Pero habrá muchas críticas contra cualquier paquete que acuerden ambos y algunas de estas críticas estarán fundamentadas en información incorrecta, otras críticas estarán basadas en un debate fundamental: ¿cuál debe ser la relación bilateral entre EU y México?

La secrecía con la que se ha manejado la negociación de este paquete dificulta comentarlo de antemano, ya que no se sabe a ciencia cierta en qué consistirá la ayuda y cuánto le costará al erario estadounidense. Pero debido al debate que ya se está suscitando aun antes de cualquier anuncio oficial, podemos asumir por lo menos una cosa: que este paquete será de una cantidad cuantitativamente mayor a los aproximadamente 22 millones de dólares anuales que actualmente se entregan para programas antinarcóticos y antiterroristas plasmados en un acuerdo bilateral que de año a año se debe negociar bilateralmente.

Y probablemente la posibilidad de que se incrementen de forma dramática los recursos proporcionados a México es la razón principal por lo que incorrectamente ya se ha denominado este paquete un “Plan Colombia” para México. En este mismo espacio, hace algunas semanas, recalqué las diferencias entre lo que es el Plan Colombia y cualquier paquete nuevo de asistencia que se acordara entre México y EU.

La estrategia del Plan Colombia fue en respuesta al vínculo guerrillero con el negocio del narcotráfico, en donde más de 61% del paquete original aprobado se destinó a los esfuerzos de las Fuerzas Armadas, incluyendo la capacitación y dotación de recursos (helicópteros black hawk) para la creación de brigadas de aproximadamente 2 mil 600 soldados. Hasta la fecha los críticos de este paquete de ayuda señalan que 80% de los 4.8 mil millones de dólares se va en apoyar a las Fuerzas Armadas colombianas. Pero aún más controversial es el hecho de que el programa permite que militares estadounidenses actúen y capaciten a soldados en Colombia. Ante la ola de críticas y el escrutinio que seguramente surgirá cuando los presidentes Calderón y Bush anuncien este Plan México, es difícil creer que el gobierno mexicano acepte un paquete con un porcentaje tan alto en ayuda militar y mucho menos que permita la capacitación en territorio nacional por parte de oficiales del Ejército estadounidense.

Pero lo que sí es cierto es que el debate que se suscite alrededor de este paquete en México y EU girará alrededor de los errores y aciertos del Plan Colombia, y esto sería un error. El problema de los grupos del crimen organizado en Colombia y México son fenómenos diferentes, además de la forma en que se ha desarrollado la relación bilateral con EU. Por estas razones el debate debe de enfocarse más alrededor de los errores y aciertos de los diferentes programas de asistencia que existen entre EU y México en los últimos 15 años. ¿Cómo ha sido esta ayuda? ¿Qué ha funcionado y qué no?

Aun antes de que se den a conocer los componentes del paquete y el costo, hay que ser claros, habrá un debate en México y en Estados Unidos. Es importante señalar que los recursos necesarios de este paquete deberán ser debatidos y aprobados por los legisladores estadounidenses y ya hay algunos cuestionamientos de legisladores demócratas.

Y será la participación y supervisión de los senadores y congresistas del vecino país sobre estos paquetes de asistencia lo que más va a incomodar el gobierno mexicano hacia el futuro.

Seguramente habrá audiencias públicas donde legisladores, funcionarios públicos y expertos cuestionarán no sólo la capacidad del gobierno mexicano para perseguir a los cárteles mexicanos, sino la voluntad política de hacerlo. Y estos mismos legisladores exigirán reportes constantes sobre cómo se está implementando este paquete y el uso de los recursos. Es incómodo para cualquier gobierno ser criticado y amonestado por legisladores, pero es mucho más problemático si los legisladores que lo critican son estadounidenses. Pero este es el precio que se paga por recibir este tipo de paquetes de la Unión Americana: un escrutinio de legisladores estadounidenses que ni los legisladores mexicanos ejercen sobre la política exterior mexicana.

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Analista político