Según cifras de Naciones Unidas, el 49 por ciento de los niños guatemaltecos menores de cinco años padecen desnutrición crónica, el índice más alto de Latinoamérica. Por su lado, la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional ha identificado 15,000 niños que requieren ayuda alimentaria urgente.

El Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria presentó al gobierno un plan de de Riesgo Nutricional, que contempla cuatro ejes con los que se pretende combatir el problema a largo plazo.

La crítica situación alimentaria de este país de 14 millones de habitantes, la mitad de ellos en la pobreza, es uno de los efectos del cambio climático, según los expertos.

Guatemala, con una vasta población campesina indígena que realiza cultivos de subsistencia, viene sufriendo prolongadas sequías, que alternan con intensas lluvias, que han dañado las plantaciones de miles de familias pobres, que perdieron los alimentos básicos que cultivaban para autoconsumo.

Este lunes el vicepresidente Rafael Espada había adelantado que se iba a decretar el alerta nutricional, al tiempo que advertía sobre los problemas de falta de recursos, ya que el gobierno estima que necesita $42 millones para planes de asistencia alimentaria urgente, y solamente dispone de 6 millones.

A cinco meses de las elecciones presidenciales, el gobierno de Colom enfrenta además el problema de la desaparición de un cargamento de 40,000 toneladas de raciones alimenticias de emergencia, realizadas a partir de maní, donadas por la ONU en noviembre.

“Estamos haciendo una investigación seria; primero, para ver dónde está esa comida, qué pasó con esa comida y que indicadores se utilizaron y qué hicieron, si los tiraron, si los vendieron, si la comida se la dieron a alguien”, afirmó el vicepresidente Espada.