En unas declaraciones hechas desde París a la radio Eco de Moscú, el economista relata cómo el Comité de Instrucción, el mismo órgano que está incoando procesos contra miembros de la oposición, lleva varias semanas citándole a declarar y ordenando registros en su oficina y domicilio. La última medida, que a juicio de Guríev “no es una buena señal”, ha sido incautarle todo su correo electrónico de los últimos cinco años.

“No se me acusa todavía de nada. He visto los documentos que tienen contra mí y, aunque no puedo decir su contenido, debido al secreto sumarial, muestran que no soy culpable de ningún delito. Por otro lado, sin embargo, también muestran que en Rusia existe el peligro de que puedas perder la libertad incluso sin haber hecho nada malo”, afirmaba en su entrevista a la emisora moscovita.

Preguntado sobre si el asunto está relacionado con el antiguo patrón de la petrolera Yukos, Mijaíl Jodorkovski, Guríev dijo que sí. Jodorkovski fue condenado en diciembre de 2010 a 14 años de prisión, que quedaron después en 12, en un segundo juicio que le acusaba de blanqueo de dinero y de robar el petróleo de su propia empresa. Ya antes, en mayo de 2005, les fue impuesta una pena de 8 años de cárcel al ser declarado culpable de siete delitos económicos, entre ellos evasión de impuestos. Lleva encerrado desde el 25 de octubre de 2003.

Según el diario económico ruso Védomosti, lo sucedido con Guríev podría estar relacionado con los intentos del Comité de Instrucción de iniciar un nuevo proceso, el tercero ya, contra Jodorkovski y así impedir que sea puesto en libertad el año que viene. El rotativo sostiene que los que llevan la investigación “intentan demostrar” que el informe que le fue encargado en 2011 por el comité de derechos humanos de Medvédev, que entonces era presidente, a un grupo de expertos, entre ellos a Guríev, sobre si la segunda condena contra Jodorkovski estaba bien fundamentada, obtuvo fondos de los activos que Yukos conserva todavía en el extranjero.

Se trataría así de un asunto de “financiación ilegal” y, según algunos medios de comunicación rusos, Guríev habría recibido ese dinero para emitir un dictamen favorable a Jodorkovski.

El economista, que siempre se mostró a favor de la liberación del presidente de Yukos, efectivamente reflejó en el informe que la ampliación de la pena no estaba justificada, pero niega rotundamente haber recibido dinero del ex magnate o de sus socios. Se da la circunstancia de que el Tribunal Supremo de Rusia reconoció el pasado miércoles que Jodorkovski y su socio, Platón Lébedev, debieron ser condenados a una pena menor.

La mayoría de los expertos creen que el presidente Vladímir Putin no quiere ver en la calle a Jodorkovski, ya que, según éstos, podría convertirse en una alternativa a su régimen. Precisamente la política, según la oposición rusa, fue lo que hizo que el potentado acabará entre rejas y no los delitos que le imputaron.

Métodos estalinistas

En cuanto a Guríev, que exhibe una brillante carrera como economista, nadie le consideró nunca un opositor. Sus veladas críticas fueron siempre muy moderadas. Eso sí, se le atribuyen vínculos con el bloguero anticorrupción, Alexéi Navalni, contra quien se acaba de iniciar un juicio inducido desde el Kremlin y con acusaciones que el propio interesado califica de “absurdas”.

El NKVD, la sanguinaria policía de Stalin, lograba testigos para testificar contra determinados personajes a base de amenazarlos con abrirles un expediente criminal. Para ello se obtenían pruebas y testigos falsos de delitos inexistentes. Los actuales métodos de algunos órganos judiciales rusos, de acuerdo con las observaciones realizadas por organizaciones de derechos humanos, son idénticos.