Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Inteligencia y Seguridad  
 
09/10/2007 | Perros de guerra

Gabriel Iriarte Nuñez

Gabriel Iriarte Núñez, explica porque el uso de mercenarios en Iraq por parte de EE. UU. ha llegado a un punto crítico.

 

"Si uno funda su Estado sobre milicias mercenarias nunca se sentirá ni firme ni seguro, porque están desunidas, son ambiciosas y carecen de disciplina y de fidelidad hacia su señor... No tienen temor ante Dios ni lealtad ante los hombres". Nicolás Maquiavelo, El Príncipe.

Dos acontecimientos recientes, no relacionados entre sí, han ventilado de nuevo el tema de los mercenarios y la creciente privatización de las guerras en el mundo: la captura en Moscú del soldado de fortuna israelí, Yair Klein, solicitado por Colombia en extradición, y la matanza de civiles iraquíes en Bagdad provocada por empleados de Blackwater, una de las numerosas empresas militares privadas norteamericanas que prestan sus servicios al Pentágono.

Luego de haber dejado el Ejército israelita, donde había sido paracaidista y comando, Klein fue contratado en 1987, junto con otros colegas de la "empresa de seguridad" Hod He'hanitin, por capos colombianos de la droga para que entrenaran sus bandas de asesinos. Después actuó en varias naciones africanas, siempre como asesor militar y traficante de armas. Por su parte, Blackwater, fundada en 1997 por veteranos de operaciones especiales, es la compañía más grande que opera en Iraq y se encarga, entre otras misiones, de entrenar soldados, custodiar al personal diplomático norteamericano y proteger lugares estratégicos para Estados Unidos. Se cree que ha obtenido contratos del Gobierno por más de 500 millones de dólares y desarrolla un lobby al más alto nivel en la administración Bush.

Son los mercenarios, los "perros de la guerra" que prestan hoy toda clase de servicios a quienes les paguen: ejércitos de las potencias occidentales, gobiernos del Tercer Mundo o grandes consorcios transnacionales. Se trata de individuos o compañías que venden sus conocimientos bélicos fuera de su país de origen, en calidad de empresarios y no como miembros de una fuerza militar reconocida. Desde comienzos de los años 90 del siglo pasado prácticamente no ha habido un solo conflicto bélico en el que no se hayan involucrado estos contingentes a sueldo a través de las llamadas "compañías militares privadas" o "contratistas". Y a raíz del 11 de septiembre crecieron y se multiplicaron.

La revelación de que en los célebres casos de tortura de la cárcel de Abu Ghraib participaron civiles contratados por el Pentágono como interrogadores, desató un torrente noticioso sobre la privatización de las acciones militares de Estados Unidos por parte de diferentes agencias gubernamentales. Dada la naturaleza irregular, asimétrica, y a menudo brutal que está revistiendo la cruzada contra el terrorismo, no resulta sorprendente que Washington o Londres echen mano de mercenarios para que hagan trabajos de apoyo o inclusive sucios y dejen que sus tropas regulares se limiten a los combates convencionales.

Desde hace mucho tiempo en las guerras ha habido personas que luchan por los intereses de quien les garantice una buena paga. Sin embargo, sólo hace poco la profesión del soldado de fortuna se hizo tan común y adquirió una insólita aureola de respetabilidad. Esta peculiar modalidad de outsourcing comenzó a generalizarse sobre todo a raíz del final de la Guerra Fría, cuando las potencias implicadas redujeron sus presupuestos militares y dejaron cesantes a grandes cantidades de militares, agentes de fuerzas especiales y de seguridad, especialistas en contraespionaje, funcionarios de inteligencia y expertos en tecnología nuclear o submarinismo.

Más barato y sin uniforme

Desde entonces se han creado cientos de compañías militares privadas, principalmente en Estados Unidos, Gran Bretaña, Suráfrica y Australia, que venden sus servicios en otro tantos países del mundo. Las han contratado, por igual, gobiernos del mundo en desarrollo, la CIA, la DEA, el Pentágono y el Departamento de Estado, así como agencias de seguridad de muchos países europeos y corporaciones multinacionales. Han actuado en Nicaragua, Granada, Panamá, Colombia, Kuwait, Bosnia, Kosovo, Afganistán,  Sierra Leona e Iraq, para mencionar apenas algunos lugares conflictivos que han requerido su presencia. Están integradas no sólo por profesionales que quedaron sin empleo como consecuencia de la terminación de la Guerra Fría, sino también por un siniestro y variopinto conjunto que incluye, entre otros, gurkas nepaleses, antiguos agentes de seguridad de regímenes como los de Pinochet y el Apartheid, y delincuentes del bajo mundo internacional.

Compañías como L-3 Communications, Armor Group, Group 4 Securicor, Blackwater, Executive Solutions Internacional, DynCorp, Halliburton Corporation, Booz Allen Hamilton, Military Professional Resources Inc., y al menos 300 más actúan en unos 110 países con cientos de miles de empleados y prestan servicios tan variados y sensibles como mantenimiento de sistemas armamentísticos y de transporte, protección de funcionarios civiles, custodia de bases militares y aeropuertos, interrogatorio (¿tortura?) de prisioneros, manejo de cárceles y centros de detención, entrenamiento de soldados y agentes de policía propios y de aquellos países que los necesiten y puedan pagar, inteligencia y espionaje, escolta de convoyes, pilotaje de aviones y helicópteros para combatir enemigos o fumigar plantaciones de amapola o coca y atención médica y paramédica, con contratos que suman miles de millones de dólares. Hasta tal punto ha llegado a depender el Pentágono de estas empresas, que muchos analistas consideran que Estados Unidos ya no está en condiciones de llevar a cabo ninguna campaña bélica, por pequeña que sea, sin su activa participación.

Para comprobar la importancia de estas empresas, basta una comparación: si en la Guerra del Golfo de 1991 había en Kuwait aproximadamente un contratista por cada 100 soldados estadounidenses, en la actual contienda de Iraq las cifras están casi equiparadas. El cálculo es que allí trabajan más de 120.000 de estos "contratistas" al servicio de Washington, comparados con los 150.000 efectivos del Ejército estadounidense desplegados en ese país. Mientras en Iraq han muerto 3.800 soldados, cerca de 1.000 mercenarios han caído en combates y atentados.

Según funcionarios de Washington, los contratistas resultan más baratos que las tropas regulares y supuestamente son también más eficientes que aquellas, pues se trata de profesionales muy bien entrenados y con una larga experiencia en sus respectivos campos de acción. Pero quizá lo más atractivo es que no visten uniforme y, por consiguiente, no responden a ninguna autoridad militar ni están sujetos al mismo escrutinio mediático que pesa sobre el Ejército. Por eso pueden realizar labores que no serían bien vistas o que serían condenadas si las ejecutaran las fuerzas militares. Asimismo, cuantos más contratistas participen en las operaciones, menos soldados tendrán que ser reclutados y el impacto de la guerra en la opinión pública tenderá a ser menor.

Sin embargo, como lo dijo Maquiavelo hace ya 500 años, la dependencia excesiva de un Estado de fuerzas mercenarias implica serios riesgos para su propia seguridad y sus intereses. Estados Unidos parece estar alcanzando ese punto crítico de difícil retorno al dejar en manos de particulares la conducción de aspectos clave de sus operaciones militares en el exterior.  

Revista Cambio (Colombia)

 


Otras Notas Relacionadas... ( Records 1 to 10 of 418 )
fecha titulo
13/05/2013 Massoud Barzani: A Regional Powerbroker Rises in Iraqi Kurdistan
27/04/2013 Iraq: The Sectarian Divide
02/04/2013 America's Other Dark Legacy In Iraq
24/03/2013 Irak - La ciudad de las mil y una bombas
21/03/2013 Irak hace justamente diez años y Siria ahora
19/03/2013 Irak: los espías que engañaron al mundo
19/03/2013 Saddam Would Have Survived the Arab Spring
16/12/2012 Silence on Syrian Scuds
11/11/2012 Iraq cancels new arms deal with Russia
01/08/2012 Iraq - Iraq’s Secular Opposition: The Rise and Decline of Al-Iraqiya


Otras Notas del Autor
fecha
Título
10/09/2007|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House