La cifra salvadoreña es alentadora si se compara con la mayoría de países de Centroamérica, que se situaron un peldaño arriba con una tasa "moderadamente baja", y resulta muy optimista si se contrasta con la vecina Guatemala, en donde aproximadamente un tercio de su población enfrenta este problema.

En Centro América, solo Costa Rica superó a El Salvador. De acuerdo con el PMA, menos del 5% de los costarricenses, mexicanos, argentinos, uruguayos y chilenos enfrentan algún grado de desnutrición. En la misma categoría aparecen países europeos, Rusia, los Estados Unidos, Japón y Canadá, así como unos cuantos países africanos y árabes.

A pesar de los avances en la materia, analistas han advertido que el encarecimiento de los alimentos y falta de medidas para mitigar esa crisis mundial podría hacer que El Salvador retroceda los niveles de nutrición alcanzados en los últimos 20 años.

PROGRAMAS INSUFICIENTES

Amy Ángel, gerente de Medio Ambiente y Agricultura de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), ve con buenos ojos otros programas que podrían ayudar a garantizar recursos para la alimentación de las familias más pobres: la Red de Comunidades Solidarias y el Plan de Agricultura Familiar; sin embargo, reconoce que no serán suficientes para garantizar la buena alimentación de los salvadoreños.

En el primero de los programas, la técnica de Fusades explica que el gobierno se ha concentrado en aquellas familias de los municipios más pobres del país, pero eso no significa que no haya otro tanto en iguales condiciones en el resto de municipios, por lo que es urgente "definir cómo vamos a expandir esa atención a los pobres extremos que no están en los municipios más vulnerables", dijo.

Por otra parte, el Plan de Agricultura Familiar, que ha enfrentado la crítica de cooperativas y asociaciones de agricultores, tendrá un impacto para las familias de los productores, según Ángel, pero de inmediato aclara que no son éstas las más propensas a sufrir de desnutrición, sino la de los trabajadores agrícolas.

Los productores también han señalado que aún con el paquete de semilla mejorada y fertilizantes que entregará el gobierno a finales de abril no alcanzarán a abastecer la demanda del país, por lo que para garantizar la seguridad alimentaria se tendrá que echar mano de las importaciones.

Sin embargo, el ansiado frijol chino no ha llegado y este año Nicaragua uno de los principales exportadores de frijol está protegiendo su cosecha para el mercado interno debido al panorama complicado que se avecina.

En su Informe de Coyuntura Social del primero semestre de 2011, Fusades sostiene que otra forma de incrementar la productividad agrícola es aumentar la cobertura del riego, pero la recomendación aún no ha hecho eco.

En San Vicente y Usulután hay cerca de 3 mil 500 manzanas ociosas a demás que el regadío es insuficiente debido a que dos tubos que extraen el agua del Río Lempa para regar las tierras están averiados desde 2009. De los 47 kilómetros de canaleta pocas funcionan, y alimentan unas 500 manzanas.

La inminente subida en el precio del petróleo y los alimentos es otra de las piedras en el camino de la seguridad alimentaria.

"Me preocupa que con esta alza de precios que hemos tenido en los últimos seis meses algunas personas no tenga el poder económico para adquirir la dieta adecuada para sus familias, sostuvo Ángel, quien enfatizó luego que "es necesario que se comience a buscar medidas de emergencia".

Granos básicos como el maíz y el trigo han incrementado en un 74% y 69%, respectivamente, su precio entre el primer trimestre de 2010 y el mismo periodo de 2011, según el presidente de la Cámara de Agropecuaria y Agroindustrial de El Salvador (Camagro), Agustín Martínez.

Aunque otros productos como la soja son utilizados básicamente para la alimentación de reses, sus alzas también han tenido un impacto fuerte en los productos cárnicos, aseguró el presidente de Camagro.

"Lo delicado de todo esto es que el mundo está complicado. El cambio climático está afectando diversas regiones en el mundo y tenemos situaciones de menor producción en países que son productores y exportadores, mientras otros están demandando más", argumentó Martínez.

Las constantes subidas en el precio del barril de petróleo también está golpeando la economía de los salvadoreños y su capacidad adquisitiva.

"El aumento en el precio de los alimentos encareció el costo de la canasta básica, y en ausencia de obras estratégica de mitigación, podría llevar a los hogares pobres a reducir su consumo de alimentos, profundizando la incidencia de la desnutrición", reza el Informe de Coyuntura Social de Fusades.

La institución estima que la compra de éstos por parte de los hogares pobres podría reducirse entre un 8% y un 13.5%.

NIÑOS, MÁS VULNERABLES

Los niños y los salvadoreños que viven en el área rural son los más propensos a sufrir desnutrición, explica Ángel.

El último censo detalla que el 50% de los niños de primer grado tenía un retardo de talla, es decir que su altura no es acorde con su edad. Para fortalecer la nutrición infantil, el Ministerio de Educación amplió este año el Programa de Alimentación Escolar a 4 mil 946 centros, y en algunas escuelas se implementó el programa "Vaso de Leche". Niños que cursan de parvularia hasta noveno grado reciben un refrigerio durante la jornada escolar. Sin embargo, las escuelas han advertido los problemas que enfrentan para ejecutarlo debido a los escasos recursos que el Mined les brinda y a ello se suma la racionalización del subsidio al gas, que los dejó fuera del beneficio. A pesar de que serán incluidos por una orden presidencial, hay temor por el atraso y cantidad de cilindros que subsidiarán a las escuelas.