Mucho se ha hablado de la situación armamentística actual de China e Irán, en el punto de mira del "eje del mal" de Estados Unidos. No debía de andar muy desencaminada la Administración Bush. Y es que mientras Washington daba la alarma internacional sobre el posible peligro para el mundo que representan ambos países, parece ser que una banda integrada por rusos, ucranianos y australianos organizaba el contrabando de misiles de crucero ucranianos con destino a Irán y China.

Así lo desveló ayer el portavoz del Ministerio ucraniano de Asuntos Exteriores, Dimitri Svistkov. Según declaraciones del portavoz, el servicio secreto de Ucrania "descubrió y desmanteló" el año pasado una banda de traficantes de armas que operaba en territorio ucraniano. La cosa no es baladí, pues entre 2000 y 2001la banda organizó el envío a Irán y China de 12 misiles crucero, mientras la documentación señalaba que el destino de los cohetes era Rusia.

La banda logró burlar los sistemas de seguridad y hacer entrega de seis misiles X-55SM a China, presentando al final de la operación un certificado falso que garantizaba que dichos misiles habían llegado a Rusia. No se quedó ahí la cosa. Entre mayo y junio de 2001, también con documentación falsa a nombre de la empresa rusa (estatal para más señas) Rosvoruzhie, la banda vendió otros seis cohetes X-55SM a Irán, así como varios equipos KNO-120 para verificar el funcionamiento de los sistemas de estos misiles. Aunque parece ser que los misiles vendidos de manera ilegal no contenían carga explosiva, su empleo en combate sí sería posible con aviones de guerra específicos.

Según la clasificación de la OTAN, los misiles X-55SM tienen 13 metros de largo, 1.210 kilos de peso y disponen de un alcance de 2.500 kilómetros. Pueden transportar cargas nucleares de hasta 200 kilotones.

En la actualidad un tribunal de apelaciones de Kiev continúa la vista contra uno de los implicados en el contrabando de estos misiles y sistemas de verificación a Irán. El ciudadano ruso implicado en el contrabando a China fue detenido en junio de 2004 en la República Checa y hoy por hoy se mantiene el proceso para su extradición a Ucrania. Otras dos personas implicadas en la venta ilegal de misiles murieron en sendos accidentes de tráfico, en 2002 y 2004.