Mientras escribo estas líneas CFK lleva casi tres horas hablando sin decir nada concreto. Sacando cifras de la galera y haciendo un discurso partidario, con barra brava alentando y hasta cotillón contra Clarín.

No esperaba otra cosa del comportamiento de Cristina Fernández y sus seguidores ya que es común que haga sus discursos desde el atril con los aplaudidores de rigor, teleconferencias con entrevistados seleccionados previamente y demás puesta en escena.

Lo que no esperaba es el deplorable comportamiento de la oposición que aceptó participar del circo partidario en el que se le faltó el respeto a la institución legislativa con el circo armado por el oficialismo.

Una cosa es el respeto a la investidura presidencial y otra es que se le falte el respeto a esa investidura y al legislativo aceptando 4 horas, al estilo Chávez o Fidel Castro, contando un relato que muestra una Argentina irreal, con cánticos partidarios que nada tienen que ver con un acto institucional.

Hoy la oposición ha demostrado que no tiene el coraje que tiene la gente que salió a la calle el 8N, en forma espontánea, a reclamar por la calidad institucional y otros temas de los cuales la presidente ni habló la boca en todo su discurso, como la inflación, la falta de seguridad, etc.

Creo que hoy la oposición se ha comportado con cobardía al no levantarse e irse del recinto ante tanta mentira y acto partidario.