.

Las noticias, en la televisión, mostraron esa lucha en las calles contra la libertad de las mujeres de vestir como les plazca. Desde luego esas normas las han dictado unos cuantos hombres religiosos fundamentalistas a los que Ahmadineyad obedece y sigue. Y una se pregunta cómo es que el poder civil con todas sus conquistas a la sinrazón se deja doblegar por unos cuantos hombres que se tienen por iluminados y cuya iluminación no aspira más que a obtener grandes cuotas de poder o el poder a secas. En el vídeo de las calles de Irán también se veía a mujeres vestidas con el velo negro de la cabeza a los pies que, en un puro ataque de envidia rastrera, gritaban contra las que no lo llevaban o vestían con una ropa más ceñida.

Y ¿por qué las mujeres tapadas y los hombres destapados? ¿Quién decide eso? Hombres, claro, no sé por qué, pero es así. También quizá por la pura rabia de que las mujeres existan y además sean necesarias.

La sabiduría tanto en Oriente como en Occidente no se mete nunca en esos berenjenales de la vestimenta, la sabiduría es otra cosa, creo que es precisamente lo contrario. La sabiduría aboga por la libertad del individuo y por el conocimiento interior, por la amabilidad y la compasión, por la empatía con los demás y sobre todo por la paz.

Y en el eje del trabajo por la paz se halla la justicia, el hombre y la mujer como seres iguales con los mismos derechos y los mismos deberes y el trabajo conjunto de los dos para hacer de este mundo un lugar vivible sin jerarquías aplastantes ni credos que se impongan. Y no hay que olvidar que sean jerarcas civiles o religiosos, todos tan sólo apuntan hacia el poder, el terrenal, se entiende.

La Vanguardia (España)

 



 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House