Las presiones de todo el mundo contra el régimen imperante, el desafío lanzado desde Tegucigalpa, que incluye la expulsión de los representantes diplomáticos de Venezuela, no conforman un ambiente propicio para esperar el éxito hoy en San José, pero la esperanza es lo último que debe perderse.

Para quienes creen que solo se trata de “aguantar” el tiempo que falta para las elecciones de noviembre próximo, el secretario general de la OEA profundiza la incertidumbre al decir ayer en una entrevista con la BBC, “que en seis meses más nada va a cambiar. La elección no va a cambiar las cosas porque una elección hecha bajo un régimen dictatorial no la van a reconocer los países de América Latina”.

Esperemos que en estas horas cruciales para el presente y futuro de Honduras un rayo luz y tolerancia irrumpa en las mentes de quienes tienen el poder para decidir llegar a un acuerdo por la vía negociada o arrastrar al país a sufrimientos inimaginables.

El fracaso en la mesa del diálogo, además de la suspensión de toda la cooperación internacional, también significaría abrir las puertas a una mayor confrontación, ya que todo quedaría en manos de los más radicales de ambos bandos, tanto a nivel nacional como internacional, haciendo a un lado a los elementos moderados que apuestan por una salida negociada.

Es en estas horas claves cuando tienen en frente su mejor papel los elementos más conscientes del riesgo y más moderados que rodean al núcleo de ambos bandos.

Es urgente que les hagan saber que la única solución inteligente, patriota y humanista es aquella que puede lograrse con la mediación del presidente costarricense y Premio Nobel de la Paz, Óscar Arias; que ceder un poco en sus férreas posiciones es una forma de evitar más sufrimientos a este pobre pueblo que alguna vez confió en sus liderazgos para conducir sus destinos.

Ambos bandos deben reconocer que no son dueños de la verdad y que este pueblo pacífico, estoico y siempre mal gobernado, no merece más calamidades.

El hecho de que hayan colocado a Honduras en la lista de los países más pobres y subdesarrollados es ya un precio demasiado alto que el pueblo ya ha pagado con creces por haber tomado malas decisiones al elegir a sus gobernantes.

Por favor, dénle otra oportunidad a Honduras, a su pueblo, a la democracia.