Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Frente Externo  
 
28/03/2005 | La Rusia de Putin, un balance

Julio Vidal

Cinco años después de su llegada al poder el 26 de marzo del 2000, Vladimir Putin, ex agente de la KGB, está imponiendo en Rusia un régimen que combina la democracia formal con instrumentos de control del pasado estalinista y métodos dictatoriales.

 

Las principales características de estos cinco años han sido mantener una economía mixta entre la liberalización y el control del Estado, reducir los márgenes de la democracia y fragmentar a la oposición, recortar libertades, consolidar un poder autoritario con legitimación social, eliminar beneficios sociales para la población, y tratar de resituar a Rusia como potencia mundial y regional. 

El presidente Putin, que llegó al poder después de la caótica gestión del anterior presidente Boris Yeltsin, triunfó en las elecciones legislativas del 2003, y las presidenciales de marzo del 2004. Ha logrado fragmentar a la oposición, debilitar a los comunistas y a los liberales a favor su partido "Rusia Unida", que actúa como un heredero del antiguo Partido Comunista de la URSS, pero con mayor legitimidad social dado que ha sido y es visto como un presidente que ha traído paz y respeto para el país.

La reforma liberal
Con esta legitimación, Putin cuenta en su Gobierno actual con un grupo de tecnócratas y oficiales de las fuerzas armadas, la policía y el servicio de inteligencia, para poner en marcha enérgicas medidas de liberalización, como subir los precios del transporte público, reducir prestaciones sanitarias o liberalizar el mercado inmobiliario. Más del 20% de la población de 144 millones de habitantes es pobre y estas medidas que limitan el ya deteriorado sistema de protección social, tendrán un serio impacto.

Putin también ha dado dos golpes sobre aliados iniciales del Gobierno. Por un lado, a los gobernadores regionales, a los que ha quitado poder al eliminar las elecciones por sufragio universal. Por otro, a los nuevos empresarios que nacieron gracias a la transición rápida que inició Boris Yeltsin y que habían empezado a apostar por un régimen más liberal e, inclusive, a mostrar ambiciones políticas. Estos pasos serían coherentes con la decisión posterior a la tragedia de la escuela de Beslán, en septiembre de 2004, cuando el presidente asumió un poder más central y autoritario.

El caso más espectacular de la reconquista del poder ha sido poner en prisión al empresario Mijail Khodorkovski, de la compañía petrolera Yukos, quien apoyó a partidos de la oposición e indicó que tenía aspiraciones políticas. Judicialmente fue acusado de fraude fiscal y evasión de impuestos, algo normal entre las grandes empresas postsoviéticas.

En estos cinco años se han mantenido estructuras centralizadoras con tendencias liberalizadoras en el sistema bancario, de ahorro, inversiones y, en general, la relación entre el Estado y el capital privado. Políticamente, el régimen es calificado como una parodia de democracia, o una "democracia cerrada", "semiautoritaria"  y de "estalinismo suave". 

Algunos observadores consideran que pese al control que Putin trata de ejercer, éste no es total y todavía poder verse controlado, o derrocado, por los militares y conservadores que están situados en el control político. Otros creen que esto no sería posible debido a que su popularidad entre la población alcanza el 65%.

La esfera postsoviética
En el campo regional, Rusia no tiene consolidado su poder entre sus vecinos e inclusive entre los miembros de la Confederación de Estados Independientes (CEI). Rusia ha promocionado la renovación del pacto con las antiguas repúblicas soviéticas. Promocionó un sistema económico único con Ucrania, Bielorrusia y Kazajstán. A la vez, ha buscado renovar la relación y la influencia con el "extranjero próximo", o sea las antiguas repúblicas soviéticas.

La relación con su entorno es muy compleja: Ucrania se ha alejado de la influencia rusa después  de la denominada revolución naranja de fin de 2004. Para el Gobierno y los militares rusos, el cambio en Ucrania es una continuación de la política de expansión occidental que se ha manifestado en la inclusión de Estados de Europa oriental en la OTAN y la Unión Europea. La revolución en Ucrania despertó una pregunta en parte de la sociedad y en el Gobierno: si la gente en la calle, el poder popular, puede cambiar a un régimen, ¿no podría pasar lo mismo en Rusia?

Con Moldavia y Georgia la relación es conflictiva, debido a que Rusia apoya a los movimientos separatistas en Abjasia y Osetia del Sur, dentro de la segunda, y a los cesionistas del Transdniestr, en la parte oriental de Moldavia. La rebelión en estos días en las calles de Kirguizistán es vista desde Moscú como una continuación de la revolución en Ucrania y Georgia, y como una prueba del apoyo occidental a estos cambios en el denominado "espacio postsoviético". 

Pese a las acusaciones a Estados Unidos de conspirar contra Moscú, Putin mantiene una relación cercana, e inclusive coincidente detrás de una aparente tensión: por ejemplo al anunciar que podría dejar de cumplir algunos acuerdos de control de armas nucleares, algo que coincide con las políticas del Gobierno de George Bush.

Con la UE la relación está basada en el chantaje implícito: pide a los gobiernos e institución europeas que no le critiquen por sus acciones en Chechenia, o por los recortes de libertades internas, a cambio de que no se produzca un colapso del gobierno que podría conducir a migraciones masivas de rusos hacia Europa. La relación, sin embargo, es fría y en ocasiones tensa.

La mayor tensión proviene de la guerra en Chechenia que comenzó en 1996, territorio autónomo en el que diversas fuerzas políticas trataron de alcanzar la independencia. Rusia ha violado ahí masivamente los derechos humanos. Esto ha producido fragmentaciones en la sociedad rusa. A la vez, independentistas radicales chechenos han realizado dramáticos actos de terrorismo que le han permitido a Putin situar a Rusia junto a Estados Unidos en la "guerra global contra el terrorismo", y aumentar su control social interior.

Radio Nederland (Paises Bajos)

 



 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House