Los extraños compañeros de viaje que forman el grupo de extrema derecha Identidad, Tradición y Soberanía (ITS) en el Parlamento Europeo atraviesan horas difíciles. La fracción rumana del grupo ha amenazado con abandonarlo, y condenarlo por tanto a su desaparición, ya que no contaría con miembros suficientes, si Alessandra Mussolini no retira sus comentarios sobre los rumanos, a quienes describió como "delincuentes habituales". El partido Romania Mare - xenófobo, antihúngaro y antigitano- considera que son xenófobos y ofensivos para "el pueblo rumano". "No queremos que nuestro apoyo sirva de forma indirecta para propagar la xenofobia, la intolerancia y este tipo de racismo fascista", manifestó el presidente del partido, Corneliu Vadim Tudor, conocido él mismo por sus ideas xenófobas hacia la población gitana.

"Romper la ley se ha convertido en un modo de vida para los rumanos", que deberían ser considerados "ciudadanos indeseables", considera Alessandra Mussolini. Sus declaraciones coinciden con la crisis política desencadenada en Italia tras la detención de un ciudadano rumano, acusado de asesinato, y que ha desembocado en la firma de un decreto que permite expulsar del país a ciudadanos europeos "peligrosos". El presidente del grupo parlamentario europeo, el francés Bruno Gollnish, se apresuraba ayer a negociar la salida de la diputada italiana, cuya presencia no es imprescindible para mantener la alianza. Pero la nieta del dictador se le ha adelantado y ha preferido salir por su propio pie del grupo. Mussolini anunció ayer por carta al presidente del Parlamento Europeo, Hans Gert Pöttering, que abandonará ITS y volverá a su escaño como no adscrita, indignada por las "ofensivas insinuaciones" de Corneliu Vadim Tudor.

El presidente del partido rumano al parecer se refirió a los orígenes familiares de la eurodiputada italiana para justificar su falta de "credenciales democráticos". "Para mí, no para Tudor, si cientos de chicas se prostituyen en las calles italianas, es un serio problema. Para mí, no para Tudor, si ciudadanos italianos son asesinados por la violencia bestial de bandas organizadas llegadas de Rumanía, es un serio problema, como que el Gobierno rumano no haya hecho nada para detener su llegada", manifestó Mussolini.

Tudor anunció ayer que el próximo martes viajará a Roma para tratar con el Gobierno italiano el problema de las expulsiones que ha tensado las relaciones entre Bucarest y Roma. Tudor pidió que no se confunda a los rumanos con los gitanos e instó a encontrar soluciones para estos últimos. "¿Si hay soluciones incluso para los animales, cómo no vamos a encontrarlas para las criaturas de Dios?", se preguntó ayer en rueda de prensa, según informa France Presse. Durante la última campaña electoral, Tudor, que ocupa un escaño como senador en su país, propuso "encerrar a todos los gitanos en guetos".

El grupo parlamentario Identidad, Tradición y Soberanía se puso en marcha a principios de año, precisamente tras el ingreso en la UE de Rumanía y Bulgaria, ya que hasta entonces los diputados de extrema derecha no habían reunido ni los escaños ni las nacionalidades suficientes para organizarse como tal en la Eurocámara (necesitan 20 diputados de seis países diferentes). Su presidente, Gollnish, ha sido condenado en Francia a tres meses de prisión sin cumplimiento y una multa de 5.000 euros por negar el holocausto. El grupo europeo está integrado por partidos de origen geográfico e ideológico diverso, como ha puesto de manifiesto esta trifulca. Lo forman siete representantes del Frente Nacional, presidido por Jean-Marie Le Pen; tres belgas del Vlaams Belang; dos italianos, un austriaco, un británico y un búlgaro. La presencia de los cinco eurodiputados rumanos es imprescindible para mantener en pie el grupo, una condición que les ofrece más visibilidad y medios en la Eurocámara, donde no contaban con grupo propio desde 1984. Su actividad política hasta la fecha ha sido escasa.