El golpe de escena que algunos se esperaban no se ha producido. El capo de Cosa Nostra que el viernes declaró en el juicio por asociación mafiosa contra Marcello Dell'Utri, el ex brazo derecho de Silvio Berlusconi, negó categóricamente la existencia de un pacto entre la mafia y el Cavaliere, rechazando que el actual primer ministro hubiera ordenado el rosario de atentados que a principios de los años 90 sufrió Italia.

El viernes de la semana pasada, Gaspare Spatuzza, un ex mafioso reconvertido en colaborador de la Justicia, vinculó a Berlusconi con esas acciones terroristas y declaró que su jefe, el capo Filippo Graviano, así se lo había hecho saber en varias ocasiones. Sin embargo, por medio de una videoconferencia desde la cárcel de Parma donde cumple su condena, Graviano desmintió anteayer tajantemente esa versión ente el Tribunal de Palermo. «Nunca he conocido al senador Dell'Utri ni directa ni indirectamente, y, por lo tanto, nunca he tenido relaciones con él», aseguró el ex jefe de Spatuzza al prestar testimonio en el juicio de apelación contra el mencionado legislador por colaboración con asociación mafiosa, un delito por el que en primera instancia ya fue condenado a nueve años de prisión.

Graviano en ningún momento arremetió contra Spatuzza. Pero se distanció de todas y cada una de sus afirmaciones. Y sobre todo negó que en 2004, en la cárcel de Tolmezzo, le hubiera dicho a su subalterno que si no llegaba «nada de donde tiene que llegar podemos pensar en hablar con los magistrados».

«Nunca le he dicho esas cosas a Spatuzza», recalcaba el ex capo, quien asimismo negó la existencia de una presunta negociación entre el Estado y Cosa Nostra.

Sin embargo, Giuseppe Graviano, hermano de Filippo y su socio en la dirección del clan de Brancaccio -el segundo se ocupaba de las cuentas y el primero, de los crímenes-, optó por acogerse a su derecho de no responder, asegurando que las duras condiciones del régimen de aislamiento en el que permanece encerrado desde hace años le han causado graves patologías que le impiden comparecer ante un Tribunal. Pese a todo, también ha dejado caer la posibilidad de que en el futuro pueda hablar ante la Justicia.

Berlusconi reaccionaba con satisfacción al testimonio de Filippo Graviano negando que hubiera pactado con Cosa Nostra. «¿Qué se esperaban, si son todo falsedades?», indicaba el primer ministro italiano, visiblemente contento por el nuevo giro de los nuevos testimonios. «Todo se ha desinflado», destacaba por su parte Dell'Utri. «Lo que queda es un golpe a la imagen del país, del Gobierno y el intento de involucrar a Berlusconi en algo indigno», añadió el senador del Pueblo De la Libertad (PDL) después de asegurar que estaba «maravillado de la dignidad y compostura» (sic) mostradas por Filippo Graviano.

Sin embargo, Massimo D'Alema, ex primer ministro y uno de los más destacados miembros de la oposición de centroizquierda, quiso romper una lanza por Spatuzza, recordando que éste es un mafioso arrepentido y Filippo Graviano no. «Les toca a los jueces establecer si hay arrepentimiento, pero si un arrepentido hace una revelación sobre su capo, es difícil que éste la confirme», destacó D'Alema.