La situación en Ecuador ha dado un nuevo giro al conocerse el regreso al país de los ex presidentes Abdalá Bucaram y Gustavo Noboa y del ex vicepresidente, Alberto Dahik, tras la resolución del presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Guillermo Castro, que el pasado jueves anuló las querellas penales que existían contra ellos por presunta corrupción. Bucaram, Noboa y Dahik se encontraban asilados en Panamá, República Dominicana y Costa Rica respectivamente, después de ser acusados en Ecuador malversación de los fondos reservados y de una mala negociación de la deuda externa del país.

Esta decisión judicial ha sido la gota que ha colmado el vaso para que el prefecto de Pichincha, Ramiro González, anunciara el paro de todas las actividades en la provincia para la próxima semana. El prefecto ha manifestando que el pueblo está cansado de buscar soluciones para salir de la crisis. En declaraciones a Radio Nederland, el analista ecuatoriano Alberto Acosta, señalaba que este paro "es parte de un proceso de disconformidad, de rechazo, a todo lo que está sucediendo en el país. En el Ecuador en los últimos días se ha consagrado una situación de corrupción abierta, donde la impunidad se está imponiendo a todas luces".

La crisis ecuatoriana se ha vinculado directamente con la situación de la justicia, pero en opinión de Alberto Acosta los problemas exceden el ámbito judicial. Acosta recuerda que "a espaldas de tanto escándalo y tanto atropello, en el Ecuador se quiere imponer el Tratado de Libre Comercio. En estos momentos se está discutiendo en el Parlamento ecuatoriano, y se acaba el plazo, una ley que significa un paquetazo de reformas que estaría abriendo la puerta al TLC, una ley que se llama en Ecuador la ley topo".  Por tanto, son varios los elementos que configuran un escenario cada vez más complejo y difícil que, según los expertos, podría terminar con el Gobierno de Lucio Gutiérrez.

* Entrevistado Alberto Acosta, analista ecuatoriano.