Con cuatro situaciones de colisión -tres en el aire y una en las pistas del aeropuerto bonaerense de Ezeiza- en los últimos tres meses, los argentinos viven pendientes de una polémica originada en tierra por la avería de un radar y que ha derivado en un cruce de acusaciones sobre inseguridad aérea en la que intervienen el Gobierno argentino, diversos sindicatos y asociaciones internacionales de aviación civil.

El 1 de marzo un rayo dejaba averiado el radar principal del aeropuerto de Ezeiza y comenzaba un vía crucis de acusaciones e incidentes que tenía su primer episodio apenas 15 días después, cuando un avión tuvo que realizar una maniobra de evasión para evitar el choque con un pequeño avión que venía de frente. Una semana después, otro avión tuvo que repetir la maniobra sobre los cielos del Chaco. El 7 de mayo, una situación similar se produjo en Córdoba. Una conversación entre controladores, grabada y filtrada a la prensa, indica que las aeronaves apenas pasaron a 100 metros en vertical la una de la otra. El cuarto incidente grave se produjo en la pista principal de Ezeiza, el aeropuerto más importante del país, 11 días después, cuando un avión tuvo que anular el despegue cuando el comandante de la nave observó cómo en su camino cruzaba otro.

Diversas voces se han alzado tanto dentro como fuera de Argentina denunciando la situación. En una carta fechada el lunes, el presidente de la Federación Internacional de Asociaciones de Controladores de Tráfico Aéreo (FIACTA), Marc Baumgartner, le expresa al presidente argentino, Néstor Kirchner, su preocupación por lo que califica de "rápido deterioro de la situación" y advierte de las dificultades del Gobierno argentino para "mantener los niveles de seguridad necesarios en los cielos argentinos y áreas adyacentes".

La FIACTA considera "extremadamente desafortunado" que "en vez de actuar rápida y decisivamente para restaurar el control de tráfico aéreo en el nivel estándar internacional, las autoridades hayan recurrido a la poco ética campaña de culpabilización y represalia contra los controladores aéreos". Con anterioridad, la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas ha emitido un "boletín de seguridad" en el que aconseja a los pilotos que extremen "la vigilancia y la alerta" en el espacio aéreo argentino.

El Gobierno niega que exista esta situación de inseguridad y asegura que incluso se están reforzando las medidas para el control del espacio aéreo con la adquisición de 14 nuevos radares, cuatro de los cuales estarán funcionando antes de finales de año. En estos momentos viaja desde España un radar que estará en Argentina en dos semanas. La ministra de Defensa, Nilda Garré, se ha reunido con representantes de las compañías extranjeras que operan en Argentina y les ha garantizado la seguridad.

En el fondo de la polémica está el proyecto aprobado por Kirchner de poner en funcionamiento la Administración Nacional de la Aviación Civil, que desplazará a los militares del control de los cielos argentinos. Hasta hoy, de los 189 países que forman parte de la Organización de Aviación Civil Internacional, Argentina es el único país donde la Fuerza Aérea figura como titular de la administración del espacio aéreo. Fuentes oficiales señalan que lo que se está produciendo es una pugna sindical de los controladores ante la próxima entrada de este organismo.