Miembros de alto rango del Partido Comunista Chino se reúnen esta semana en el lujoso balneario de Beidaihe para analizar los cambios que sufrirá este año la cúpula partidista, incluida la renovación de los nueve miembros del Politburó, la cúpula política del país.

Cinco líderes chinos, incluido Xi Jinping, quien se vislumbra como el próximo presidente de China, analizan en Beidaihe los cambios cupulares que se anunciarán a fines de este año en el gran congreso del Partido Comunista Chino, evento que se realiza cada 10 años y que sirve para dar nuevos bríos a la directiva del país asiático.

Esta transición política se vio revuelta a principios de año con la caída de Bo Xilai, uno de los aspirantes al Politburó, que fue defenestrado y su esposa acusada formalmente de asesinato.

25 miembros del Politburó y del Comité del PCC serán renovados en la cumbre de fines de año, cita en la que también se fijarán las políticas económicas y las pautas a seguir la próxima década.

Un creciente número de chinos hacen lobby por apertura en temas como apertura económica para permitir el capitalismo en el país comunista, ajustes en el sistema de partido único, apertura de la opinión pública en Internet y presencia china en el escenario mundial.

El balneario de Beidaihe se usa como centro de encuentro para la cúpula china desde tiempos de Mao Zedong, y aunque Hu Jintao decidió que el resort del siglo XIX no se usaría más como centro de encuentro, los líderes chinos lo siguen usando informalmente.

Según The New York Times a la reunión no oficial asisten este año unas 62 personas, incluido XI.

Las conversaciones previas al 18 congreso del PCC se verán marcadas por el escándalo de Bo Xilai y su esposa Gu Kailai, acusada formalmente por el asesinato el año pasado de un empresario británico.