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30/08/2007 | El coste humano de la poligamia

Robert Spencer

Myra Morton se entregaba el jueves. La policía dice que disparó a su marido Jereleigh hasta matarlo el domingo mientras estaba tumbado en la cama de su residencia cerca de Filadelfia.

 

Los Morton se convirtieron al islam en los años 80. Jereleigh Morton había escogido recientemente una segunda excusa en Marruecos, Zahra Toural, de 35 años (la primera señora Morton tiene 47). Según la policía, Jereleigh Morton conoció a Zahra en Internet en diciembre de 2006, y se casaron en Marruecos el pasado marzo. Esto hizo infeliz a Myra Morton. Se quejaba a los amigos de que Jereleigh "ya no le prestaba atención", pero se sentía como si tuviera que aprobar su matrimonio con Zahra porque contaba con las bendiciones de la ley islámica -- y era lo que quería Jereleigh. Escribió en su diario: "Voy a darle el permiso, porque discute conmigo cuando protesto por esta unión". Hasta fue a Marruecos, según detectives de la policía, a "bendecirlo bajo la ley islámica".

Pero al mismo tiempo escribía al Departamento de Estado instando a los funcionarios a no permitir el acceso a Estados Unidos a Zahra Toural, acusándola de vínculos terroristas. Evidentemente no obstante esta carta no tuvo ningún efecto y en cualquier caso no podría evitar que Jereleigh viajase hasta Marruecos. De modo que Myra Morton, desesperada y profundamente herida, encontraba el pasado domingo una solución diferente.

Para las primeras esposas nunca es fácil. Adile Sultán, la hija del reformista otomano del siglo XIX Mahmud II, estaba casada con Mehmed Alí Pasha, oficial del ejército. Un día Adile Sultán viajó hasta una mezquita lejos de su casa. Se detuvo a descansar en una mansión que estaba de camino. La anfitriona, que le era desconocida, le ofreció café y refresco -- y se presentó orgullosamente como la esposa de Mehmed Alí Pasha.

Adile Sultán estaba aturdida. Y su vida nunca fue la misma. "En adelante", dice el historiador Phillip Mansel, “vivió en la reclusión, escribiendo poemas de creciente tristeza. Cuando murió en 1898, fue enterrada junto a su marido. Ellos nunca aludieron a su infidelidad".

Esta es la historia de una mujer solamente, pero no se necesita un gran conocimiento de la naturaleza humana para reconocer que es la historia que se ha repetido y aún se repite por todo el mundo. Cuando quiera que la mujer en el mundo islámico se haya atrevido a pronunciarse sobre la poligamia, la historia es la misma. Elib Halide, una proto-feminista en los días de declive del Imperio Otomano, decía abiertamente que la poligamia "es una maldición, un veneno del que nuestro infeliz hogar no pudo zafarse… La constante tensión en nuestra casa hacía que cada simple relación pareciera como dolor físico, y las consecuencias a duras penas me dejaban alguna vez. Las habitaciones de las esposas estaban unas delante de otras y mi padre las visitaba alternativamente…”

Una esposa americana musulmana del siglo XXI se sentía de la misma manera. April Ray El-Hage, esposa del terrorista condenado de Al-Qaeda Wadih El-Hage, resistió con éxito a las tentativas de su marido de tomar una segunda esposa. Por supuesto no podía negar que tenía derecho a casarse de nuevo -- hacerlo habría sido según su relato "anti islámico". Pero de nuevo aquí su corazón era más grande que su religión. Con una sensación intuitiva de que la poligamia estaba mal, contraatacó de la única manera que podía: "Convertiré su vida en un infierno... me estaba convirtiendo en una verdadera zorra". A Wadih El-Hage le llevó ocho meses replanteárselo, pero April Ray ganó finalmente: su marido rompió su compromiso con su segunda esposa.

Myra Morton no fue tan afortunada. La infidelidad no justifica el asesinato (excepto en las canciones country), sin embargo, no es difícil simpatizar con su color y su desesperación. Aún así, en la cuestión de la poligamia como en todos los demás ejemplos de opresión islámica de la mujer, los colectivos feministas mantienen un sepulcral silencio.

¿Se debe a que la poligamia es un problema remoto, que no tiene nada que ver con la mujer americana? Según AP, Ibrahim Hooper, de CAIR, decía "una minoría de musulmanes toma segundas esposas y los académicos islámicos difieren en sí uno puede hacerlo mientras reside en los Estados Unidos". ¿Qué tamaño tiene la minoría? ¿Tienen en cuenta estos académicos islámicos que el hecho de que la poligamia es ilegal según las leyes de los Estados Unidos?

La poligamia, en la que las mujeres son calificadas como enseres, es un tema de derechos humanos. Pero puesto que implica la confesión de que la civilización occidental es más humana a este respecto que la civilización islámica, no cuente con que los grupos de derechos humanos se ocupen a corto plazo. Porque, como discuto en mi nuevo libro ¿Religión de paz? Porqué el cristianismo lo es y el Islam no, Occidente está consumido por la equivalencia moral y el auto odio precisamente en el momento en que la civilización y los valores judeocristianos afrontan un desafío decisivo, y en el que los países occidentales deberían por tanto estar reafirmando la bondad judeocristiana de su civilización. Después de todo, los valores originados en el contexto judeocristiano se aceptan hoy en todo el mundo, excepto en las zonas en las que la marcada dicotomía islámica entre creyentes e infieles y la idea de que la mujer es un ser inferior creado para servir al hombre suplantan a la idea de igualdad entre las dignidades de todas las personas.

Que Occidente defendiera su herencia y valores dependería en gran medida de delinear la naturaleza del conflicto actual -- aún oscura 6 años después del 11 de Septiembre -- y de dar a la gente la voluntad para resistir a las iniciativas de sharia e islamización. Pero el dominio del multiculturalismo y la corrección política garantizan que esta defensa no aparezca a corto plazo. El triste caso de Myra Morton es solamente el ejemplo más reciente del coste humano de esta falta de voluntad y valentía.

Robert Spencer es director de Jihad Watch y autor de 5 libros, 7 monografías y numerosos artículos acerca del terrorismo islamista. Licenciado con honores en Estudios Religiosos por la Universidad de Carolina en Chapel Hill, lleva desde 1980 estudiando teología, derecho e historia islámicos en profundidad. Es adjunto de la Free Congress Foundation, y sus artículos acerca del islam aparecen en el New York Post, Washington Times, Dallas Morning News, el National Post de Canadá, FrontPage Magazine, WorldNet Daily, Insight in the News, Human Events o National Review Online entre otros. Entre sus textos se encuentran algunos de los libros más conocidos acerca del terrorismo islámico, como “El mito de la tolerancia islámica” (Prometheus Books, 2005. ISBN 1591022495), “La guía políticamente incorrecta del islam” (Regnery Publishing, 2005. ISBN 0895260131), o “El islam al descubierto: cuestiones preocupantes sobre la religión de mayor crecimiento del mundo.”

Publicado en FrontPageMagazine, 13 de agosto de 2007

Grupo de Estudios Estratégicos (España)

 



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