Mientras en Majachkalá, la capital de Daguestán, explotaban hoy dos coches-bomba, con un balance de cuatro muertos y unos 40 heridos, en la localidad cercana a Moscú de Oréjovo-Zuevo se desataba un tiroteo entre fuerzas especiales del Servicio Federal de Seguridad (FSB o antiguo KGB) y tres presuntos terroristas.

Oréjovo-Zuevo se encuentra a unos 80 kilómetros al este de la capital rusa. Marina Anójina, directora del rotativo local “Svoboda i slovo” declaró a la emisora Eco de Moscú que los agentes participantes en la operación acordonaron un edificio de viviendas y, desde las ventanas de uno de los apartamentos, se produjeron varios disparos.

Según la información felicitada por el Comité Nacional Antiterrorista (NAK), lo ocurrido fue una operación para neutralizar a tres terroristas de nacionalidad rusa, todos ellos musulmanes y, de acuerdo con la misma fuente, entrenados en campos de Afganistán y Pakistán. La intervención de las fuerzas de seguridad rusas acabó con la muerte de dos de los terroristas y la detención del tercero, que resultó herido. También sufrió heridas leves uno de los miembros de las fuerzas especiales.

El NAK sostiene sin añadir más detalles que los tres individuos planeaban cometer un atentado en el centro de Moscú y que, por ello, estaban siendo vigilados desde hace tiempo. Fueron sorprendidos dentro de piso que utilizaban y se le conminó a abrir la puerta y entregarse, a lo que, según la fuente, respondieron abriendo fuego. No se ha informado sobre si tenían o no consigo explosivos.

En Daguestán, sin embargo, no se logró frustrar el atentado, perpetrado con dos coches-bomba. Los dos explotaron frente a un edificio administrativo con un intervalo de 15 minutos. El primero no causó víctimas, pero, al llegar la Policía y los curiosos, se activó el segundo. Perecieron dos policías, un empleado de los servicios judiciales situados en el local contiguo y un transeúnte. Entre los hospitalizados hay un niño de tres años.

El actual líder de la insurgencia chechena, Dokú Umárov, reivindicó los últimos grandes atentados, las dos explosiones en el metro de Moscú, en marzo de 2010, y el ataque en la terminal de llegadas del aeropuerto moscovita de Domodiédovo, en enero de 2011. Ingushetia y Daguestán son actualmente los principales focos de terrorismo en Rusia, incluso con mayor intensidad que Chechenia.

Tras el atentado llevado a cabo en Boston por los hermanos Tsarnáev, en Rusia se han reforzado las medidas de seguridad. El Kremlin trata de debilitar al máximo a estos grupos yihadistas para evitar sorpresas durante la Olimpiada de Invierno. El evento deportivo deberá tener lugar el año que viene en el balneario de Sochi, situado a tiro de piedra de la conflictiva región norcaucásica.

Tamerlán Tsarnáev, que murió durante la operación policial desencadenada tras el ataque en el maratón, paso el año pasado seis meses en Daguestán, en donde viven actualmente sus padres.