El lugar de encuentro será Ciudad Guayana, en suelo venezolano, donde se reunirán los presidentes Álvaro Uribe, de Colombia; Hugo Chávez, de Venezuela; Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

El encuentro se da a propósito de la llegada de Rodríguez Zapatero a Venezuela, visita que fue pospuesta por el adverso ambiente político que hubo en enero y febrero entre Caracas y Bogotá por la captura del guerrillero de las Farc Rodrigo Granda, en diciembre pasado.

Rodríguez Zapatero, con intereses económicos fuertes en Caracas y podría decirse que con una mayor afinidad política que con Bogotá, evitó concretar esta visita luego de una llamada que habría recibido desde Bogotá y en la que se le habría insinuado la inconveniencia política de un viaje que podría ser recibido como un 'guiño'.

Así se interpretó la visita que el ministro de Defensa español, José Bono, hizo a Caracas entre el 25 y 26 de enero pasados (cita revelada a última hora) y que causó revuelo porque en ella se trató la compra de los equipos militares en medio de una de las crisis más agudas con Colombia.

La atmósfera política ahora ha cambiado. De hecho, la visita bilateral de Rodríguez Zapatero a Venezuela se iniciará apenas concluya el encuentro de Ciudad Guayana -en la tarde- y se extenderá hasta el miércoles.

Y el presidente español aprovechará su cruce del Océano Atlántico para reunirse también con Uribe, el jueves en Bogotá. Un encuentro entre estos dos mandatarios también fue pospuesto por la afección de oído del presidente colombiano en febrero, por lo que tuvo que cancelar una gira por el Viejo Continente.

El cuarto actor, el presidente brasileño, apareció como 'componedor' en el incidente de Granda, que amenazó las relaciones diplomáticas. El asesor internacional de Lula para Relaciones Exteriores, Marco Aurelio García, jugó un papel discreto, aunque activo, en la búsqueda de salidas a la crisis sin que ninguno de los mandatarios quedara 'cediendo'. Hay que advertir que la solución también llegó por cuenta de los buenos oficios del gobierno cubano.

Y aunque desde Venezuela se ha avisado que de la cumbre de los cuatro no saldrán acuerdos formales, la refrendación de los apoyos políticos mutuos es significativa. Al fin y al cabo, viene de un país que integra la Unión Europea (UE), y se da luego de una crisis en la que Estados Unidos (E.U.) tomó claro partido en oposición al Gobierno venezolano.

La participación de Rodríguez Zapatero en acuerdos regionales puede disipar tensiones en un momento en que América Latina ha tomado especial relevancia para su gobierno.

Cómo 'cuajó' la cumbre

En principio, Chávez planteó la idea de hacer una cumbre 'trilateral' entre Colombia, Brasil y Venezuela. Así la presentó cuando Uribe estuvo visitándolo el 15 de febrero, día en el que por fin se concretó una reunión también aplazada para superar las diferencias surgidas con el caso Granda y, de esta manera, normalizar las relaciones en la frontera.

Horas antes, Lula visitó Caracas. Llama la atención que en mayo, en la Cumbre de Guadalajara, Lula no haya querido entrevistarse con Chávez, lo que en ese momento se interpretó como que al presidente brasileño no le gustaba la forma como el Gobierno venezolano manejaba el escenario político frente al referéndum revocatorio del 2004.

La cumbre 'trilateral' iba a ser en la localidad brasileña de San Gabriel Da Cajoeira, en la frontera. Sin embargo, lo recóndito del lugar hizo que se considerara una segunda opción.

Luego se concretó la visita de Rodríguez Zapatero que completó el encuentro de mañana entre tres mandatarios socialistas (él, Chávez y Lula) y uno que está a su derecha.

Para analistas, los abrazos de la cumbre, que se prevé pródiga en alabanzas y promesas de buena vecindad, no solucionará, sin embargo, las diferencias "de fondo" entre los gobiernos venezolano y colombiano, que siguen sin resolverse.